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Rumbo a la Constituyente

Jorge Alvarado
02 de septiembre, 2017

La crisis política en Guatemala se encuentra en la etapa de madurez en la que habrá una escalada que dará paso a un desenlace inimaginado. Hablo de una Asamblea Nacional Constituyente. Si regresamos a los tres principios para cambiar un país estructuralmente entonces sabremos que cambiar el sistema de partidos, el sistema electora y el sistema político (carta magna), comprenderemos perfectamente lo que en realidad está en juego.
La clase política de Guatemala a nivel de los tres poderes y de las instituciones del estado no han logrado interpretar la dimensión de los intereses que están en juego, esto se trata de algo que rebasa el contexto nacional. Esto tiene que ver con un actor clave del Gobierno de Trump, se trata del general retirado John Kelly, ex jefe del comando sur que durante la gestión de el nuevo presidente de los Estados Unidos se ha desempeñaba hasta hace poco como Secretario del Departamento de Seguridad Nacional. Sin embargo recientemente fue nombrado como jefe general del Gabinete de Trump algo que tiene una importante connotación geopolítica y geoestratégica en la visión del gobierno norteamericano para combatir la corrupción en los países del triangulo norte, además de la migración y el narcotráfico principalmente.

Si alguien conoce bien Guatemala es el General retirado John Kelly, pues desde el año 2012 visitó en repetidas ocasiones nuestro país para darle seguimiento a los acontecimientos de seguridad y control migratorio para lo que se reunía con los funcionarios de Otto Pérez Molina. Hay que recordar que durante el gobierno del PP el vicepresidente Biden visitó Guatemala en el 2013 por la crisis migrante, además de Tomas Shanon en julio 2015 como consejero del Departamento de estado de los Estados Unidos, además de William Browndfield el Zar antidroga, e incluso el mismo recién nombrado Embajador de Estados Unidos en Guatemala Arrega vino al país en el 2015.

Hay que entender que todos los acontecimientos del 2015 no son producto de la casualidad sino que responde a una lucha contra la corrupción total como una agenda bipartidista entre demócratas y republicanos con respecto a los países del triangulo norte. Que paso con el Plan Alianza para la Prosperidad, pues que los desembolsos todavía son escuetos, parciales y manejados a través de su agencia de cooperación , pues a pesar de ser aprobados por el senado de los Estados Unidos no han sido visibles porque no existen las condiciones políticas para que sean ejecutados ni las garantías necesarias para desarrollar el mismo plan.

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Ante esta coyuntura política en la que el presidente Morales se encuentra en un impase de su gestión, está claro que en vista que todas las iniciativas como la reforma constitucional al sector justicia fracasan en el Congreso, no existe la voluntad política, nos encaminamos inevitablemente a una Asamblea Nacional Constituyente para cambiar Carta magna, sistema electoral, sistema de partidos de una sola vez, porque dentro de la estrategia geopolítica de los Estados Unidos es necesario generar estabilidad política y limpiar la mesa de una vez por todas.
El fracaso de la crisis política del 2015 fue pensar que rechazando a la clase política tradicional y eligiendo a un “outsider” sin importar quien fuera es que acuñaría los cambios que se han propuesto desde entonces. No se trata del presidente Morales esto va mucho más allá de eso, se trata de ver mas allá de lo que podemos ver de esta crisis a simple vista. Quizás la plaza necesitaba que ese movimiento de indignados se convirtiera en partido político, pero como ya no daba tiempo, el verdadero fracaso fue no buscar los consensos necesarios para encontrar algún liderazgo para catapultarlo a la presidencia y que desde allí fuera esa voz soberana.
Otra de las lecciones aprendidas de la crisis del 2015 fue que no tuvo mayor impacto en el Congreso, más que un poco de presión para que los diputados le quitaran el antejuicio al ex presidente Otto Pérez Molina, que era parte del problema pero que jamás fue el problema en sí, porque todo esto es mucho más grande que una sola persona, se trata de grupos de presión que controlan el Estado y sus Instituciones además de los Gobierno de turno.

