El comunismo es la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia y la prédica de la envidia. Su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria. Winston Churchill
Sabio y gran líder Winston Churchill. Resulta casi imposible rebatirle las ideas, aún ahora que ya no está vivo para defenderlas. La razón es más que obvia: se cumplen una y otra vez y quedan demostradas a lo largo y ancho del mundo, a través del tiempo.
El ejemplo más vivo que tenemos de esto es Venezuela. Hemos visto el pasado miércoles la masiva manifestación en oposición al régimen socialista del siglo XXI, que tiene a la población en la peor de las miserias. No hay solo falta de alimentos, de trabajo, de medicinas, de cosas materiales. Hay falta de libertad, lo más básico y fundamental que Dios nos dio. Él le llamó “libre albedrío”.
Muchos ven el caso de Venezuela como algo lejano a Guatemala. Un amigo, Óscar Quintero, escribió hace algún tiempo: “Aún podemos decir que somos libres. Con la amenaza populista a las puertas y ante la falta de ánimo de muchos, me pregunto: ¿qué haremos cuando hayamos perdido la libertad que aún tenemos? ¿Con qué objetivo nos levantaremos a producir sin que nuestro trabajo sea “para los demás”, esos que no hacen nada más que dilapidar todo lo que tocan?
No estamos tan lejos como muchos creen. Esta semana tuvimos otra amenaza fuerte: el intento de aprobación del artículo 209 de la Constitución, creando el Consejo Nacional de Justicia. Esta aberración pone en manos de 9 a 12 personas la decisión de la totalidad de jueces y magistrados en todo el país. Riñe completamente con el concepto de República y la separación de poderes. Como dijo Lord Acton, “el poder absoluto corrompe absolutamente”. Edmund Burke dijo “cuanto más grande sea el poder, más peligroso será el abuso”. Las consecuencias son extremadamente nefastas. Con esta aprobación, el paso hacia una Venezuela en Guatemala es bien pequeño.
Winston Churchill incluye en su definición de comunismo “la prédica de la envidia”. En Semana Santa hubo un incendio en un muy exclusivo condominio en la costa sur. No tardaron los comentarios resentidos, llenos de odio que trataron, sin éxito, de esconder esa envidia que corroe lo más profundo del alma, esa alegría que les dio a muchos el que personas con mucha capacidad económica, hayan perdido sus propiedades de placer y recreación.
Este incendio no pasó a más, no hubo heridos ni fallecidos, y fueron solamente pérdidas materiales. Los propietarios son personas que generan cientos de miles de empleos directos e indirectos, han generado desarrollo y crecimiento económico en el país. Cabe mencionar que hay dos allí que han sido acusados de corrupción. Faltará el juicio y la sentencia final para poder afirmar si lo son o no, aunque la evidencia sea abrumadora.
Nuevamente, un paso más hacia el socialismo, ese del siglo XXI que tanta fama tiene, no por sus éxitos, sino por la infinidad de fracasos; no por el desarrollo que ha generado sino por la expansión ilimitada de la pobreza y “la distribución igualitaria de la miseria”, como dijo Churchill.
Seguimos siendo libres, al extremo que el sistema permite que un grupo que ha confesado abiertamente que “hurta fluidos eléctricos”, o sea, que roba energía, (un delito), está queriendo convertirse en partido político. Ese grupo, líder entre los vividores de la conflictividad, quiere optar al poder por la vía democrática. Y nuestro sistema corrompido hasta los huesos, permitirá esto, cuando el gobierno debería estar presentando infinidad de denuncias al MP para que los dirigentes sean procesados judicialmente. Ya hay muchísimas denuncias planteadas por la empresa que legítimamente distribuye energía, paga impuestos, salarios dignos, etc., pero éstas no avanzan. Pero sí avanza la creación del partido político.
Son solo algunos ejemplos, todos de esta semana que hoy termina. Hagamos el recuento de lo sucedido en lo que va del año. ¿Siguen con duda de nuestra cercanía al socialismo al mejor estilo venezolano?
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
El comunismo es la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia y la prédica de la envidia. Su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria. Winston Churchill
Sabio y gran líder Winston Churchill. Resulta casi imposible rebatirle las ideas, aún ahora que ya no está vivo para defenderlas. La razón es más que obvia: se cumplen una y otra vez y quedan demostradas a lo largo y ancho del mundo, a través del tiempo.
El ejemplo más vivo que tenemos de esto es Venezuela. Hemos visto el pasado miércoles la masiva manifestación en oposición al régimen socialista del siglo XXI, que tiene a la población en la peor de las miserias. No hay solo falta de alimentos, de trabajo, de medicinas, de cosas materiales. Hay falta de libertad, lo más básico y fundamental que Dios nos dio. Él le llamó “libre albedrío”.
Muchos ven el caso de Venezuela como algo lejano a Guatemala. Un amigo, Óscar Quintero, escribió hace algún tiempo: “Aún podemos decir que somos libres. Con la amenaza populista a las puertas y ante la falta de ánimo de muchos, me pregunto: ¿qué haremos cuando hayamos perdido la libertad que aún tenemos? ¿Con qué objetivo nos levantaremos a producir sin que nuestro trabajo sea “para los demás”, esos que no hacen nada más que dilapidar todo lo que tocan?
No estamos tan lejos como muchos creen. Esta semana tuvimos otra amenaza fuerte: el intento de aprobación del artículo 209 de la Constitución, creando el Consejo Nacional de Justicia. Esta aberración pone en manos de 9 a 12 personas la decisión de la totalidad de jueces y magistrados en todo el país. Riñe completamente con el concepto de República y la separación de poderes. Como dijo Lord Acton, “el poder absoluto corrompe absolutamente”. Edmund Burke dijo “cuanto más grande sea el poder, más peligroso será el abuso”. Las consecuencias son extremadamente nefastas. Con esta aprobación, el paso hacia una Venezuela en Guatemala es bien pequeño.
Winston Churchill incluye en su definición de comunismo “la prédica de la envidia”. En Semana Santa hubo un incendio en un muy exclusivo condominio en la costa sur. No tardaron los comentarios resentidos, llenos de odio que trataron, sin éxito, de esconder esa envidia que corroe lo más profundo del alma, esa alegría que les dio a muchos el que personas con mucha capacidad económica, hayan perdido sus propiedades de placer y recreación.
Este incendio no pasó a más, no hubo heridos ni fallecidos, y fueron solamente pérdidas materiales. Los propietarios son personas que generan cientos de miles de empleos directos e indirectos, han generado desarrollo y crecimiento económico en el país. Cabe mencionar que hay dos allí que han sido acusados de corrupción. Faltará el juicio y la sentencia final para poder afirmar si lo son o no, aunque la evidencia sea abrumadora.
Nuevamente, un paso más hacia el socialismo, ese del siglo XXI que tanta fama tiene, no por sus éxitos, sino por la infinidad de fracasos; no por el desarrollo que ha generado sino por la expansión ilimitada de la pobreza y “la distribución igualitaria de la miseria”, como dijo Churchill.
Seguimos siendo libres, al extremo que el sistema permite que un grupo que ha confesado abiertamente que “hurta fluidos eléctricos”, o sea, que roba energía, (un delito), está queriendo convertirse en partido político. Ese grupo, líder entre los vividores de la conflictividad, quiere optar al poder por la vía democrática. Y nuestro sistema corrompido hasta los huesos, permitirá esto, cuando el gobierno debería estar presentando infinidad de denuncias al MP para que los dirigentes sean procesados judicialmente. Ya hay muchísimas denuncias planteadas por la empresa que legítimamente distribuye energía, paga impuestos, salarios dignos, etc., pero éstas no avanzan. Pero sí avanza la creación del partido político.
Son solo algunos ejemplos, todos de esta semana que hoy termina. Hagamos el recuento de lo sucedido en lo que va del año. ¿Siguen con duda de nuestra cercanía al socialismo al mejor estilo venezolano?
República es ajena a la opinión expresada en este artículo