No hay que ser adivino para entender que la polarización en el país es evidente, por ello para comprender esta realidad se debe conocer a profundidad la historia de Guatemala y sobretodo el comportamiento social que hemos tenido desde hace décadas, que establecer los parámetros con que actúan aquellos que siempre buscan establecer su bien propio y dejan de pensar en el beneficio común.
Esa polarización de la que se habla, tiene que ver con las condiciones que imponen personas y grupos de pequeños que ostentan poder, por eso, si uno observa más detenidamente se dará cuenta que todo este escenario es provocado por aquellos que han llegado y se han hecho de favores por muchos años, es decir, quienes ponen sus condiciones superiores.
La historia de Guatemala es contada con lágrimas y sangre, y para describirlo se puede recordar el Conflicto Armado Interno que dejo heridas tan profundas que no terminan de sanar y la necesidad de conocer una verdadera reconciliación con justicia, que hasta hace unos meses hemos empezado a ver, porque la verdad es que miles de personas viven en las mismas condiciones precarias.
Un 20 de octubre cuando las condiciones del país se encontraron tan inestables y con serios problemas sin resolver se da una revolución social, que dio como resultado una pequeña brecha democrática y que para ese entonces daba señales de ser un paso firma al desarrollo y por ende a un desarrollo completo de una sociedad que tanto lo necesita.
Pero de nuevo las fuerzas que se sienten cómodas en la impunidad motivaron a que ese esfuerzo en corto tiempo terminara y diera pie de nuevo a la desigualdad y crueldad social que con los años significaron grandes problemas que a la fecha no hemos sido capaces de solucionar.
En este contexto se puede decir que todo esto dio como resultado que en los años 70s y 80s se encarneciera la polarización, acompañado de la desaparición y muerte de muchos buenos guatemaltecos.
Solo basta recordar que fue un 20 de octubre de 1978, cuando ocurrió la muerte del dirigente estudiantil Oliverio Castañeda De León que como muchos otros, ofrendaron su vida por ser valientes y consecuentes al buscar que la desigualdad y depredación social terminaran.
La sociedad guatemalteca en este momento está atravesando situaciones muy difíciles y la polarización se encuentra en los niveles más altos, en donde la prepotencia y la impunidad logran posicionarse por medio de condiciones que le permiten ser en situaciones privilegiadas.
Al estar en condiciones similares de impunidad y polarización, las plegarias se hacen para no llegar a consecuencias desastrosas como en el pasado sucedieron, que solo serán de aprovechamiento para aquellos mismos que la están provocando.
La igualdad y la equidad deben llegar al país para que en realidad se cuenten con modelos de desarrollo constante y consecuente.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
No hay que ser adivino para entender que la polarización en el país es evidente, por ello para comprender esta realidad se debe conocer a profundidad la historia de Guatemala y sobretodo el comportamiento social que hemos tenido desde hace décadas, que establecer los parámetros con que actúan aquellos que siempre buscan establecer su bien propio y dejan de pensar en el beneficio común.
Esa polarización de la que se habla, tiene que ver con las condiciones que imponen personas y grupos de pequeños que ostentan poder, por eso, si uno observa más detenidamente se dará cuenta que todo este escenario es provocado por aquellos que han llegado y se han hecho de favores por muchos años, es decir, quienes ponen sus condiciones superiores.
La historia de Guatemala es contada con lágrimas y sangre, y para describirlo se puede recordar el Conflicto Armado Interno que dejo heridas tan profundas que no terminan de sanar y la necesidad de conocer una verdadera reconciliación con justicia, que hasta hace unos meses hemos empezado a ver, porque la verdad es que miles de personas viven en las mismas condiciones precarias.
Un 20 de octubre cuando las condiciones del país se encontraron tan inestables y con serios problemas sin resolver se da una revolución social, que dio como resultado una pequeña brecha democrática y que para ese entonces daba señales de ser un paso firma al desarrollo y por ende a un desarrollo completo de una sociedad que tanto lo necesita.
Pero de nuevo las fuerzas que se sienten cómodas en la impunidad motivaron a que ese esfuerzo en corto tiempo terminara y diera pie de nuevo a la desigualdad y crueldad social que con los años significaron grandes problemas que a la fecha no hemos sido capaces de solucionar.
En este contexto se puede decir que todo esto dio como resultado que en los años 70s y 80s se encarneciera la polarización, acompañado de la desaparición y muerte de muchos buenos guatemaltecos.
Solo basta recordar que fue un 20 de octubre de 1978, cuando ocurrió la muerte del dirigente estudiantil Oliverio Castañeda De León que como muchos otros, ofrendaron su vida por ser valientes y consecuentes al buscar que la desigualdad y depredación social terminaran.
La sociedad guatemalteca en este momento está atravesando situaciones muy difíciles y la polarización se encuentra en los niveles más altos, en donde la prepotencia y la impunidad logran posicionarse por medio de condiciones que le permiten ser en situaciones privilegiadas.
Al estar en condiciones similares de impunidad y polarización, las plegarias se hacen para no llegar a consecuencias desastrosas como en el pasado sucedieron, que solo serán de aprovechamiento para aquellos mismos que la están provocando.
La igualdad y la equidad deben llegar al país para que en realidad se cuenten con modelos de desarrollo constante y consecuente.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo