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Que no lo duerma el presupuesto

María Dolores Arias
06 de septiembre, 2016

En medio de las capturas de la exdirectora, Anabella De León, y del personal del Registro General de la Propiedad –RGP-; y de la diligencia de primera declaración del magistrado de la Corte Suprema de Justicia –CSJ-, Douglas Charchal; se presentó el proyecto de Ley para el presupuesto 2017.

Esta presentación pudo haber pasado desapercibida entre tanta noticia si no fuera por la nota tragicómica del presidente Jimmy Morales dormitando en plena actividad. Si dormitaba o reflexionaba, como sugirió su vocero, quedará en el anecdotario de este gobierno; lo importante de esta presentación es el plan gastos del gobierno para el siguiente año.

En esta propuesta, el gobierno, encabezado por el presidente Morales, quiere gastar Q79,830 millones, es decir; casi Q80 mil millones. Que ahora depende de los diputados del Congreso, quienes tienen hasta el 30 de noviembre para aprobar, improbar o modificar la propuesta del Ejecutivo.

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Algunos datos que debería considerar para que no lo duerma el presupuesto son que una vez más el gobierno, sin importar qué partido esté en el poder, presenta un presupuesto deficitario con un incremento del 12.8% en relación al anterior. Y por consiguiente, al igual que en gobiernos anteriores, se pedirá prestado para financiarlo, en esta ocasión será el 20%. Es decir, de cada Q100 que gaste el gobierno, Q20 serán prestados. Por lo que una vez más gastarán lo que no tenemos y endeudarán a quienes aún no han nacido.

Otro dato importante a considerar para que no lo duerma el presupuesto es que más de la mitad de lo que se gaste, aproximadamente el 65% se utilizará para sostener el funcionamiento del Estado, es decir, pagar salarios, pactos colectivos, alquileres, vales de combustibles, telefonía, entre otros. Más de la mitad del presupuesto se utilizará, en parte, para pagar plazas para fantasmas que al parecer aún sobreviven a las investigaciones, pactos colectivos que aún no han sido impugnados, entre otros pagos.

En el caso del Ministerio de Educación, el de mayor presupuesto, con una asignación de Q13,862 millones, el gasto en funcionamiento será del 99%. Un ministerio que ha sido señalado de irregularidades en administraciones anteriores en la compra de insumos escolares, que actualmente está negociando el pacto colectivo y que además se está solicitando a los maestros que cumplan con los 180 días de clases del periodo lectivo.

Hablar de gastarse casi Q80 mil millones en burocracia, obra física a cargo del gobierno y pago de deuda pública es para quitarle el sueño a cualquiera, en especial al tributario que debe financiar este gasto con la riqueza que crea. Lo más delicado de todo esto son los escasos resultados del gasto público en la mejora de la calidad de vida de los guatemaltecos.

El gobierno antes de aumentar el presupuesto debería utilizar racionalmente los recursos que ya tiene que no son pocos y que bien administrados, minimizando el desperdicio y la corrupción se podrían obtener buenos resultados.

Los diputados del Congreso tienen varios escenarios a manejar en la discución del presupuesto; el primero es aprobarlo tal y como está, dejando el problema de pagar la deuda a las generaciones venideras. Segundo, reducir un poco el presupuesto y argumentar que hicieron lo posible para un tener un presupuesto “concensuado y democrático”. Tercero, no llegar a ningún acuerdo y esperar a que venza el plazo para dejar el mismo que este año. Y cuarto, balancear el presupuesto, eliminar el deficit y sólo gastar lo recaudado sin contraer deuda.

En lo personal, considero que lo ideal sería tener un presupuesto balanceado. La segunda mejor opción sería “congelarlo” hasta llegar a balancearlo y mientras tanto que los políticos se ajustaran el cincho como lo hacemos nosotros con cada aumento en el presupuesto y en el consecuente aumento de impuestos para financiarlo.

Es importante comprender que cada vez que los burócratas presentan presupuestos deficitarios, implica aumento de impuestos en el corto o mediano plazo. Que no lo duerma el presupuesto con tantos números, la lógica nos dice que no se debe gastar más de lo que ingresa, que los préstamos se pagan tarde o temprano y que la única fuente de ingresos del gobierno es la riqueza que crean los tributarios.

Así que use su sentido común respecto al presupuesto y no se duerma en sus laureles pensando que éste nada tiene que ver con usted, recuerde que tributario que se duerme…le suben los impuestos.

