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La corrupción…pero del internet

Juan Diego Godoy
25 de febrero, 2018

Estas últimas dos semanas pidieron a gritos que discutiéramos sobre un tema que amerita protagonismo en nuestras pláticas diarias: el Internet, o más específico, los enemigos del la convivencia web y los causantes del desgaste digital actual.

Hace unos días se hizo pública la decisión y actualización de Twitter con relación a las “publicaciones robotizadas con injerencia negativa”. Para quienes no se enteraron, la red social decidió suprimir los contenidos que se difunden de forma automatizada y simultánea a través de varios perfiles. Además, el término “Netcenter” y su significado verdadero acaparó la atención de tanques de pensamientos, medios de comunicación y expertos. Hubo intensos debates con relación al tema e interesantes artículos que lo explican muy bien.

Aprovechando que esta sana discusión ya fue encendida, quiero retomar el tema pero desde otro punto de vista; uno que considero que se relaciona mucho pero se ha mencionado poco: el papel de los Millennials y la corrupción del internet.

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Si bien los Netcenters representan una amenaza en las redes sociales y deben ser erradicados (con políticas como la de Twitter), también existe el “contenido basura”, aquel que destruye y tergiversa; ese que corrompe al internet.

Los hay varios, de todos tamaños y formas, en todos sitios y con distintos nombres. Muchos han sido creados para promover las Fake News, una práctica que se ha popularizado conforme avanza la tecnología en las comunicaciones. Otros distribuyen información que pretenden erróneamente encasillar en categorías como entretenimiento, virales o cultura, pero que no es más que chisme, desinformación, morbo y pornografía. También está ese tipo de contenido que miente, esos titulares que dicen algo solo para atraer clics pero que dentro del cuerpo noticioso no informan nada, ese material poco trabajado que en vez de ser “periodismo” pareciera boletín informativo robado.

Todo este tipo de contenido es perjudicial para el “ciberespacio”. Contamina y corrompe. Si bien es cierto que los usuarios son responsables de lo que consumen y comparten en internet y las redes sociales, no son los únicos responsables. ¿Qué hay de quienes crean este contenido? ¿Cuándo los señalaremos y les exigiremos calidad y no pestilencia? Las “plumas” detrás de este tipo de artículos, fotografías, videos, comentarios y posts son igual de culpables e infectan de la misma manera que un Netcenter. Nos ofrecen basura.

La discusión es sana y necesaria. Quienes exigimos un internet que construya, informe, cuestione e innove tenemos que unirnos y pedirlo sin cansarnos. ¡No toleremos más la corrupción del internet! Está en nuestras manos. Denunciemos este tipo de contenido y, si tenemos las herramientas y habilidades, atrevámonos a publicar aquello que contribuya a la construcción de una mejor sociedad; una que estará informada y no desformada, que debatirá con argumentos y no falacias y que invertirá su tiempo en una oferta digital llamativa y seria.

El internet es uno de los mejores inventos pero que, así como las armas, en las manos equivocadas y sin la presión consciente necesaria, puede convertirse en la ruina del hombre. ¡No a la corrupción del internet!

Recomiendo estos artículos: 

https://medium.com/@luisassardo/los-netcenters-negocio-de-manipulaci%C3%B3n-2140cf7262fc

http://www.relato.gt/blogs/es-eso-lo-que-nos-gusta-a-los-millennials-no-no-mas-contenido-basura-el-blog-de-juan

https://republica.gt/2018/02/23/ataque-frontal-los-netcenters-twitter-prohibe-mensajes-robotizados/

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

La corrupción…pero del internet

Juan Diego Godoy
25 de febrero, 2018

Estas últimas dos semanas pidieron a gritos que discutiéramos sobre un tema que amerita protagonismo en nuestras pláticas diarias: el Internet, o más específico, los enemigos del la convivencia web y los causantes del desgaste digital actual.

Hace unos días se hizo pública la decisión y actualización de Twitter con relación a las “publicaciones robotizadas con injerencia negativa”. Para quienes no se enteraron, la red social decidió suprimir los contenidos que se difunden de forma automatizada y simultánea a través de varios perfiles. Además, el término “Netcenter” y su significado verdadero acaparó la atención de tanques de pensamientos, medios de comunicación y expertos. Hubo intensos debates con relación al tema e interesantes artículos que lo explican muy bien.

Aprovechando que esta sana discusión ya fue encendida, quiero retomar el tema pero desde otro punto de vista; uno que considero que se relaciona mucho pero se ha mencionado poco: el papel de los Millennials y la corrupción del internet.

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Si bien los Netcenters representan una amenaza en las redes sociales y deben ser erradicados (con políticas como la de Twitter), también existe el “contenido basura”, aquel que destruye y tergiversa; ese que corrompe al internet.

Los hay varios, de todos tamaños y formas, en todos sitios y con distintos nombres. Muchos han sido creados para promover las Fake News, una práctica que se ha popularizado conforme avanza la tecnología en las comunicaciones. Otros distribuyen información que pretenden erróneamente encasillar en categorías como entretenimiento, virales o cultura, pero que no es más que chisme, desinformación, morbo y pornografía. También está ese tipo de contenido que miente, esos titulares que dicen algo solo para atraer clics pero que dentro del cuerpo noticioso no informan nada, ese material poco trabajado que en vez de ser “periodismo” pareciera boletín informativo robado.

Todo este tipo de contenido es perjudicial para el “ciberespacio”. Contamina y corrompe. Si bien es cierto que los usuarios son responsables de lo que consumen y comparten en internet y las redes sociales, no son los únicos responsables. ¿Qué hay de quienes crean este contenido? ¿Cuándo los señalaremos y les exigiremos calidad y no pestilencia? Las “plumas” detrás de este tipo de artículos, fotografías, videos, comentarios y posts son igual de culpables e infectan de la misma manera que un Netcenter. Nos ofrecen basura.

La discusión es sana y necesaria. Quienes exigimos un internet que construya, informe, cuestione e innove tenemos que unirnos y pedirlo sin cansarnos. ¡No toleremos más la corrupción del internet! Está en nuestras manos. Denunciemos este tipo de contenido y, si tenemos las herramientas y habilidades, atrevámonos a publicar aquello que contribuya a la construcción de una mejor sociedad; una que estará informada y no desformada, que debatirá con argumentos y no falacias y que invertirá su tiempo en una oferta digital llamativa y seria.

El internet es uno de los mejores inventos pero que, así como las armas, en las manos equivocadas y sin la presión consciente necesaria, puede convertirse en la ruina del hombre. ¡No a la corrupción del internet!

Recomiendo estos artículos: 

https://medium.com/@luisassardo/los-netcenters-negocio-de-manipulaci%C3%B3n-2140cf7262fc

http://www.relato.gt/blogs/es-eso-lo-que-nos-gusta-a-los-millennials-no-no-mas-contenido-basura-el-blog-de-juan

https://republica.gt/2018/02/23/ataque-frontal-los-netcenters-twitter-prohibe-mensajes-robotizados/

República es ajena a la opinión expresada en este artículo