Es innegable que actualmente estamos en una crisis en Guatemala, ante esta situación hay dos posibles escenarios. El primer escenario -uno que es más más fácil y no requiere mucho esfuerzo- es quedarnos inmóviles ante lo que esta pasando esperar a que todo regrese a su estado anterior, si se decide optar por este primer escenario podemos esperar regresas al mismo estado que antes con la esperanza de que no sea peor de como estaba antes.
El segundo escenario -aquel que requiere esfuerzo y ha otorgado el progreso a muchas naciones- es un escenario de acción en donde la crisis nos hace movernos. En este escenario activo, en ausencia de una formula mágica, tendremos que realizar una evaluación profunda del funcionamiento de las Instituciones del gobierno, será necesario determinar cuál es el origen del problema por el cual atravesamos altos índices de desnutrición, infraestructura vial precaria, inejecución de presupuesto nacional y el ahuyento de la inversión tanto extranjera como nacional. Derivado de esto es fácil darnos cuenta que ya estábamos en crisis y no estamos haciendo mucho para salir de ella.
Es momento de evaluar el marco regulatorio de las Instituciones, determinar si estas están destinadas a ser dinámicas o si estamos parados en un marco legal de inamovilidad. Es un buen momento para determinar si la CICIG es el mecanismo adecuado para arreglar el Ministerio Público, es momento de evaluar el poder público determinar dónde está el limite del mismo y si existe una verdadera separación de poderes. El Ministerio Público y la Justicia son pilares fundamentales de la democracia guatemalteca que deben de salir fortalecidos de esta crisis.
Es el momento de dejar a lado los argumentos pasionales. Necesitamos una Justicia en la cual no importe quienes son las partes de un proceso o recurso ya que todos seremos tratados igual ante la ley sin importar quienes somos ni el contexto social que nos rodee, una verdadera igualdad ante la aplicación de la ley.
Muchas naciones exitosas han tomado decisiones fundamentales que han establecido el rumbo del éxito estando en una crisis, por lo que tenemos que aprovechar esta crisis para progresar como nación. Es necesario que desechemos el paradigma cultural que necesitamos un caudillo con poderes ilimitados para que nos saque de este problema, ese dictador benévolo tan añorado nunca ha llegado y nunca llegará, tenemos que tomar nosotros el liderazgo de sacar este país adelante. Lo que decidamos hacer ante esta crisis depende de nosotros.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Es innegable que actualmente estamos en una crisis en Guatemala, ante esta situación hay dos posibles escenarios. El primer escenario -uno que es más más fácil y no requiere mucho esfuerzo- es quedarnos inmóviles ante lo que esta pasando esperar a que todo regrese a su estado anterior, si se decide optar por este primer escenario podemos esperar regresas al mismo estado que antes con la esperanza de que no sea peor de como estaba antes.
El segundo escenario -aquel que requiere esfuerzo y ha otorgado el progreso a muchas naciones- es un escenario de acción en donde la crisis nos hace movernos. En este escenario activo, en ausencia de una formula mágica, tendremos que realizar una evaluación profunda del funcionamiento de las Instituciones del gobierno, será necesario determinar cuál es el origen del problema por el cual atravesamos altos índices de desnutrición, infraestructura vial precaria, inejecución de presupuesto nacional y el ahuyento de la inversión tanto extranjera como nacional. Derivado de esto es fácil darnos cuenta que ya estábamos en crisis y no estamos haciendo mucho para salir de ella.
Es momento de evaluar el marco regulatorio de las Instituciones, determinar si estas están destinadas a ser dinámicas o si estamos parados en un marco legal de inamovilidad. Es un buen momento para determinar si la CICIG es el mecanismo adecuado para arreglar el Ministerio Público, es momento de evaluar el poder público determinar dónde está el limite del mismo y si existe una verdadera separación de poderes. El Ministerio Público y la Justicia son pilares fundamentales de la democracia guatemalteca que deben de salir fortalecidos de esta crisis.
Es el momento de dejar a lado los argumentos pasionales. Necesitamos una Justicia en la cual no importe quienes son las partes de un proceso o recurso ya que todos seremos tratados igual ante la ley sin importar quienes somos ni el contexto social que nos rodee, una verdadera igualdad ante la aplicación de la ley.
Muchas naciones exitosas han tomado decisiones fundamentales que han establecido el rumbo del éxito estando en una crisis, por lo que tenemos que aprovechar esta crisis para progresar como nación. Es necesario que desechemos el paradigma cultural que necesitamos un caudillo con poderes ilimitados para que nos saque de este problema, ese dictador benévolo tan añorado nunca ha llegado y nunca llegará, tenemos que tomar nosotros el liderazgo de sacar este país adelante. Lo que decidamos hacer ante esta crisis depende de nosotros.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo