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El cambio necesario

Redacción
18 de septiembre, 2016

Nuestro país necesita un cambio. El problema es saber la dirección a seguir y por dónde empezar.
Lo que todos sabemos es que el cambio es necesario.
Tenemos gobiernos que simplemente se turnan en ver a quién le toca la piñata. Los políticos tienen tanta preparación como el vendedor actual de enciclopedias Británica. Las ideas que se discuten son mediocres cuando nos va bien. El descaro del actuar mal es tal que no asombra. Asombra que con tanto caso de corrupción en tribunales sigamos viendo lo mismo.
¿Qué los cultiva? La corrupción es el resultado de discrecionalidad alta, procesos opacos y poca o nula rendición de cuentas.
La discrecionalidad deriva de las facultades abiertas que la ley otorga a los funcionarios. Se elimina dándoles funciones muy concretas y específicas, en vez de “supuestos” resultados a obtener.
Los procesos opacos son el mecanismo legislativo para permitir la corrupción. Hacer compras de cualquier cosa de manera mafiosa tiene su origen en los procesos que la ley crea para comprar.
Y la nula rendición de cuentas viene cuando los órganos de control son simples banca de esperar turno. Los mecanismos de elección, las metas concretas y claras para cada electo y mecanismos revocatorios, son necesarios para evitar que cada elección sea simplemente un teatro…
¿Ahora, cómo le hacemos?

El cambio necesario

Redacción
18 de septiembre, 2016

Nuestro país necesita un cambio. El problema es saber la dirección a seguir y por dónde empezar.
Lo que todos sabemos es que el cambio es necesario.
Tenemos gobiernos que simplemente se turnan en ver a quién le toca la piñata. Los políticos tienen tanta preparación como el vendedor actual de enciclopedias Británica. Las ideas que se discuten son mediocres cuando nos va bien. El descaro del actuar mal es tal que no asombra. Asombra que con tanto caso de corrupción en tribunales sigamos viendo lo mismo.
¿Qué los cultiva? La corrupción es el resultado de discrecionalidad alta, procesos opacos y poca o nula rendición de cuentas.
La discrecionalidad deriva de las facultades abiertas que la ley otorga a los funcionarios. Se elimina dándoles funciones muy concretas y específicas, en vez de “supuestos” resultados a obtener.
Los procesos opacos son el mecanismo legislativo para permitir la corrupción. Hacer compras de cualquier cosa de manera mafiosa tiene su origen en los procesos que la ley crea para comprar.
Y la nula rendición de cuentas viene cuando los órganos de control son simples banca de esperar turno. Los mecanismos de elección, las metas concretas y claras para cada electo y mecanismos revocatorios, son necesarios para evitar que cada elección sea simplemente un teatro…
¿Ahora, cómo le hacemos?