Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Guate-cangrejo

Carolina Castellanos
07 de diciembre, 2018

A muchos de nosotros nos gusta comer cangrejo, aunque en nuestra Guatemala, con acceso a dos océanos, resulta ser un platillo costoso.  Este animalito es algo peculiar en cuanto a su comportamiento. Todos caminan hacia los lados, algunos hacia delante y otros hacia atrás. Resulta que se comunican batiendo sus tenazas o moviéndolas como si fueran tambores.

¿Les suena familiar este comportamiento? A mi sí.  Al ver cómo está nuestra Guate, veo que somos pocos los que estamos queriendo caminar hacia delante. Aquí incluyo a los que trabajamos día a día, ganándonos el sustento diario, como decimos en buen chapín, y sorteando la infinidad de problemas que, lamentablemente,  quedarán como un gran pendiente cuando la administración de Jimmy Morales entregue el cargo a un sucesor.

Vamos hacia delante hasta que nos topamos con la inseguridad, la justicia parcializada y poseída por CICIG, con un gobierno inoperante, con el sistema vial en pedazos y ni soñar con utilizar los servicios públicos de salud, salvo que sea demasiado necesario.  Los más visibles últimamente son los magistrados de la corte de constitucionalidad (en minúsculas, a propósito).  Su extralimitación de funciones, hasta llegar al extremo de dar órdenes al Presidente de la República, raya en lo inaudito. Imposible avanzar con tanta corrupción en donde se supone que debe defenderse y respetarse la Constitución.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Es aquí cuando, si bien nos va, empezamos a caminar hacia los lados. Nos topamos con muchos como nosotros, en la lucha diaria.  Algunos se comunicarán como los cangrejos, batiendo sus tenazas para quitarnos del camino. Los corruptos de siempre, los mercantilistas a quienes estorbamos y los funcionarios que se empeñan en no servir si no va el billete engrapado en el formulario que deben autorizar, son solo algunos ejemplos.

Vamos hacia los lados cuando nos enfrentamos a los envidiosos de siempre: aquellos que pregonan el socialismo por convicción o por conveniencia.  Pienso que la mayoría está en este segundo grupo.  Nos atacan, nos acusan de oligarcas y hasta de corruptos por no creer en san Iván, por seguir en la lucha para tener una vida digna y no como ellos, disfrutando del dinero ajeno. Es fácil criticar cuando el sustento diario llega, con creces, sin tener que trabajar.  Se aprenden la retórica, se pegan a quienes la financian y ¡viva la vida fácil!

Queda un grupo que camina hacia atrás, y son aquellos que arriesgan sus vidas emigrando hacia el norte, porque nuestro país no les ofrece ninguna oportunidad.  También están aquí los que se rinden y deciden plegarse a las corrientes “seguras”.  Violan sus principios y empiezan a pregonar, por conveniencia, sobre la justicia social, los logros de CICIG, la lucha contra la corrupción, la ideología de género y un largo etcétera, desde la comodidad que les da el pollo frito o la cooperación internacional.  Pareciera que van hacia delante, pero la historia cobra facturas y nada es para siempre.

No pueden faltar, en esta playa de ensueño, las peleas batiendo tenazas.  En buen chapín, los codazos.  Aquí están los ataques constantes en las redes sociales, hacia todo y todos que difieren de sus espurios intereses.  No teniendo otra fortaleza que la de sus dedos tecleando en sus teléfonos capitalistas, intentan desacreditar por no poder sostener un argumento.

Al final del día, se pone el sol en un espectáculo esplendoroso.  Amanece de nuevo y disfrutamos de los primeros sus rayos, hasta que los cangrejos aparecen para cumplir su función. Se avecina lo que debería ser una fiesta cívica, el proceso electoral.  Me temo que saldrán de las profundidades del mar, todo tipo de seres que harán parecer a los cangrejos, palomas de la paz.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Guate-cangrejo

Carolina Castellanos
07 de diciembre, 2018

A muchos de nosotros nos gusta comer cangrejo, aunque en nuestra Guatemala, con acceso a dos océanos, resulta ser un platillo costoso.  Este animalito es algo peculiar en cuanto a su comportamiento. Todos caminan hacia los lados, algunos hacia delante y otros hacia atrás. Resulta que se comunican batiendo sus tenazas o moviéndolas como si fueran tambores.

¿Les suena familiar este comportamiento? A mi sí.  Al ver cómo está nuestra Guate, veo que somos pocos los que estamos queriendo caminar hacia delante. Aquí incluyo a los que trabajamos día a día, ganándonos el sustento diario, como decimos en buen chapín, y sorteando la infinidad de problemas que, lamentablemente,  quedarán como un gran pendiente cuando la administración de Jimmy Morales entregue el cargo a un sucesor.

Vamos hacia delante hasta que nos topamos con la inseguridad, la justicia parcializada y poseída por CICIG, con un gobierno inoperante, con el sistema vial en pedazos y ni soñar con utilizar los servicios públicos de salud, salvo que sea demasiado necesario.  Los más visibles últimamente son los magistrados de la corte de constitucionalidad (en minúsculas, a propósito).  Su extralimitación de funciones, hasta llegar al extremo de dar órdenes al Presidente de la República, raya en lo inaudito. Imposible avanzar con tanta corrupción en donde se supone que debe defenderse y respetarse la Constitución.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Es aquí cuando, si bien nos va, empezamos a caminar hacia los lados. Nos topamos con muchos como nosotros, en la lucha diaria.  Algunos se comunicarán como los cangrejos, batiendo sus tenazas para quitarnos del camino. Los corruptos de siempre, los mercantilistas a quienes estorbamos y los funcionarios que se empeñan en no servir si no va el billete engrapado en el formulario que deben autorizar, son solo algunos ejemplos.

Vamos hacia los lados cuando nos enfrentamos a los envidiosos de siempre: aquellos que pregonan el socialismo por convicción o por conveniencia.  Pienso que la mayoría está en este segundo grupo.  Nos atacan, nos acusan de oligarcas y hasta de corruptos por no creer en san Iván, por seguir en la lucha para tener una vida digna y no como ellos, disfrutando del dinero ajeno. Es fácil criticar cuando el sustento diario llega, con creces, sin tener que trabajar.  Se aprenden la retórica, se pegan a quienes la financian y ¡viva la vida fácil!

Queda un grupo que camina hacia atrás, y son aquellos que arriesgan sus vidas emigrando hacia el norte, porque nuestro país no les ofrece ninguna oportunidad.  También están aquí los que se rinden y deciden plegarse a las corrientes “seguras”.  Violan sus principios y empiezan a pregonar, por conveniencia, sobre la justicia social, los logros de CICIG, la lucha contra la corrupción, la ideología de género y un largo etcétera, desde la comodidad que les da el pollo frito o la cooperación internacional.  Pareciera que van hacia delante, pero la historia cobra facturas y nada es para siempre.

No pueden faltar, en esta playa de ensueño, las peleas batiendo tenazas.  En buen chapín, los codazos.  Aquí están los ataques constantes en las redes sociales, hacia todo y todos que difieren de sus espurios intereses.  No teniendo otra fortaleza que la de sus dedos tecleando en sus teléfonos capitalistas, intentan desacreditar por no poder sostener un argumento.

Al final del día, se pone el sol en un espectáculo esplendoroso.  Amanece de nuevo y disfrutamos de los primeros sus rayos, hasta que los cangrejos aparecen para cumplir su función. Se avecina lo que debería ser una fiesta cívica, el proceso electoral.  Me temo que saldrán de las profundidades del mar, todo tipo de seres que harán parecer a los cangrejos, palomas de la paz.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo