Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

¿Qué nos pasa, Guate?

Redacción
22 de septiembre, 2016

Han sido unos días sumamente complicados, aunque debo decir que ha sido más de un año complicado. Quisiera creer que todo lo que estamos viviendo ahora son dolores de crecimiento. Esto significaría que estamos aprendiendo a vivir de una forma diferente, construyendo país mientras limpiamos todo lo que queda de la vieja política.

Sin embargo, cada cosa que sucede me hace pensar que no es así, que algo está sucediendo en nuestra Guate que está muy lejos de llevarnos al “país de nuestros sueños”. Aún con esta frase entre comillas, hay diferencias radicales. El país de mis sueños no necesariamente es el de los sueños de aquellos que siguen viviendo a costas de todos los demás, con privilegios, con ventajas, con las mañas de siempre, corrompiendo, manipulando, destruyendo mientras construyen “su” sueño.

Hace apenas dos días, el presidente (con minúsculas) decidió suspender tres garantías constitucionales. La que más duele: la libertad de expresión. Emitió un decreto inconcebible, atentatorio con los derechos más básicos y fundamentales. La justificación dejó mucho que desear, pues las “intensas lluvias” no son razón para suspender las tres garantías a nivel nacional. Mucho peor, dejaba a “criterio” de no sé quién, si alguien estaba cometiendo un acto o emitiendo una opinión, que incitara a la violencia y a la desestabilización.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

La pregunta que todos nos hacemos: ¿qué intenciones había atrás de todo esto? Podemos elucubrar: compras por excepción, evitar manifestaciones por parte de los vividores de la conflictividad (incluyendo sindicatos), demostrar poder. Habrá muchas más ideas. Al final de esas 12 horas de violación a la libertad, nos quedamos con una Guatemala más inestable, con muchas interrogantes y sin liderazgo.

¿Qué nos pasa, Guate? Ahora dos presidentes han optado por gritar y regañar. El “mero” presidente del Ejecutivo aparece enojado, regañando, atacando a la prensa. Acto seguido, emite un decreto quitando libertades. El presidente del congreso grita, se le quiebra la voz, suplica, regaña y responsabiliza a sus colegas, por la mala imagen que dan del congreso por no haber desaforado a Rabé. ¿Lograron algo? Definitivamente que no. Se mostraron furiosos, gritones, regañones, y no lograron nada positivo. La prensa se ha defendido, como debe ser. Los diputados no desaforaron a Rabé y más que eso, respondieron con ataques y acusaciones.

Participando en diversas reuniones y en un foro, se ha discutido hasta el cansancio, cuál es el camino que debe tomar Guatemala. Hay dos consensos: el que estamos siguiendo nos está destruyendo y es urgente buscar acuerdos. Estamos muy polarizados. Somos muy apasionados en Guate (yo me incluyo), radicales en nuestros pensamientos ideológicos, aunque ambas características las veo positivas.

Sin embargo, debemos seguir encontrando consensos, puntos en común, soluciones intermedias. Es urgente e importante. Esta lucha de unos contra otros no es buena, y peor cuando vienen en defensa de las imposiciones de no chapines. Nos afecta a todos, principalmente a los más pobres y a aquellos desempleados. Con tanta confrontación, no habrá nuevos negocios y se reducirán los que ya existen. No hay otra forma de generar empleos que por medio de la inversión. No hay otra forma de salir de la pobreza que teniendo ingresos, sea por medio de un trabajo o por una iniciativa empresarial propia. Con el afán de hacer valer nuestras posturas y pensamientos, nos estamos hundiendo. ¿Qué nos pasa, Guate? ¿Qué podemos hacer por ti?

¿Qué nos pasa, Guate?

Redacción
22 de septiembre, 2016

Han sido unos días sumamente complicados, aunque debo decir que ha sido más de un año complicado. Quisiera creer que todo lo que estamos viviendo ahora son dolores de crecimiento. Esto significaría que estamos aprendiendo a vivir de una forma diferente, construyendo país mientras limpiamos todo lo que queda de la vieja política.

Sin embargo, cada cosa que sucede me hace pensar que no es así, que algo está sucediendo en nuestra Guate que está muy lejos de llevarnos al “país de nuestros sueños”. Aún con esta frase entre comillas, hay diferencias radicales. El país de mis sueños no necesariamente es el de los sueños de aquellos que siguen viviendo a costas de todos los demás, con privilegios, con ventajas, con las mañas de siempre, corrompiendo, manipulando, destruyendo mientras construyen “su” sueño.

Hace apenas dos días, el presidente (con minúsculas) decidió suspender tres garantías constitucionales. La que más duele: la libertad de expresión. Emitió un decreto inconcebible, atentatorio con los derechos más básicos y fundamentales. La justificación dejó mucho que desear, pues las “intensas lluvias” no son razón para suspender las tres garantías a nivel nacional. Mucho peor, dejaba a “criterio” de no sé quién, si alguien estaba cometiendo un acto o emitiendo una opinión, que incitara a la violencia y a la desestabilización.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

La pregunta que todos nos hacemos: ¿qué intenciones había atrás de todo esto? Podemos elucubrar: compras por excepción, evitar manifestaciones por parte de los vividores de la conflictividad (incluyendo sindicatos), demostrar poder. Habrá muchas más ideas. Al final de esas 12 horas de violación a la libertad, nos quedamos con una Guatemala más inestable, con muchas interrogantes y sin liderazgo.

¿Qué nos pasa, Guate? Ahora dos presidentes han optado por gritar y regañar. El “mero” presidente del Ejecutivo aparece enojado, regañando, atacando a la prensa. Acto seguido, emite un decreto quitando libertades. El presidente del congreso grita, se le quiebra la voz, suplica, regaña y responsabiliza a sus colegas, por la mala imagen que dan del congreso por no haber desaforado a Rabé. ¿Lograron algo? Definitivamente que no. Se mostraron furiosos, gritones, regañones, y no lograron nada positivo. La prensa se ha defendido, como debe ser. Los diputados no desaforaron a Rabé y más que eso, respondieron con ataques y acusaciones.

Participando en diversas reuniones y en un foro, se ha discutido hasta el cansancio, cuál es el camino que debe tomar Guatemala. Hay dos consensos: el que estamos siguiendo nos está destruyendo y es urgente buscar acuerdos. Estamos muy polarizados. Somos muy apasionados en Guate (yo me incluyo), radicales en nuestros pensamientos ideológicos, aunque ambas características las veo positivas.

Sin embargo, debemos seguir encontrando consensos, puntos en común, soluciones intermedias. Es urgente e importante. Esta lucha de unos contra otros no es buena, y peor cuando vienen en defensa de las imposiciones de no chapines. Nos afecta a todos, principalmente a los más pobres y a aquellos desempleados. Con tanta confrontación, no habrá nuevos negocios y se reducirán los que ya existen. No hay otra forma de generar empleos que por medio de la inversión. No hay otra forma de salir de la pobreza que teniendo ingresos, sea por medio de un trabajo o por una iniciativa empresarial propia. Con el afán de hacer valer nuestras posturas y pensamientos, nos estamos hundiendo. ¿Qué nos pasa, Guate? ¿Qué podemos hacer por ti?