Semana Santa puede significar dos cosas. Un tiempo de reflexión continúa o una época para disfrutar del descanso en un lugar caluroso o el que nos parezca más adecuado. Sin embargo, de alguna manera, en ambas situaciones buscamos salir de la rutina y encontrarnos con un poco, al menos un poco, de paz.
Si nos detenemos a pensar un rato, siempre queremos salir de nuestra rutina diaria, de los mismos pasos que repetimos cinco veces a la semana por más de 5 horas. Y es que en esos días “normales” es verdaderamente difícil encontrar un momento para pensar en nosotros, para tener un poco de calma y reflexionar o solamente descansar.
Por eso se aprovecha en estos días para poder irse un rato a algún sitio del país, para visitar a los que tenemos medio olvidados, para ver a nuestros seres queridos o simplemente conocer un poco más de Guatemala. También se aprovecha a estrechar lazos y a buscar paz en ese proceso a través de la fe.
No deja de impresionar ver a miles de personas esperando ver una procesión, o que en la Antigua se pueda observar a muchos extranjeros ayudando a hacer las alfombras. Pero sobre todo no deja de impactar la fe de cada una de las personas que las hacen posibles año con año.
Y que en días como viernes y sábado santo encuentran la paz a través del silencio de todo aquello que les rodea. Reflexionando sobre el sacrifico de Jesús y la manera en la que se puede retornar algo, aunque sea muy pequeño, a este. De todo corazón espero que no se queden con la idea de alguien que murió y no regresará, sino que piensen en la alegría de saberse parte de algo que está vivo.
Para quiénes viven su paz desde el alejamiento de la monotonía y el caos de la ciudad de Guatemala, igual es un buen momento para tomar la decisión de hacer espacio para momentos de paz y silencio en el día a día. Esto, sobre todo, para que se rompa la rutina y se haga algo más de lo que se hace ya, siempre.
La Semana Santa está a nada de terminar. Y solo espero que en cualquiera de los significados que le haya dado usted a ella, se haya encontrado verdaderamente con la paz que muchas veces nos regala el silencio. Y la forma que tiene de actuar la paz que siempre es extremadamente silenciosa.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Semana Santa puede significar dos cosas. Un tiempo de reflexión continúa o una época para disfrutar del descanso en un lugar caluroso o el que nos parezca más adecuado. Sin embargo, de alguna manera, en ambas situaciones buscamos salir de la rutina y encontrarnos con un poco, al menos un poco, de paz.
Si nos detenemos a pensar un rato, siempre queremos salir de nuestra rutina diaria, de los mismos pasos que repetimos cinco veces a la semana por más de 5 horas. Y es que en esos días “normales” es verdaderamente difícil encontrar un momento para pensar en nosotros, para tener un poco de calma y reflexionar o solamente descansar.
Por eso se aprovecha en estos días para poder irse un rato a algún sitio del país, para visitar a los que tenemos medio olvidados, para ver a nuestros seres queridos o simplemente conocer un poco más de Guatemala. También se aprovecha a estrechar lazos y a buscar paz en ese proceso a través de la fe.
No deja de impresionar ver a miles de personas esperando ver una procesión, o que en la Antigua se pueda observar a muchos extranjeros ayudando a hacer las alfombras. Pero sobre todo no deja de impactar la fe de cada una de las personas que las hacen posibles año con año.
Y que en días como viernes y sábado santo encuentran la paz a través del silencio de todo aquello que les rodea. Reflexionando sobre el sacrifico de Jesús y la manera en la que se puede retornar algo, aunque sea muy pequeño, a este. De todo corazón espero que no se queden con la idea de alguien que murió y no regresará, sino que piensen en la alegría de saberse parte de algo que está vivo.
Para quiénes viven su paz desde el alejamiento de la monotonía y el caos de la ciudad de Guatemala, igual es un buen momento para tomar la decisión de hacer espacio para momentos de paz y silencio en el día a día. Esto, sobre todo, para que se rompa la rutina y se haga algo más de lo que se hace ya, siempre.
La Semana Santa está a nada de terminar. Y solo espero que en cualquiera de los significados que le haya dado usted a ella, se haya encontrado verdaderamente con la paz que muchas veces nos regala el silencio. Y la forma que tiene de actuar la paz que siempre es extremadamente silenciosa.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo