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¿Cómo seguir adelante?

Giovanni Fratti
04 de septiembre, 2017

Es lamentable y hasta vergonzoso la forma en que, como si fuesen niños de escuela haciendo berrinche, se han comportado el señor Velásquez y, lamentablemente en gran medida, la señora Fiscal Aldana.

El manejo de la comunicación y el manejo político presidencial, como siempre, tampoco ha sido el mejor.

Una cosa sí es totalmente cierta, no hay guatemalteco que no quiera que se siga metiendo a la cárcel con debido proceso y respetando la ley, la Constitución y la presunción de inocencia, ¡a cuanto político corrupto y mercantilista corruptor exista!

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Eso ya de entrada es bueno para el país.

Estoy de acuerdo en que hay que hacer una ruta legal, constitucional y válida, política y públicamente, de esta totalmente innecesaria crisis a la que la postura cerrada, principalmente del Señor Velásquez, nos ha arrastrado y también la falta de decoro diplomático y político de algunos funcionarios extranjeros y nacionales en todo este asunto.

Velásquez no puede seguir a cargo de Cicig. Eso es un hecho público y notorio, el trabajo de un burócrata o funcionario internacional no vale entrar a otra crisis política nacional para mantenerle su trabajo a este señor.

La Fiscal Aldana cometió un error fundamental al decir que renunciaría si el señor Velásquez fuera declarado non grato, eso ya sucedió y la señora fiscal no renunció, lo cual deja esa declaración como un lamentable exabrupto, que verdaderamente le resta decoro y peso a la postura pública que un funcionario de ese nivel, de los más altos del Estado, debe tener.

El presidente Morales también ha cometido muchos errores de gobierno, de manejo y especialmente de comunicación. Antes de irse a Nueva York debió haber anunciado en cadena nacional y en redes sociales en unas dos o tres oraciones el motivo fundamental del retiro de Velásquez y solo entonces hacer el viaje.

Es obvio, ahora, que tenía muchos funcionarios a la par que lo traicionaron y que pusieron su política, ideología o conveniencia personal antes que el interés nacional y jugaron un juego sucio de rumores y filtraciones, que para todos los involucrados es un escándalo y un bochorno, no solo porque esa no es la forma de conducir los asuntos públicos, sino que uno debe lealtad dentro del canon de lo legal al Presidente que lo nombra, si uno va a traicionar esa confianza es mejor renunciar desde afuera de la Administración, como un ciudadano particular denunciar, denostar, criticar o exigirle al presidente como uno considere correcto.

Muy lamentable en estos días para Guatemala ver a funcionarios traicionando al gobierno que los nombró a sus cargos públicos, muy pobre la postura de la señor Fiscal General, muy poco frontal la comunicación presidencial, y, la peor de todas las posturas, la del Señor Velásquez de permitir que todo el país entre en un ciclo de polarización política y desestabilización por persecuciones penales politizadas y selectivas, la reiterada violación a la Constitución de presentar casos armando un circo mediático antes de presentar a los acusados o los casos ante un juez, conculcando así el derecho de defensa del o los acusados.

Nadie, ningún ciudadano que ame a este país y a la Republica defiende a ningún corrupto, ¡decir eso es totalmente falso! Igual que decir que con la salida de Velásquez de Cicig los casos contra la corrupción iniciados vayan a parar o detenerse de algún modo, ni el Presidente tiene ese poder, influencia o capacidad de manejo, ni la ciudadanía enardecida por las cientos de denuncia de corrupción toleraría tal cosa. ¡Decir eso es solo otra mentira de propaganda golpista más! Tampoco creo que la presión internacional y la hasta ocupación internacional de las instituciones guatemaltecas de los últimos ocho años, muchos de ellos nefastos para el Estado de Derecho en el país (si no miren las crasas injusticias contra los Rosenberg, los Musa, los Valdez Paiz, los Sperinsen, los Vielman, los Giammattei, solo para nombrar algunos de los fiascos más groseros de Cicig) dejaría que eso sucediera.

Las normas, Señor Velásquez, no son o están para que usted haga su antojo o preferencia, ni las del Presidente, la Fiscal o ¡el político de izquierda que ahora se hace llamar PDH! Las normas a la Constitución y nuestras leyes y los convenios internacionales están para cumplirlos tal y como están escritos.

Hay también que criticar a esos tres magistrados de la CC que han actuado casi rayando o en la flagrancia delictiva, diría yo, al conceder amparo provisional totalmente ilegal, a un abogado que no tiene legitimación activa, que no cuenta con mandato judicial para actuar en nombre de quien lo hizo, que accionó no contra un acto de gobierno sino contra una posibilidad o como ¡queriéndole plantear un amparo al viento!, y, peor, aún usando al Tribunal Constitucional, tal y como este lamentablemente se dejó usar, como una mera oficina de procuración de intereses políticos en lugar de un Tribunal de Derecho Constitucional.

Nos han quedado esta semana, a los guatemaltecos, como lamentablemente es muchas veces el caso, muy pero muy mal las instituciones internacionales y las instituciones nacionales.

¡¡LA CONSTITUCIÓN, LA SOBERANÍA Y EL ESTADO DE DERECHO SON PRIMERO SEÑORES, RESPETEN A GUATEMALA!!!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

¿Cómo seguir adelante?

Giovanni Fratti
04 de septiembre, 2017

Es lamentable y hasta vergonzoso la forma en que, como si fuesen niños de escuela haciendo berrinche, se han comportado el señor Velásquez y, lamentablemente en gran medida, la señora Fiscal Aldana.

El manejo de la comunicación y el manejo político presidencial, como siempre, tampoco ha sido el mejor.

Una cosa sí es totalmente cierta, no hay guatemalteco que no quiera que se siga metiendo a la cárcel con debido proceso y respetando la ley, la Constitución y la presunción de inocencia, ¡a cuanto político corrupto y mercantilista corruptor exista!

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Estoy de acuerdo en que hay que hacer una ruta legal, constitucional y válida, política y públicamente, de esta totalmente innecesaria crisis a la que la postura cerrada, principalmente del Señor Velásquez, nos ha arrastrado y también la falta de decoro diplomático y político de algunos funcionarios extranjeros y nacionales en todo este asunto.

Velásquez no puede seguir a cargo de Cicig. Eso es un hecho público y notorio, el trabajo de un burócrata o funcionario internacional no vale entrar a otra crisis política nacional para mantenerle su trabajo a este señor.

La Fiscal Aldana cometió un error fundamental al decir que renunciaría si el señor Velásquez fuera declarado non grato, eso ya sucedió y la señora fiscal no renunció, lo cual deja esa declaración como un lamentable exabrupto, que verdaderamente le resta decoro y peso a la postura pública que un funcionario de ese nivel, de los más altos del Estado, debe tener.

El presidente Morales también ha cometido muchos errores de gobierno, de manejo y especialmente de comunicación. Antes de irse a Nueva York debió haber anunciado en cadena nacional y en redes sociales en unas dos o tres oraciones el motivo fundamental del retiro de Velásquez y solo entonces hacer el viaje.

Es obvio, ahora, que tenía muchos funcionarios a la par que lo traicionaron y que pusieron su política, ideología o conveniencia personal antes que el interés nacional y jugaron un juego sucio de rumores y filtraciones, que para todos los involucrados es un escándalo y un bochorno, no solo porque esa no es la forma de conducir los asuntos públicos, sino que uno debe lealtad dentro del canon de lo legal al Presidente que lo nombra, si uno va a traicionar esa confianza es mejor renunciar desde afuera de la Administración, como un ciudadano particular denunciar, denostar, criticar o exigirle al presidente como uno considere correcto.

Muy lamentable en estos días para Guatemala ver a funcionarios traicionando al gobierno que los nombró a sus cargos públicos, muy pobre la postura de la señor Fiscal General, muy poco frontal la comunicación presidencial, y, la peor de todas las posturas, la del Señor Velásquez de permitir que todo el país entre en un ciclo de polarización política y desestabilización por persecuciones penales politizadas y selectivas, la reiterada violación a la Constitución de presentar casos armando un circo mediático antes de presentar a los acusados o los casos ante un juez, conculcando así el derecho de defensa del o los acusados.

Nadie, ningún ciudadano que ame a este país y a la Republica defiende a ningún corrupto, ¡decir eso es totalmente falso! Igual que decir que con la salida de Velásquez de Cicig los casos contra la corrupción iniciados vayan a parar o detenerse de algún modo, ni el Presidente tiene ese poder, influencia o capacidad de manejo, ni la ciudadanía enardecida por las cientos de denuncia de corrupción toleraría tal cosa. ¡Decir eso es solo otra mentira de propaganda golpista más! Tampoco creo que la presión internacional y la hasta ocupación internacional de las instituciones guatemaltecas de los últimos ocho años, muchos de ellos nefastos para el Estado de Derecho en el país (si no miren las crasas injusticias contra los Rosenberg, los Musa, los Valdez Paiz, los Sperinsen, los Vielman, los Giammattei, solo para nombrar algunos de los fiascos más groseros de Cicig) dejaría que eso sucediera.

Las normas, Señor Velásquez, no son o están para que usted haga su antojo o preferencia, ni las del Presidente, la Fiscal o ¡el político de izquierda que ahora se hace llamar PDH! Las normas a la Constitución y nuestras leyes y los convenios internacionales están para cumplirlos tal y como están escritos.

Hay también que criticar a esos tres magistrados de la CC que han actuado casi rayando o en la flagrancia delictiva, diría yo, al conceder amparo provisional totalmente ilegal, a un abogado que no tiene legitimación activa, que no cuenta con mandato judicial para actuar en nombre de quien lo hizo, que accionó no contra un acto de gobierno sino contra una posibilidad o como ¡queriéndole plantear un amparo al viento!, y, peor, aún usando al Tribunal Constitucional, tal y como este lamentablemente se dejó usar, como una mera oficina de procuración de intereses políticos en lugar de un Tribunal de Derecho Constitucional.

Nos han quedado esta semana, a los guatemaltecos, como lamentablemente es muchas veces el caso, muy pero muy mal las instituciones internacionales y las instituciones nacionales.

¡¡LA CONSTITUCIÓN, LA SOBERANÍA Y EL ESTADO DE DERECHO SON PRIMERO SEÑORES, RESPETEN A GUATEMALA!!!

República es ajena a la opinión expresada en este artículo