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Es cuestión de valores

Betty Marroquin
11 de octubre, 2018

Para la Segunda Guerra Mundial la Résistance (Resistencia) en Francia luchó contra los Nazis que invadieron su país. Ese grupo formado a su vez por grupúsculos de hombres y mujeres franceses enfrentó a los Nazis con tácticas que luego fueron imitadas durante la guerra de guerrilla que se vivió en países como Guatemala, Perú, Colombia y Viet Nam entre otros, durante la Guerra Fría. Era formada por gente de todos los estratos sociales, profesiones y ocupaciones económicas, católicos, anarquistas, comunistas y conservadores. Todos unidos para luchar contra la ocupación Nazi.

A la luz de la guerra política que se desató en torno a la nominación del Juez ahora Magistrado Brett Kavanaugh en los Estados Unidos se formó lo que se algunos autodenominaron la “resistencia” a todo lo que representa Kavanaugh (familia, pro vida, etc), y por ende, a todo lo que representa la Administración del Presidente Donald Trump. La diferencia entre ambos movimientos es que esa resistencia nueva no busca preservar los valores y la identidad americana (familia, Dios y patria), sino destruirlos. Gente histérica que se lanzó sobre Washington-DC para embarrar de excremento la casa y aterrorizar a la familia Kavanaugh, y es la misma gente que ha escuchado el llamado de la irresponsable Representante Maxine Waters (Demócrata, obvio, de California) para que acosen a todos los Republicanos que osan alzar la frente. Esta nueva turba enloquecida, como poseída, no se mide ante nada. Llamado secundado por Hillary Clinton, quién dice a los auto proclamados tolerantes que no deben ser tolerantes con los Republicanos.

La izquierda tolerante se hace sentir a través de mujeres histéricas, vulgares y sin un sólo gramo de pudor o de recato, se lanzan sobre Senadores, sobre funcionarios, sobre vehículos en marcha, sobre edificios, para golpear, patear, insultar y a punta de alaridos hacerse sentir. Me pregunto, ¿qué desayunan…? digo, para actuar como animales salvajes. De seguir empujando el límite de la tolerancia que implica la libre expresión, puede que se encuentren con un muro que no logren vencer ni desnudándose ni pegando de alaridos histéricos, ni como en Chile, semidesnudas con colas de caballo en el derrier. Es esa misma resistencia que en Guatemala hizo el desfile de la vulva. Pero si lo piensan, los que realmente resistimos somos los que defienden aquello que la turba odia (Dios, familia, patria).

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Esto me lleva a pensar qué clase de país desean estas personas, que clase de sociedad quieren para ellas y para las futuras generaciones, digo, los que se salven de ser abortados. Todo lo que promueven implica la destrucción de la familia, base de la sociedad. Promueven todo lo que es anti procreación, o sea que si por ellos fuera, mejor dicho, dejamos de reproducirnos. Al hombre hombre, lo anulan. Alentador es que ni siquiera todos los homosexuales, por ejemplo, apoyan la agenda LGBT. Conozco muchos que son más conservadores y amantes de la familia y de Dios que muchos heterosexuales, así que yo no demonizo al género y lo veo con todo el respeto del caso. Lo que hace cada quién es únicamente asunto de ese individuo, no del vecino ni mucho menos mío.

Es en un contexto similar en Brasil que Jair Bolsonaro ha surgido como ganador de las primarias con aproximadamente el 47% de los votos, mientras que su contrincante sacó nada más un 29%. En un discurso que ví en redes el candidato Bolsonaro deja ver que es pro vida; habla de tener a Dios en su corazón, de la honestidad individual, de proteger la familia, de querer un país en el que haya igualdad, un líder que deje atrás el comunismo y el socialismo y sepulte el Foro de Sao Paulo. Que practique el libre mercado y fortalezca la seguridad pública. Queda claro que Brasil tiene problemas similares a los nuestros. Al igual que a Trump, lo tachan de homofóbico y racista, pero no me sorprendería ver a un Kanye West brasileño apoyando al futuro Presidente Bolsonaro. Candidato perfecto no existe, pero candidato pro valores, considero viene como anillo al dedo en esta coyuntura.

Es así que creo que el proximo Presidente de Guatemala será una persona que apele a esos mismos valores, y ojalá su equipo, evitando errores de Bolsonaro, porque hay que aprender de ejemplos ajenos. Luego de las últimas manifestaciones en Guatemala quedó en evidencia que los pro vida, pro familia y pro Dios somos más, y serán esos votos los que elijan Presidente. Las minorías siguen siendo minorías. Al menos el voto de la Capital y demás zonas urbanas no creo que se vaya por ofertas populistas que pregonan y ofrecen lo imposible, que apelan al resentimiento social y a la lucha de clases y razas. Creo que el candidato que conquiste el voto de las zonas urbanas podría ganar las elecciones, y digo de las zonas urbanas porque con tan poco tiempo para campaña, únicamente la UNE tiene la estructura a nivel nacional que cubre todo y competir con eso será sumamente difícil. Es por ello que la Capital y demás zonas urbanas cobran aún mayor relevancia. La gran mayoría de habitantes de las principales Ciudades de nuestra Guatemala son católicos, Cristianos Evangélicos, así que los valores serán claves en la contienda electoral.

¿Saldrá un candidato así de fuerte para las elecciones del 2019?