Es interesante recordar que el presidente Morales apoyaba las reformas en el primer semestre de del 2016. Entonces que paso? Como he venido explicando con anterioridad esta crisis es la suma de muchas cosas, el caso de corrupción de su hijo y hermano, el financiamiento ilícito de FCN-Nacionales círculos que lo rodean, además de sus metidas de pata con la prensa, y tener una mala gestión de crisis donde no pone el pecho ni la cara lo llevan como un remolino en picada hacia abajo.
El presiente Morales debería comprender que su alcance es corto y su margen de poder esta reducido a una agenda mínima internacional en la que no tiene voz ni voto, más bien tiene que lograr interpretar que su única salida es colaborar y empezar a enviar los mensajes correctos que su principal socio comercial le requiere.

En definitiva nos encontramos ante un inminente escenario en que ha sufrido mucho desgaste innecesario, se encuentra demasiado debilitado, se encuentra sin credibilidad y con un conflicto de intereses tremendo que lo coloca en un laberinto son salida y con una guerra declarada de una vez por todas ante la opinión publica en contra de la Cicig y el Ministerio Publico.

En conclusión el único camino es enviar un mensaje de dialogo y de acciones en pro de la lucha contra la corrupción porque si aun no lo entiende como presidente tiene los días contados en la casa presidencial. Obviamente el Congreso no aprobara las solicitudes de antejuicio en contra del presidente Morales a menos que la presión ciudadana sea demasiada, entonces es necesario también que esta lectura nos conduzca a que la salida ante unas elecciones 2019 seguirá siendo ordenar la casa para hacer los cambios que se requieren a través de una Asamblea Nacional Constituyente.

Después de que se intento promover una consulta popular sobre el tema Belice para matar la consulta de las reformas constitucionales, eso como distractor no tuvo ningún efecto positivo. Ante una inminente crisis política debemos comprender que la hoja de ruta está trazada y que ningún berrinche detendrá los cambios que están por suceder.
Aquí seguimos debatiendo lo que tuvimos que hacer hace mucho tiempo, y la polarización ideológica sin fundamento que nos divide es solamente un distractor que nos permite avanzar y ver hacia el futuro.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Rumbo a la Constituyente

Jorge Alvarado
02 de septiembre, 2017

La crisis política en Guatemala se encuentra en la etapa de madurez en la que habrá una escalada que dará paso a un desenlace inimaginado. Hablo de una Asamblea Nacional Constituyente. Si regresamos a los tres principios para cambiar un país estructuralmente entonces sabremos que cambiar el sistema de partidos, el sistema electora y el sistema político (carta magna), comprenderemos perfectamente lo que en realidad está en juego.
La clase política de Guatemala a nivel de los tres poderes y de las instituciones del estado no han logrado interpretar la dimensión de los intereses que están en juego, esto se trata de algo que rebasa el contexto nacional. Esto tiene que ver con un actor clave del Gobierno de Trump, se trata del general retirado John Kelly, ex jefe del comando sur que durante la gestión de el nuevo presidente de los Estados Unidos se ha desempeñaba hasta hace poco como Secretario del Departamento de Seguridad Nacional. Sin embargo recientemente fue nombrado como jefe general del Gabinete de Trump algo que tiene una importante connotación geopolítica y geoestratégica en la visión del gobierno norteamericano para combatir la corrupción en los países del triangulo norte, además de la migración y el narcotráfico principalmente.

Si alguien conoce bien Guatemala es el General retirado John Kelly, pues desde el año 2012 visitó en repetidas ocasiones nuestro país para darle seguimiento a los acontecimientos de seguridad y control migratorio para lo que se reunía con los funcionarios de Otto Pérez Molina. Hay que recordar que durante el gobierno del PP el vicepresidente Biden visitó Guatemala en el 2013 por la crisis migrante, además de Tomas Shanon en julio 2015 como consejero del Departamento de estado de los Estados Unidos, además de William Browndfield el Zar antidroga, e incluso el mismo recién nombrado Embajador de Estados Unidos en Guatemala Arrega vino al país en el 2015.

Hay que entender que todos los acontecimientos del 2015 no son producto de la casualidad sino que responde a una lucha contra la corrupción total como una agenda bipartidista entre demócratas y republicanos con respecto a los países del triangulo norte. Que paso con el Plan Alianza para la Prosperidad, pues que los desembolsos todavía son escuetos, parciales y manejados a través de su agencia de cooperación , pues a pesar de ser aprobados por el senado de los Estados Unidos no han sido visibles porque no existen las condiciones políticas para que sean ejecutados ni las garantías necesarias para desarrollar el mismo plan.

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Ante esta coyuntura política en la que el presidente Morales se encuentra en un impase de su gestión, está claro que en vista que todas las iniciativas como la reforma constitucional al sector justicia fracasan en el Congreso, no existe la voluntad política, nos encaminamos inevitablemente a una Asamblea Nacional Constituyente para cambiar Carta magna, sistema electoral, sistema de partidos de una sola vez, porque dentro de la estrategia geopolítica de los Estados Unidos es necesario generar estabilidad política y limpiar la mesa de una vez por todas.
El fracaso de la crisis política del 2015 fue pensar que rechazando a la clase política tradicional y eligiendo a un “outsider” sin importar quien fuera es que acuñaría los cambios que se han propuesto desde entonces. No se trata del presidente Morales esto va mucho más allá de eso, se trata de ver mas allá de lo que podemos ver de esta crisis a simple vista. Quizás la plaza necesitaba que ese movimiento de indignados se convirtiera en partido político, pero como ya no daba tiempo, el verdadero fracaso fue no buscar los consensos necesarios para encontrar algún liderazgo para catapultarlo a la presidencia y que desde allí fuera esa voz soberana.
Otra de las lecciones aprendidas de la crisis del 2015 fue que no tuvo mayor impacto en el Congreso, más que un poco de presión para que los diputados le quitaran el antejuicio al ex presidente Otto Pérez Molina, que era parte del problema pero que jamás fue el problema en sí, porque todo esto es mucho más grande que una sola persona, se trata de grupos de presión que controlan el Estado y sus Instituciones además de los Gobierno de turno.

Es interesante recordar que el presidente Morales apoyaba las reformas en el primer semestre de del 2016. Entonces que paso? Como he venido explicando con anterioridad esta crisis es la suma de muchas cosas, el caso de corrupción de su hijo y hermano, el financiamiento ilícito de FCN-Nacionales círculos que lo rodean, además de sus metidas de pata con la prensa, y tener una mala gestión de crisis donde no pone el pecho ni la cara lo llevan como un remolino en picada hacia abajo.
El presiente Morales debería comprender que su alcance es corto y su margen de poder esta reducido a una agenda mínima internacional en la que no tiene voz ni voto, más bien tiene que lograr interpretar que su única salida es colaborar y empezar a enviar los mensajes correctos que su principal socio comercial le requiere.

En definitiva nos encontramos ante un inminente escenario en que ha sufrido mucho desgaste innecesario, se encuentra demasiado debilitado, se encuentra sin credibilidad y con un conflicto de intereses tremendo que lo coloca en un laberinto son salida y con una guerra declarada de una vez por todas ante la opinión publica en contra de la Cicig y el Ministerio Publico.

En conclusión el único camino es enviar un mensaje de dialogo y de acciones en pro de la lucha contra la corrupción porque si aun no lo entiende como presidente tiene los días contados en la casa presidencial. Obviamente el Congreso no aprobara las solicitudes de antejuicio en contra del presidente Morales a menos que la presión ciudadana sea demasiada, entonces es necesario también que esta lectura nos conduzca a que la salida ante unas elecciones 2019 seguirá siendo ordenar la casa para hacer los cambios que se requieren a través de una Asamblea Nacional Constituyente.

Después de que se intento promover una consulta popular sobre el tema Belice para matar la consulta de las reformas constitucionales, eso como distractor no tuvo ningún efecto positivo. Ante una inminente crisis política debemos comprender que la hoja de ruta está trazada y que ningún berrinche detendrá los cambios que están por suceder.
Aquí seguimos debatiendo lo que tuvimos que hacer hace mucho tiempo, y la polarización ideológica sin fundamento que nos divide es solamente un distractor que nos permite avanzar y ver hacia el futuro.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo