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El cuerpo es el mensaje

Jorge Alvarado
21 de febrero, 2018

El cuerpo comunica por sí mismo, nunca miente y siempre nos delata. Hay un adagio que dice “por muy bien que se nos dé hablar, a veces las palabras no son el mejor medio de comunicación” y es, precisamente en ese instante, cuando descubrimos que el cuerpo es el mayor transmisor de nuestro estado anímico, basado en las emociones y en los sentimientos.

Desde pequeños nos enseñan a hablar y a perfeccionar constantemente nuestro lenguaje. Pero, hay muchas ocasiones que el silencio habla de una forma más contundente que el sonido de la voz. Esto es así porque es el lenguaje de los sentidos.

Incluso, en momentos de una pelea el mejor método de conciliación podría ser permanecer en silencio, como muestra de respeto y detener ese sentimiento de coraje e ira. Contrario a lo que nos han enseñado, el silencio es un arte. El arte de encontrarte a ti mismo. Te permite reflexionar y es un gran aliado para permanecer en un estado de catarsis. Dominar el arte del silencio es alcanzar uno de los secretos de la comunicación.

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Quien ha dicho que el silencio es malo, no ha logrado conectarse consigo mismo. El punto es comprender que cada movimiento del cuerpo tiene un significado. Cada mirada expresa un sentimiento. Cada expresión facial tiene una interpretación y cada sonrisa o gesto conlleva una dosis de simbolismo. Lo importante no es lo que dicen los demás sino lo que nos decimos a nosotros mismos, primero que a nadie. En este sentido, los ojos transmiten un mensaje y podemos crear un clima de confianza o desconfianza.

Cuando das aprecio a los demás con tu lenguaje corporal un abrazo, una sonrisa, una palmadita en la espalda o simplemente das afecto, te permite recibir cariño. El punto sobre el que gira la idea de que el cuerpo es el mensaje es que cuando lo hemos comprendido aprendemos a comunicarnos de mejor y simplificamos el proceso de interacción, porque se logra un alcance más amplio que las palabras no tienen. De esta forma reconduciremos la comunicación.

Por último, empezar a controlar el lenguaje de tu cuerpo debe ir acompañado de otros puntos importantes como la buena actitud, asertividad, tolerancia y control emocional.  Esto nos dará la habilidad de mantener una escucha activa para transmitir tranquilidad y generar confianza.  Cuando escuchamos a alguien y mantenemos una mirada tranquila y relajada es cuando suceden dos cosas fundamentales que son: transmitir y conectar con otra persona.

En definitiva, el lenguaje del cuerpo es interpretativo, porque pretender hablar cuando el otro no está en condiciones de escucharnos. Significa no tener una lectura precisa de la circunstancia y de la persona. En ese momento desfavorable, solamente entendiendo el mensaje del cuerpo nos permitirá a través de este, interpretar cuando ya podemos buscar un punto de encuentro. Es por ello, que se dice “el cuerpo es el mensaje”.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

El cuerpo es el mensaje

Jorge Alvarado
21 de febrero, 2018

El cuerpo comunica por sí mismo, nunca miente y siempre nos delata. Hay un adagio que dice “por muy bien que se nos dé hablar, a veces las palabras no son el mejor medio de comunicación” y es, precisamente en ese instante, cuando descubrimos que el cuerpo es el mayor transmisor de nuestro estado anímico, basado en las emociones y en los sentimientos.

Desde pequeños nos enseñan a hablar y a perfeccionar constantemente nuestro lenguaje. Pero, hay muchas ocasiones que el silencio habla de una forma más contundente que el sonido de la voz. Esto es así porque es el lenguaje de los sentidos.

Incluso, en momentos de una pelea el mejor método de conciliación podría ser permanecer en silencio, como muestra de respeto y detener ese sentimiento de coraje e ira. Contrario a lo que nos han enseñado, el silencio es un arte. El arte de encontrarte a ti mismo. Te permite reflexionar y es un gran aliado para permanecer en un estado de catarsis. Dominar el arte del silencio es alcanzar uno de los secretos de la comunicación.

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Quien ha dicho que el silencio es malo, no ha logrado conectarse consigo mismo. El punto es comprender que cada movimiento del cuerpo tiene un significado. Cada mirada expresa un sentimiento. Cada expresión facial tiene una interpretación y cada sonrisa o gesto conlleva una dosis de simbolismo. Lo importante no es lo que dicen los demás sino lo que nos decimos a nosotros mismos, primero que a nadie. En este sentido, los ojos transmiten un mensaje y podemos crear un clima de confianza o desconfianza.

Cuando das aprecio a los demás con tu lenguaje corporal un abrazo, una sonrisa, una palmadita en la espalda o simplemente das afecto, te permite recibir cariño. El punto sobre el que gira la idea de que el cuerpo es el mensaje es que cuando lo hemos comprendido aprendemos a comunicarnos de mejor y simplificamos el proceso de interacción, porque se logra un alcance más amplio que las palabras no tienen. De esta forma reconduciremos la comunicación.

Por último, empezar a controlar el lenguaje de tu cuerpo debe ir acompañado de otros puntos importantes como la buena actitud, asertividad, tolerancia y control emocional.  Esto nos dará la habilidad de mantener una escucha activa para transmitir tranquilidad y generar confianza.  Cuando escuchamos a alguien y mantenemos una mirada tranquila y relajada es cuando suceden dos cosas fundamentales que son: transmitir y conectar con otra persona.

En definitiva, el lenguaje del cuerpo es interpretativo, porque pretender hablar cuando el otro no está en condiciones de escucharnos. Significa no tener una lectura precisa de la circunstancia y de la persona. En ese momento desfavorable, solamente entendiendo el mensaje del cuerpo nos permitirá a través de este, interpretar cuando ya podemos buscar un punto de encuentro. Es por ello, que se dice “el cuerpo es el mensaje”.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo