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Personal branding

Jorge Alvarado
06 de julio, 2017

“En la vida no importan los pasos que has dado, sino las huellas que has dejado”, es un refrán muy acertado, pues su ejercicio puede transformarte en una marca personal en la medida que descubras tus talentos, vocación, reconozcas tu identidad y con base en ello, empieces a construir una imagen.

La marca personal también está orientada a la comunicación eficiente, al enmarcarla en atributos y valores transmitidos a través de un símbolo que nos hace diferentes, competitivos y que automáticamente genera valor al buen nombre. Recordemos la sentencia “La mejor marca es tu nombre”, de ahí la importancia de posicionarla, cuidarla y administrarla para generar ese cúmulo de percepciones positivas en tu público, que dicho sea de paso, debes identificar previamente.

También se trata de adquirir habilidades y destrezas que potencialicen tu comunicación, generando estímulos que tendrán como reacción los impulsos de tu público, ser bien o mal visto es una cuestión de percepción, lo importante es que con base en un buen conocimiento sobre quién eres, definas tus objetivos y trabajes en el diseño del perfil que será tu marca personal y que será un sello que posee un conjunto de exquisitas características en la especialidad en la que has desarrollado tu personal branding.

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La marca personal es claramente “una promesa” de lo que eres y de lo que quieres ser, entonces deberás trabajar arduamente para que la gente te recuerde, identifique y asocie, para que les representes algo, o simplemente para que signifiques algo para alguien, de esta forma tendrás proyección y visibilidad escénica en el ámbito en el que te desenvuelvas. Serás una especie de tesoro valorado por la integralidad de tu personalidad, lo que te elevará a un plano simbólico de interacción con las personas que te rodean. Se trata de identidad, tu identidad debe ser descubierta y comprendida a cabalidad para proyectarla con éxito.

El lenguaje es parte importante para el desarrollo de la marca personal, se trata de la forma en la que te das a los demás, cómo te expresas, el significado de las cosas que dices, dibujar el mundo a través de una sonrisa o de alguna palabra que puede transformar la vida de otros a través del servicio y de la vocación de compartir lo que puedes dar.

El Personal Branding es percepción, es la suma de muchas percepciones a tu favor y para que eso suceda, gestionar tu comunicación definirá cómo se proyectará hacia los demás, como una huella indeleble, no solamente por quien eres, sino por el valor que le das a los demás, es decir al público que siempre está esperando algo de ti. Entonces, ¿qué le puedes ofrecer a tu público? Descubrir la respuesta es clave para tu marca personal, porque al definirla podrás trazar objetivos para conquistar a tu público. Así pues, descubrir tu personalidad construye identidad y al sumarles tus valores, especifica lo que eres y lo que representas.

Ver la vida a través de los adagios es una práctica hermosa para mí, porque están cargados de significado. A propósito, existe otro que me gusta mucho, “Aprende no para acumular conocimientos, como un tesoro personal, sino para emplear lo aprendido al servicio al mundo”. Quizás la clave está en potencializar ese diamante en bruto que todos llevamos dentro, pero que a veces olvidamos.

El Personal Branding, como fórmula, es la suma de tu identidad, la proyección de la misma  agregando las percepciones a tu favor, es hacer de ti la mejor versión posible, potencializar tu valor diferencial, lo que te hace distinto, que te apasiona, por lo que vives, tu mera vocación o simplemente un instinto sublime que debe ser estratégicamente expuesto a los demás.

Insisto, la marca personal no es lo que tienes, es cómo lo usas. Para que la comunicación sea eficiente siempre debes recordar cómo puedes hacer más con menos y más con lo mismo, lo que quiero decir es que lo que realmente importa es compartir lo que eres, amor, conocimiento, habilidades o valores, se trata de poner al servicio de los demás lo mucho o poco que tienes o que has acumulado. De qué te sirve vivir si no eres capaz de transmitir un poco de tu esencia, en ese sentido todos podemos desarrollar nuestro Personal Branding .

En suma, todos podemos construir nuestra marca, pues por obra divina del Altísimo hemos heredado algún talento, alguna destreza o simplemente algo que compartir, lo importante es descubrirlo y trabajarlo.

En definitiva, visto desde otra perspectiva el Personal Branding  no es más que la construcción de un mensajero, tú eres ese mensajero, pero sobre todo, eres el mensaje. Al identificar la oportunidad de proyectarnos a los demás, con base en esa huella indeleble que puedes dejar en otros, llegarás al punto que cualquier mensaje tiene algo de ti y de tu esencia, para transmitirse con pureza y éxito.

En conclusión, trata de no ver problemas o cosas negativas en las personas, ni defectos, más bien ve oportunidades, valores y atributos, pues eso solamente te hará perder el tiempo, el secreto es distinguir lo que otros no pueden, para esto la asertividad de tu comunicación es la clave, porque si encuentras obstáculos, pero no eres capaz de saltarlos solamente te distraerás en lo que no puedes cambiar, mientras que si te enfocas en lo positivo, seguramente no lo podrás cambiar pero sí transformar.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Personal branding

Jorge Alvarado
06 de julio, 2017

“En la vida no importan los pasos que has dado, sino las huellas que has dejado”, es un refrán muy acertado, pues su ejercicio puede transformarte en una marca personal en la medida que descubras tus talentos, vocación, reconozcas tu identidad y con base en ello, empieces a construir una imagen.

La marca personal también está orientada a la comunicación eficiente, al enmarcarla en atributos y valores transmitidos a través de un símbolo que nos hace diferentes, competitivos y que automáticamente genera valor al buen nombre. Recordemos la sentencia “La mejor marca es tu nombre”, de ahí la importancia de posicionarla, cuidarla y administrarla para generar ese cúmulo de percepciones positivas en tu público, que dicho sea de paso, debes identificar previamente.

También se trata de adquirir habilidades y destrezas que potencialicen tu comunicación, generando estímulos que tendrán como reacción los impulsos de tu público, ser bien o mal visto es una cuestión de percepción, lo importante es que con base en un buen conocimiento sobre quién eres, definas tus objetivos y trabajes en el diseño del perfil que será tu marca personal y que será un sello que posee un conjunto de exquisitas características en la especialidad en la que has desarrollado tu personal branding.

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La marca personal es claramente “una promesa” de lo que eres y de lo que quieres ser, entonces deberás trabajar arduamente para que la gente te recuerde, identifique y asocie, para que les representes algo, o simplemente para que signifiques algo para alguien, de esta forma tendrás proyección y visibilidad escénica en el ámbito en el que te desenvuelvas. Serás una especie de tesoro valorado por la integralidad de tu personalidad, lo que te elevará a un plano simbólico de interacción con las personas que te rodean. Se trata de identidad, tu identidad debe ser descubierta y comprendida a cabalidad para proyectarla con éxito.

El lenguaje es parte importante para el desarrollo de la marca personal, se trata de la forma en la que te das a los demás, cómo te expresas, el significado de las cosas que dices, dibujar el mundo a través de una sonrisa o de alguna palabra que puede transformar la vida de otros a través del servicio y de la vocación de compartir lo que puedes dar.

El Personal Branding es percepción, es la suma de muchas percepciones a tu favor y para que eso suceda, gestionar tu comunicación definirá cómo se proyectará hacia los demás, como una huella indeleble, no solamente por quien eres, sino por el valor que le das a los demás, es decir al público que siempre está esperando algo de ti. Entonces, ¿qué le puedes ofrecer a tu público? Descubrir la respuesta es clave para tu marca personal, porque al definirla podrás trazar objetivos para conquistar a tu público. Así pues, descubrir tu personalidad construye identidad y al sumarles tus valores, especifica lo que eres y lo que representas.

Ver la vida a través de los adagios es una práctica hermosa para mí, porque están cargados de significado. A propósito, existe otro que me gusta mucho, “Aprende no para acumular conocimientos, como un tesoro personal, sino para emplear lo aprendido al servicio al mundo”. Quizás la clave está en potencializar ese diamante en bruto que todos llevamos dentro, pero que a veces olvidamos.

El Personal Branding, como fórmula, es la suma de tu identidad, la proyección de la misma  agregando las percepciones a tu favor, es hacer de ti la mejor versión posible, potencializar tu valor diferencial, lo que te hace distinto, que te apasiona, por lo que vives, tu mera vocación o simplemente un instinto sublime que debe ser estratégicamente expuesto a los demás.

Insisto, la marca personal no es lo que tienes, es cómo lo usas. Para que la comunicación sea eficiente siempre debes recordar cómo puedes hacer más con menos y más con lo mismo, lo que quiero decir es que lo que realmente importa es compartir lo que eres, amor, conocimiento, habilidades o valores, se trata de poner al servicio de los demás lo mucho o poco que tienes o que has acumulado. De qué te sirve vivir si no eres capaz de transmitir un poco de tu esencia, en ese sentido todos podemos desarrollar nuestro Personal Branding .

En suma, todos podemos construir nuestra marca, pues por obra divina del Altísimo hemos heredado algún talento, alguna destreza o simplemente algo que compartir, lo importante es descubrirlo y trabajarlo.

En definitiva, visto desde otra perspectiva el Personal Branding  no es más que la construcción de un mensajero, tú eres ese mensajero, pero sobre todo, eres el mensaje. Al identificar la oportunidad de proyectarnos a los demás, con base en esa huella indeleble que puedes dejar en otros, llegarás al punto que cualquier mensaje tiene algo de ti y de tu esencia, para transmitirse con pureza y éxito.

En conclusión, trata de no ver problemas o cosas negativas en las personas, ni defectos, más bien ve oportunidades, valores y atributos, pues eso solamente te hará perder el tiempo, el secreto es distinguir lo que otros no pueden, para esto la asertividad de tu comunicación es la clave, porque si encuentras obstáculos, pero no eres capaz de saltarlos solamente te distraerás en lo que no puedes cambiar, mientras que si te enfocas en lo positivo, seguramente no lo podrás cambiar pero sí transformar.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo