Todos tenemos la necesidad de ser buenos oradores en el transcurso de nuestras vidas y sobre todo en los distintos ámbitos en los que nos desempeñamos. Ahora bien, para profesionales como los tomadores de decisión y figuras públicas de toda índole es imprescindible, porque muchas veces no logramos hablar en público de forma eficiente ni eficaz.
El principal punto de discusión aquí es hacer una crítica al modelo educativo tradicional, pues hay cuatro habilidades básicas que deberíamos saber y aprender que son: leer, escribir, escuchar y hablar. El modelo educativo tradicional solamente se enfoca en enseñar a leer y escribir, mientras que las otras dos habilidades como escuchar y hablar, quedan relegadas
No saber escuchar es un gran problema porque nunca nos enseñaron a tener una escucha activa. De ahí que “uno de los principales problemas en comunicación es que escuchamos para contestar y no para comprender”. La escucha activa es una habilidad que permite facilitar la comprensión del emisor, permite generar un clima de confianza y de atención, así como establecer un marco de empatía a través del interés que mostramos por escuchar a otros.
Hablar en público es otra habilidad que requiere asertividad. Es una destreza comunicacional que todos podemos desarrollar con éxito. Sin embargo, que en el sistema educativo no nos preparen para saber cómo podemos expresarnos mejor es una gran debilidad que tiene un impacto muy fuerte en la vida de muchas personas que nunca logran vencer ese temor. El miedo a hablar en público se llama glossofobia.
La pregunta es: ¿Cómo puede aspirar una sociedad a crear líderes cuando nunca nos enseñaron a expresarnos bien y mucho menos a hablar en público? Si no nos lo han contado, si no nos lo han inculcado, no sabemos la gran oportunidad que todos tenemos de ser buenos oradores para comunicarnos. Desde el espacio de nuestra vida cotidiana hasta los espacios profesionales y no se diga su importancia para figuras públicas.
Los consejos para hablar en público es tener claro cuál es el objetivo; tener conocimiento del tema que se va a comunicar; conceptualizar en tres o cuatro ideas toda la intervención para crear una estructura lógica; estar consciente del tiempo que se tiene para hablar; tratar de ser directo; lograr argumentar lo que se está diciendo; enfocarse en sembrar las ideas clave en la audiencia, así como proyectar entusiasmo y energía.
Además, debe cuidar los aspectos paralingüísticos como la entonación, el volumen, el ritmo, los silencios, la modulación y la dicción para escucharnos convincentes. Pero, también entra en este aspecto el elemento kinésico que básicamente tiene que ver con la expresión facial, los gestos, la mirada, la sonrisa y la postura corporal para alinear lo que se dice con lo que el cuerpo hace. Necesitamos darle fuerza a nuestras palabras con el lenguaje no verbal
Hablar en público es un arte que todos deberíamos cultivar porque si hablando mal nos entendemos bien, hablando bien nos entendiéramos mejor para captar la atención de nuestro público y divulgar nuestros mensajes de una forma tan contundente que logren penetrar en la audiencia.
El arte de hablar en público no radica en hablar mucho, sino en hablar lo menos posible, pero de forma precisa y clara, pues como se dice popularmente “lo que no puedes decir en 20 palabras no lo lograras decirlo en 50 ni en 80”. Hay personas que hablan mucho y no dicen nada. Es mejor incluso no hablar que hablar a lo loco y sin sentido ni enfoque rector.
Hablar en público requiere valor, criterio, preparación y actitud. Todos debemos recordar que la comunicación es la habilidad más importante en la vida y que el arte de hablar en público ayuda a construir un mundo mejor.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Todos tenemos la necesidad de ser buenos oradores en el transcurso de nuestras vidas y sobre todo en los distintos ámbitos en los que nos desempeñamos. Ahora bien, para profesionales como los tomadores de decisión y figuras públicas de toda índole es imprescindible, porque muchas veces no logramos hablar en público de forma eficiente ni eficaz.
El principal punto de discusión aquí es hacer una crítica al modelo educativo tradicional, pues hay cuatro habilidades básicas que deberíamos saber y aprender que son: leer, escribir, escuchar y hablar. El modelo educativo tradicional solamente se enfoca en enseñar a leer y escribir, mientras que las otras dos habilidades como escuchar y hablar, quedan relegadas
No saber escuchar es un gran problema porque nunca nos enseñaron a tener una escucha activa. De ahí que “uno de los principales problemas en comunicación es que escuchamos para contestar y no para comprender”. La escucha activa es una habilidad que permite facilitar la comprensión del emisor, permite generar un clima de confianza y de atención, así como establecer un marco de empatía a través del interés que mostramos por escuchar a otros.
Hablar en público es otra habilidad que requiere asertividad. Es una destreza comunicacional que todos podemos desarrollar con éxito. Sin embargo, que en el sistema educativo no nos preparen para saber cómo podemos expresarnos mejor es una gran debilidad que tiene un impacto muy fuerte en la vida de muchas personas que nunca logran vencer ese temor. El miedo a hablar en público se llama glossofobia.
La pregunta es: ¿Cómo puede aspirar una sociedad a crear líderes cuando nunca nos enseñaron a expresarnos bien y mucho menos a hablar en público? Si no nos lo han contado, si no nos lo han inculcado, no sabemos la gran oportunidad que todos tenemos de ser buenos oradores para comunicarnos. Desde el espacio de nuestra vida cotidiana hasta los espacios profesionales y no se diga su importancia para figuras públicas.
Los consejos para hablar en público es tener claro cuál es el objetivo; tener conocimiento del tema que se va a comunicar; conceptualizar en tres o cuatro ideas toda la intervención para crear una estructura lógica; estar consciente del tiempo que se tiene para hablar; tratar de ser directo; lograr argumentar lo que se está diciendo; enfocarse en sembrar las ideas clave en la audiencia, así como proyectar entusiasmo y energía.
Además, debe cuidar los aspectos paralingüísticos como la entonación, el volumen, el ritmo, los silencios, la modulación y la dicción para escucharnos convincentes. Pero, también entra en este aspecto el elemento kinésico que básicamente tiene que ver con la expresión facial, los gestos, la mirada, la sonrisa y la postura corporal para alinear lo que se dice con lo que el cuerpo hace. Necesitamos darle fuerza a nuestras palabras con el lenguaje no verbal
Hablar en público es un arte que todos deberíamos cultivar porque si hablando mal nos entendemos bien, hablando bien nos entendiéramos mejor para captar la atención de nuestro público y divulgar nuestros mensajes de una forma tan contundente que logren penetrar en la audiencia.
El arte de hablar en público no radica en hablar mucho, sino en hablar lo menos posible, pero de forma precisa y clara, pues como se dice popularmente “lo que no puedes decir en 20 palabras no lo lograras decirlo en 50 ni en 80”. Hay personas que hablan mucho y no dicen nada. Es mejor incluso no hablar que hablar a lo loco y sin sentido ni enfoque rector.
Hablar en público requiere valor, criterio, preparación y actitud. Todos debemos recordar que la comunicación es la habilidad más importante en la vida y que el arte de hablar en público ayuda a construir un mundo mejor.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo