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¿Cuánto vales tú cómo profesional?

Jorge Alvarado
30 de octubre, 2018

Dentro del mundo de los profesionales hay una palabra que es clave y se llama “Competencia” que es vital para desempeñar un trabajo de calidad. La competencia se deriva de cuatro variables muy precisas que son: el conocimiento, las destrezas, las habilidades y las actitudes. El juego de las variables permite orientar de forma estratégica a una imagen pública con operaciones tácticas de alto nivel.

El “Conocimiento” es una de las variables indispensables, pues el bagaje teórico y práctico permite que la acumulación de aprendizaje se sistematice de forma conceptual y operativa. Tratar de concebir uno sin el otro haría que el profesional fuera incompetente porque domina solo una parte y no la integralidad. La otra variable son las “Habilidades” que tienen que ver con el potencial que un individuo posee de forma innata para desarrollar su trabajo de una forma muy versátil. También, están las “Destrezas” que son el resultado de la práctica de aplicar el conocimiento adquirido de forma constante y recurrente. Por último, tenemos las “Actitudes” que es la más simple, pero la más compleja. Aunque suene contradictorio, la simplicidad está en que es la forma en la que un individuo reacciona ante la adversidad lo que determina el éxito laboral, porque tiene que ver con la capacidad de controlar su temperamento, pero sobre todo con la inteligencia emocional. Dicho en otras palabras, una buena actitud es la de aquel que controla sus emociones y que no es víctima de ellas.

La noción de las variables es muy importante a la hora de evaluar el desempeño y el rendimiento profesional, pues en la vida hay quienes saben y, también, quienes juegan a que saben. El primero dará resultados, el segundo le mantendrá entretenido. Sin embargo, quienes no logran ejecutar un plan es porque resultan incompetentes y esto nos lleva a otro tema de debate que es la “Responsabilidad” algo que se mide con parámetros tangibles y otros intangibles. ¿Qué No es responsabilidad de un profesional? Lo siguiente: las acciones de los demás, las creencias de los demás, las ideas de los demás, los errores de los demás, las palabras de los demás, los sentimientos de los demás y, así, todo aquello que es externo a él porque es un factor que no puede controlar.

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La pregunta obligada es ¿Cuáles son las responsabilidades de un profesional? Lo siguiente: sus palabras, su conducta, sus acciones, su esfuerzo, sus ideas, sus errores, sus palabras y todas las consecuencias de sus acciones. Las responsabilidades de un profesional son advertir y aconsejar de forma oportuna a sus clientes porque los cuida y los valora. Un profesional es aquel que es puntual, posee buenos hábitos, no le importa el tiempo, le importa el trabajo. Alguien que es selectivo, con criterio y olfato agudo para intuir las cosas. Alguien que maneja información, pero que la pone al servicio de los demás. Un verdadero profesional es quien lo entrega todo y alguien que constantemente está aprendiendo de su entorno y lo utiliza con sabiduría para trabajar con liderazgo. Un profesional es quien se compromete y cumple lo que ha prometido, alguien que posee valores y los aplica deontológicamente como un código irrenunciable y no negociable.

Por eso y más, un profesional se respeta así mismo, sobre todo con los desafíos del liderazgo. Es fuerte, pero no grosero; es amable, pero no débil; es humilde, pero no tonto; es orgulloso, pero no soberbio; es exigente, pero no insensato; es creativo, pero no irreverente; es intrépido, pero no imprudente.

En conclusión, un profesional es aquel que trabaja con pericia, con veracidad y forma discreta.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

¿Cuánto vales tú cómo profesional?

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30 de octubre, 2018

Dentro del mundo de los profesionales hay una palabra que es clave y se llama “Competencia” que es vital para desempeñar un trabajo de calidad. La competencia se deriva de cuatro variables muy precisas que son: el conocimiento, las destrezas, las habilidades y las actitudes. El juego de las variables permite orientar de forma estratégica a una imagen pública con operaciones tácticas de alto nivel.

El “Conocimiento” es una de las variables indispensables, pues el bagaje teórico y práctico permite que la acumulación de aprendizaje se sistematice de forma conceptual y operativa. Tratar de concebir uno sin el otro haría que el profesional fuera incompetente porque domina solo una parte y no la integralidad. La otra variable son las “Habilidades” que tienen que ver con el potencial que un individuo posee de forma innata para desarrollar su trabajo de una forma muy versátil. También, están las “Destrezas” que son el resultado de la práctica de aplicar el conocimiento adquirido de forma constante y recurrente. Por último, tenemos las “Actitudes” que es la más simple, pero la más compleja. Aunque suene contradictorio, la simplicidad está en que es la forma en la que un individuo reacciona ante la adversidad lo que determina el éxito laboral, porque tiene que ver con la capacidad de controlar su temperamento, pero sobre todo con la inteligencia emocional. Dicho en otras palabras, una buena actitud es la de aquel que controla sus emociones y que no es víctima de ellas.

La noción de las variables es muy importante a la hora de evaluar el desempeño y el rendimiento profesional, pues en la vida hay quienes saben y, también, quienes juegan a que saben. El primero dará resultados, el segundo le mantendrá entretenido. Sin embargo, quienes no logran ejecutar un plan es porque resultan incompetentes y esto nos lleva a otro tema de debate que es la “Responsabilidad” algo que se mide con parámetros tangibles y otros intangibles. ¿Qué No es responsabilidad de un profesional? Lo siguiente: las acciones de los demás, las creencias de los demás, las ideas de los demás, los errores de los demás, las palabras de los demás, los sentimientos de los demás y, así, todo aquello que es externo a él porque es un factor que no puede controlar.

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La pregunta obligada es ¿Cuáles son las responsabilidades de un profesional? Lo siguiente: sus palabras, su conducta, sus acciones, su esfuerzo, sus ideas, sus errores, sus palabras y todas las consecuencias de sus acciones. Las responsabilidades de un profesional son advertir y aconsejar de forma oportuna a sus clientes porque los cuida y los valora. Un profesional es aquel que es puntual, posee buenos hábitos, no le importa el tiempo, le importa el trabajo. Alguien que es selectivo, con criterio y olfato agudo para intuir las cosas. Alguien que maneja información, pero que la pone al servicio de los demás. Un verdadero profesional es quien lo entrega todo y alguien que constantemente está aprendiendo de su entorno y lo utiliza con sabiduría para trabajar con liderazgo. Un profesional es quien se compromete y cumple lo que ha prometido, alguien que posee valores y los aplica deontológicamente como un código irrenunciable y no negociable.

Por eso y más, un profesional se respeta así mismo, sobre todo con los desafíos del liderazgo. Es fuerte, pero no grosero; es amable, pero no débil; es humilde, pero no tonto; es orgulloso, pero no soberbio; es exigente, pero no insensato; es creativo, pero no irreverente; es intrépido, pero no imprudente.

En conclusión, un profesional es aquel que trabaja con pericia, con veracidad y forma discreta.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo