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Ciudades Inteligentes: Demos la talla.

María Renée Estrada
21 de diciembre, 2018

La reciente publicación del BID, titulada “La ruta hacia las Smart Cities: Migrando de una gestión tradicional ala ciudad inteligente”, hace énfasis en que la noción de Ciudad Inteligente va mucho más alláde la implementación de TIC’s. Por tanto, el concepto de Ciudad Inteligente loutilizan de manera amplia, señalando a todas aquellas urbes que ponen el ser humano al centro del desarrollo yplanificación, estableciendo de esa manera una visión a largo plazo.

Esto representa un gran reto para Guatemala, lacual -según datos de la Agenda Urbana en 2016- proyecta para el año 2032: 15millones de personas en las ciudades intermedias, 2 millones de personas en loscentros urbanos dispersos y 5 millones de personas en área rural. Según datos de la ONU, en 2050 el 70% de lapoblación mundial (más de 6.000 millones) vivirá en ciudades (64.1% de laspersonas en los países en desarrollo)

¿Puede Guatemala diseñar y poner en marchaciudades inteligentes?

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La respuesta es sí. Evidentemente, con muchotrabajo y colaboración de por medio. UnaCiudad Inteligente es aquella que colocaa las personas en el centro del desarrollo, incorpora Tecnologías de laInformación y Comunicación en la gestión urbana y usa estos elementos comoherramientas para estimular la formación de un gobierno eficiente que incluyaprocesos de planificación colaborativa y participación ciudadana. Al promoverun desarrollo integrado y sostenible, las Ciudades Inteligentes se tornan másinnovadoras, competitivas, atractivas y resilientes, mejorando así vidas.

El gran reto para nuestro país, empezando porla ciudad, es comprender y poner en marcha políticas centradas en la persona,con base en las necesidades que cada comunidad tiene (las cuales, es importantecomprender, son distintas y varían según cada sector). Además, de poderimplementar mecanismos que faciliten la colaboración y alianzas entre lasinstituciones públicas, privadas y sociedad civil.  Es fundamental empujar la participaciónciudadana en el diseño, creación e implementación de políticas públicas en estesentido. El país debe funcionar por y para sus ciudadanos, y no al revés.

¿Qué debemos hacer entonces? Tanto losservidores públicos, los empresarios, y la ciudadanía en general. Para el BID,en síntesis, una Smart City es:

  • Aquella ciudad que generaintegración, suministrando a la administración pública información necesaria ytransparente. Promover la colaboración y alianzas entre sectores, con mirahacia el bien común.
  • Optimiza la asignación de recursos. Crearproyectos sostenibles.
  •  Permite una mayor participación de la sociedadcivil en la administración. Fortalecer la participación ciudadana en temaspúblicos.
  • Genera procedimientos comunes queaumentan la eficiencia del gobierno. Exigir buenas prácticasgubernamentales.
  • Tiene un elevado grado desatisfacción de sus habitantes. Medir los proyectos y políticasimplementadas.
  • Produce indicadores de desempeño queson útiles para medir, comparar y mejorar las políticas públicas. ProducirBig Data, acompañada siempre de Thick Data.

En palabras de EnriqueV. Iglesias, ex Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (1988-2005): “No es suficiente con tener ciudadesinteligentes. También hace falta tener ciudadanos inteligentes”.

Demos la talla.

———

Fuente:

La ruta hacia las Smart Cities: Migrando de una gestión tradicional a la ciudad inteligente
/ Maurício Bouskela, Márcia Casseb, Silvia Bassi, Cristina De Luca y Marcelo Facchina. p. cm. – (Monografía del BID; 454)


República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Ciudades Inteligentes: Demos la talla.

María Renée Estrada
21 de diciembre, 2018

La reciente publicación del BID, titulada “La ruta hacia las Smart Cities: Migrando de una gestión tradicional ala ciudad inteligente”, hace énfasis en que la noción de Ciudad Inteligente va mucho más alláde la implementación de TIC’s. Por tanto, el concepto de Ciudad Inteligente loutilizan de manera amplia, señalando a todas aquellas urbes que ponen el ser humano al centro del desarrollo yplanificación, estableciendo de esa manera una visión a largo plazo.

Esto representa un gran reto para Guatemala, lacual -según datos de la Agenda Urbana en 2016- proyecta para el año 2032: 15millones de personas en las ciudades intermedias, 2 millones de personas en loscentros urbanos dispersos y 5 millones de personas en área rural. Según datos de la ONU, en 2050 el 70% de lapoblación mundial (más de 6.000 millones) vivirá en ciudades (64.1% de laspersonas en los países en desarrollo)

¿Puede Guatemala diseñar y poner en marchaciudades inteligentes?

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La respuesta es sí. Evidentemente, con muchotrabajo y colaboración de por medio. UnaCiudad Inteligente es aquella que colocaa las personas en el centro del desarrollo, incorpora Tecnologías de laInformación y Comunicación en la gestión urbana y usa estos elementos comoherramientas para estimular la formación de un gobierno eficiente que incluyaprocesos de planificación colaborativa y participación ciudadana. Al promoverun desarrollo integrado y sostenible, las Ciudades Inteligentes se tornan másinnovadoras, competitivas, atractivas y resilientes, mejorando así vidas.

El gran reto para nuestro país, empezando porla ciudad, es comprender y poner en marcha políticas centradas en la persona,con base en las necesidades que cada comunidad tiene (las cuales, es importantecomprender, son distintas y varían según cada sector). Además, de poderimplementar mecanismos que faciliten la colaboración y alianzas entre lasinstituciones públicas, privadas y sociedad civil.  Es fundamental empujar la participaciónciudadana en el diseño, creación e implementación de políticas públicas en estesentido. El país debe funcionar por y para sus ciudadanos, y no al revés.

¿Qué debemos hacer entonces? Tanto losservidores públicos, los empresarios, y la ciudadanía en general. Para el BID,en síntesis, una Smart City es:

  • Aquella ciudad que generaintegración, suministrando a la administración pública información necesaria ytransparente. Promover la colaboración y alianzas entre sectores, con mirahacia el bien común.
  • Optimiza la asignación de recursos. Crearproyectos sostenibles.
  •  Permite una mayor participación de la sociedadcivil en la administración. Fortalecer la participación ciudadana en temaspúblicos.
  • Genera procedimientos comunes queaumentan la eficiencia del gobierno. Exigir buenas prácticasgubernamentales.
  • Tiene un elevado grado desatisfacción de sus habitantes. Medir los proyectos y políticasimplementadas.
  • Produce indicadores de desempeño queson útiles para medir, comparar y mejorar las políticas públicas. ProducirBig Data, acompañada siempre de Thick Data.

En palabras de EnriqueV. Iglesias, ex Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (1988-2005): “No es suficiente con tener ciudadesinteligentes. También hace falta tener ciudadanos inteligentes”.

Demos la talla.

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Fuente:

La ruta hacia las Smart Cities: Migrando de una gestión tradicional a la ciudad inteligente
/ Maurício Bouskela, Márcia Casseb, Silvia Bassi, Cristina De Luca y Marcelo Facchina. p. cm. – (Monografía del BID; 454)


República es ajena a la opinión expresada en este artículo