@Md30
Facebook.com/Mda30

 
República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Que no lo duerma el presupuesto

María Dolores Arias
06 de septiembre, 2016

En medio de las capturas de la exdirectora, Anabella De León, y del personal del Registro General de la Propiedad –RGP-; y de la diligencia de primera declaración del magistrado de la Corte Suprema de Justicia –CSJ-, Douglas Charchal; se presentó el proyecto de Ley para el presupuesto 2017.

Esta presentación pudo haber pasado desapercibida entre tanta noticia si no fuera por la nota tragicómica del presidente Jimmy Morales dormitando en plena actividad. Si dormitaba o reflexionaba, como sugirió su vocero, quedará en el anecdotario de este gobierno; lo importante de esta presentación es el plan gastos del gobierno para el siguiente año.

En esta propuesta, el gobierno, encabezado por el presidente Morales, quiere gastar Q79,830 millones, es decir; casi Q80 mil millones. Que ahora depende de los diputados del Congreso, quienes tienen hasta el 30 de noviembre para aprobar, improbar o modificar la propuesta del Ejecutivo.

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Algunos datos que debería considerar para que no lo duerma el presupuesto son que una vez más el gobierno, sin importar qué partido esté en el poder, presenta un presupuesto deficitario con un incremento del 12.8% en relación al anterior. Y por consiguiente, al igual que en gobiernos anteriores, se pedirá prestado para financiarlo, en esta ocasión será el 20%. Es decir, de cada Q100 que gaste el gobierno, Q20 serán prestados. Por lo que una vez más gastarán lo que no tenemos y endeudarán a quienes aún no han nacido.

Otro dato importante a considerar para que no lo duerma el presupuesto es que más de la mitad de lo que se gaste, aproximadamente el 65% se utilizará para sostener el funcionamiento del Estado, es decir, pagar salarios, pactos colectivos, alquileres, vales de combustibles, telefonía, entre otros. Más de la mitad del presupuesto se utilizará, en parte, para pagar plazas para fantasmas que al parecer aún sobreviven a las investigaciones, pactos colectivos que aún no han sido impugnados, entre otros pagos.

En el caso del Ministerio de Educación, el de mayor presupuesto, con una asignación de Q13,862 millones, el gasto en funcionamiento será del 99%. Un ministerio que ha sido señalado de irregularidades en administraciones anteriores en la compra de insumos escolares, que actualmente está negociando el pacto colectivo y que además se está solicitando a los maestros que cumplan con los 180 días de clases del periodo lectivo.

Hablar de gastarse casi Q80 mil millones en burocracia, obra física a cargo del gobierno y pago de deuda pública es para quitarle el sueño a cualquiera, en especial al tributario que debe financiar este gasto con la riqueza que crea. Lo más delicado de todo esto son los escasos resultados del gasto público en la mejora de la calidad de vida de los guatemaltecos.

El gobierno antes de aumentar el presupuesto debería utilizar racionalmente los recursos que ya tiene que no son pocos y que bien administrados, minimizando el desperdicio y la corrupción se podrían obtener buenos resultados.

Los diputados del Congreso tienen varios escenarios a manejar en la discución del presupuesto; el primero es aprobarlo tal y como está, dejando el problema de pagar la deuda a las generaciones venideras. Segundo, reducir un poco el presupuesto y argumentar que hicieron lo posible para un tener un presupuesto “concensuado y democrático”. Tercero, no llegar a ningún acuerdo y esperar a que venza el plazo para dejar el mismo que este año. Y cuarto, balancear el presupuesto, eliminar el deficit y sólo gastar lo recaudado sin contraer deuda.

En lo personal, considero que lo ideal sería tener un presupuesto balanceado. La segunda mejor opción sería “congelarlo” hasta llegar a balancearlo y mientras tanto que los políticos se ajustaran el cincho como lo hacemos nosotros con cada aumento en el presupuesto y en el consecuente aumento de impuestos para financiarlo.

Es importante comprender que cada vez que los burócratas presentan presupuestos deficitarios, implica aumento de impuestos en el corto o mediano plazo. Que no lo duerma el presupuesto con tantos números, la lógica nos dice que no se debe gastar más de lo que ingresa, que los préstamos se pagan tarde o temprano y que la única fuente de ingresos del gobierno es la riqueza que crean los tributarios.

Así que use su sentido común respecto al presupuesto y no se duerma en sus laureles pensando que éste nada tiene que ver con usted, recuerde que tributario que se duerme…le suben los impuestos.

@Md30
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