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Es cuestión de valores

Betty Marroquin
11 de octubre, 2018

Para la Segunda Guerra Mundial la Résistance (Resistencia) en Francia luchó contra los Nazis que invadieron su país. Ese grupo formado a su vez por grupúsculos de hombres y mujeres franceses enfrentó a los Nazis con tácticas que luego fueron imitadas durante la guerra de guerrilla que se vivió en países como Guatemala, Perú, Colombia y Viet Nam entre otros, durante la Guerra Fría. Era formada por gente de todos los estratos sociales, profesiones y ocupaciones económicas, católicos, anarquistas, comunistas y conservadores. Todos unidos para luchar contra la ocupación Nazi.

A la luz de la guerra política que se desató en torno a la nominación del Juez ahora Magistrado Brett Kavanaugh en los Estados Unidos se formó lo que se algunos autodenominaron la “resistencia” a todo lo que representa Kavanaugh (familia, pro vida, etc), y por ende, a todo lo que representa la Administración del Presidente Donald Trump. La diferencia entre ambos movimientos es que esa resistencia nueva no busca preservar los valores y la identidad americana (familia, Dios y patria), sino destruirlos. Gente histérica que se lanzó sobre Washington-DC para embarrar de excremento la casa y aterrorizar a la familia Kavanaugh, y es la misma gente que ha escuchado el llamado de la irresponsable Representante Maxine Waters (Demócrata, obvio, de California) para que acosen a todos los Republicanos que osan alzar la frente. Esta nueva turba enloquecida, como poseída, no se mide ante nada. Llamado secundado por Hillary Clinton, quién dice a los auto proclamados tolerantes que no deben ser tolerantes con los Republicanos.

La izquierda tolerante se hace sentir a través de mujeres histéricas, vulgares y sin un sólo gramo de pudor o de recato, se lanzan sobre Senadores, sobre funcionarios, sobre vehículos en marcha, sobre edificios, para golpear, patear, insultar y a punta de alaridos hacerse sentir. Me pregunto, ¿qué desayunan…? digo, para actuar como animales salvajes. De seguir empujando el límite de la tolerancia que implica la libre expresión, puede que se encuentren con un muro que no logren vencer ni desnudándose ni pegando de alaridos histéricos, ni como en Chile, semidesnudas con colas de caballo en el derrier. Es esa misma resistencia que en Guatemala hizo el desfile de la vulva. Pero si lo piensan, los que realmente resistimos somos los que defienden aquello que la turba odia (Dios, familia, patria).

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Esto me lleva a pensar qué clase de país desean estas personas, que clase de sociedad quieren para ellas y para las futuras generaciones, digo, los que se salven de ser abortados. Todo lo que promueven implica la destrucción de la familia, base de la sociedad. Promueven todo lo que es anti procreación, o sea que si por ellos fuera, mejor dicho, dejamos de reproducirnos. Al hombre hombre, lo anulan. Alentador es que ni siquiera todos los homosexuales, por ejemplo, apoyan la agenda LGBT. Conozco muchos que son más conservadores y amantes de la familia y de Dios que muchos heterosexuales, así que yo no demonizo al género y lo veo con todo el respeto del caso. Lo que hace cada quién es únicamente asunto de ese individuo, no del vecino ni mucho menos mío.

Es en un contexto similar en Brasil que Jair Bolsonaro ha surgido como ganador de las primarias con aproximadamente el 47% de los votos, mientras que su contrincante sacó nada más un 29%. En un discurso que ví en redes el candidato Bolsonaro deja ver que es pro vida; habla de tener a Dios en su corazón, de la honestidad individual, de proteger la familia, de querer un país en el que haya igualdad, un líder que deje atrás el comunismo y el socialismo y sepulte el Foro de Sao Paulo. Que practique el libre mercado y fortalezca la seguridad pública. Queda claro que Brasil tiene problemas similares a los nuestros. Al igual que a Trump, lo tachan de homofóbico y racista, pero no me sorprendería ver a un Kanye West brasileño apoyando al futuro Presidente Bolsonaro. Candidato perfecto no existe, pero candidato pro valores, considero viene como anillo al dedo en esta coyuntura.

Es así que creo que el proximo Presidente de Guatemala será una persona que apele a esos mismos valores, y ojalá su equipo, evitando errores de Bolsonaro, porque hay que aprender de ejemplos ajenos. Luego de las últimas manifestaciones en Guatemala quedó en evidencia que los pro vida, pro familia y pro Dios somos más, y serán esos votos los que elijan Presidente. Las minorías siguen siendo minorías. Al menos el voto de la Capital y demás zonas urbanas no creo que se vaya por ofertas populistas que pregonan y ofrecen lo imposible, que apelan al resentimiento social y a la lucha de clases y razas. Creo que el candidato que conquiste el voto de las zonas urbanas podría ganar las elecciones, y digo de las zonas urbanas porque con tan poco tiempo para campaña, únicamente la UNE tiene la estructura a nivel nacional que cubre todo y competir con eso será sumamente difícil. Es por ello que la Capital y demás zonas urbanas cobran aún mayor relevancia. La gran mayoría de habitantes de las principales Ciudades de nuestra Guatemala son católicos, Cristianos Evangélicos, así que los valores serán claves en la contienda electoral.

¿Saldrá un candidato así de fuerte para las elecciones del 2019?

República es ajena a la opinión expresada en este artículo