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¿Prohibir el plástico de un solo uso?

Ramon Parellada
19 de abril, 2018

Existen algunas iniciativas por parte de grupos particulares para prohibir el plástico desechable de un solo uso.  Ya en alguna municipalidad del país se ha prohibido por parte del alcalde el uso de pajillas y productos de plástico desechables.  ¿Es esta la solución al problema de contaminación de desechos sólidos en nuestro país?  No, definitivamente ese no es el camino y voy a explicar por qué.

El plástico ha permitido que muchos alimentos lleguen con total inocuidad a los rincones más escondidos del planeta.  Ha permitido que ahora muchas personas tengan acceso a alimentos sin contaminación, sin refrigeración, sin tanto peso y puedan alimentarse mejor.  La variedad de empaques permite esto.  En el caso de los plásticos desechables y pajillas permite también que quien consume sus alimentos pueda hacerlo con limpieza e inocuidad evitando así contaminaciones graves.  Esto para mencionar na pequeña ventaja del uso de los plásticos.   No voy a mencionar las ventajas de los plásticos en el resto de industrias como la médica, la automotriz y casi todas las demás porque son innumerables.

De todos los productos que existen, el plástico es el más económico y el que menor huella de carbono tiene.  Así que de entradita ya ayuda al medio ambiente según los estándares de quienes le critican.  Entonces, ¿cuál es el problema?  El problema no es el plástico, es la gente que no tira la basura en su lugar.  Somos buenos para consumir nuestros productos y apreciamos que venga bien empacado, que nos den un atol en un vaso térmico desechable o una tostada en un plato desechable.  Pero luego somos irresponsables a la hora de disponer de esos vasos, platos pajillas y bolsas.  Las tiramos donde nos da la gana en vez de tirarlas en el basurero.  Los responsables que exista tanta basura plástica, sumada a toda clase de desechos sólidos de otro tipo por todo el país, somos nosotros, no los productos que utilizamos.

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Si prohibimos el plástico de un solo uso, vamos a parar prohibiendo cualquier cosa en el futuro.  ¿Dónde paramos?  No sólo es equivocado prohibirlo sino que abre las puertas para que cualuiera que considere que algo no le parece pida su prohibición.  Estamos entrando en una sociedad de prohibiciones e irresponsabilidad en vez de una de persuasión y responsabilidad.

No podemos trasladar nuestra responsabilidad a un producto que nos es útil.  La basura no llega a las carreteras, ríos, lagos, mares y montañas solita.  Alguien la tiró, una persona con nombre y apellido.  Es la persona la que tira la basura donde le da la gana la responsable.  

Justo ayer se publicó en Siglo21 ( http://s21.gt/2018/04/19/basura-guatemala-y-japon/ )  un artículo sobre el tema comparando una de las sociedades más limpias del mundo, Japón, con Guatemala.  Me parece interesante resaltar el siguiente párrafo de ese artículo:

“Me pregunto si esto es cultura o una cuestión de educación.  En Japón, por ejemplo, no hay basura en la calle.  No hay basureros en las calles tampoco.  Los japoneses guardan la basura que generan durante el día y la llevan consigo para tirarla en sus casas al final de la jornada o bien en las oficinas donde trabajan.  En este caso es una cuestión cultural y de educación que han aprendido en el hogar.  Para un japonés, tirar la basura en la calle es vergonzoso.  Tampoco hay “graffitis” en el metro ni en paredes.  Ni pensar en ver a una persona orinando en la calle.”

En Guatemala tenemos ya un ejemplo donde el guatemalteco puede es responsable para no ensuciar su ambiente.  Es el caso del IRTRA.  Quienes van al IRTRA se comportan bien.  No tiran la basura en el lugar, sino que buscan un basurero para ello.  Es verdad que todos los trabajadores de este centro recreacional han sido capacitados para que con buen modo le pidan a los visitantes que tiren la basura en su lugar.  Es decir, que hay alguien supervisando que si Ud. Tira la basura en el suelo, alguien le indique que la recoja y la tire en un basurero.  

De alguna manera esto pasa en casi todas las instituciones privadas.  Nadie quiere ver su casa sucia.  Donde existe propiedad privada, el área está más limpia y cuidad que donde no existe.  Los caminos comunales, las carreteras, los ríos, los lagos, el mar son áreas donde la basura abunda porque no hay un dueño que esté reprochando que otros le tiren su basura en esos sitios.  De aquí se justifica que las alcaldías cuiden de su medio ambiente imponiendo sanciones a quien tire la basura fuera de su lugar.  El manejo de desechos sólidos podría ser eficiente si fuera privada y no un monopolio de las municipalidades.  El usuario tendría que pagar el precio del mismo y mientras más competencia exista, mejor.  

Finalmente, pienso que si las personas en lo particular quieren dejar de usar un producto lo pueden hacer.  Pero no pueden pedir al gobierno que pase una ley prohibiendo algo que otros consideran que les es muy útil.  Para resolver el problema de la contaminación del medio ambiente con desechos sólidos no podemos prohibir ciertos productos sino debemos hacer responsables en forma individual al dueño de su propia basura. Termino esta breve reflexión de la misma manera en la que cerré mi artículo de ayer: “Yo soy responsable de mi basura.  Tú, ¿eres responsable de la tuya?” 

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

¿Prohibir el plástico de un solo uso?

Ramon Parellada
19 de abril, 2018

Existen algunas iniciativas por parte de grupos particulares para prohibir el plástico desechable de un solo uso.  Ya en alguna municipalidad del país se ha prohibido por parte del alcalde el uso de pajillas y productos de plástico desechables.  ¿Es esta la solución al problema de contaminación de desechos sólidos en nuestro país?  No, definitivamente ese no es el camino y voy a explicar por qué.

El plástico ha permitido que muchos alimentos lleguen con total inocuidad a los rincones más escondidos del planeta.  Ha permitido que ahora muchas personas tengan acceso a alimentos sin contaminación, sin refrigeración, sin tanto peso y puedan alimentarse mejor.  La variedad de empaques permite esto.  En el caso de los plásticos desechables y pajillas permite también que quien consume sus alimentos pueda hacerlo con limpieza e inocuidad evitando así contaminaciones graves.  Esto para mencionar na pequeña ventaja del uso de los plásticos.   No voy a mencionar las ventajas de los plásticos en el resto de industrias como la médica, la automotriz y casi todas las demás porque son innumerables.

De todos los productos que existen, el plástico es el más económico y el que menor huella de carbono tiene.  Así que de entradita ya ayuda al medio ambiente según los estándares de quienes le critican.  Entonces, ¿cuál es el problema?  El problema no es el plástico, es la gente que no tira la basura en su lugar.  Somos buenos para consumir nuestros productos y apreciamos que venga bien empacado, que nos den un atol en un vaso térmico desechable o una tostada en un plato desechable.  Pero luego somos irresponsables a la hora de disponer de esos vasos, platos pajillas y bolsas.  Las tiramos donde nos da la gana en vez de tirarlas en el basurero.  Los responsables que exista tanta basura plástica, sumada a toda clase de desechos sólidos de otro tipo por todo el país, somos nosotros, no los productos que utilizamos.

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Si prohibimos el plástico de un solo uso, vamos a parar prohibiendo cualquier cosa en el futuro.  ¿Dónde paramos?  No sólo es equivocado prohibirlo sino que abre las puertas para que cualuiera que considere que algo no le parece pida su prohibición.  Estamos entrando en una sociedad de prohibiciones e irresponsabilidad en vez de una de persuasión y responsabilidad.

No podemos trasladar nuestra responsabilidad a un producto que nos es útil.  La basura no llega a las carreteras, ríos, lagos, mares y montañas solita.  Alguien la tiró, una persona con nombre y apellido.  Es la persona la que tira la basura donde le da la gana la responsable.  

Justo ayer se publicó en Siglo21 ( http://s21.gt/2018/04/19/basura-guatemala-y-japon/ )  un artículo sobre el tema comparando una de las sociedades más limpias del mundo, Japón, con Guatemala.  Me parece interesante resaltar el siguiente párrafo de ese artículo:

“Me pregunto si esto es cultura o una cuestión de educación.  En Japón, por ejemplo, no hay basura en la calle.  No hay basureros en las calles tampoco.  Los japoneses guardan la basura que generan durante el día y la llevan consigo para tirarla en sus casas al final de la jornada o bien en las oficinas donde trabajan.  En este caso es una cuestión cultural y de educación que han aprendido en el hogar.  Para un japonés, tirar la basura en la calle es vergonzoso.  Tampoco hay “graffitis” en el metro ni en paredes.  Ni pensar en ver a una persona orinando en la calle.”

En Guatemala tenemos ya un ejemplo donde el guatemalteco puede es responsable para no ensuciar su ambiente.  Es el caso del IRTRA.  Quienes van al IRTRA se comportan bien.  No tiran la basura en el lugar, sino que buscan un basurero para ello.  Es verdad que todos los trabajadores de este centro recreacional han sido capacitados para que con buen modo le pidan a los visitantes que tiren la basura en su lugar.  Es decir, que hay alguien supervisando que si Ud. Tira la basura en el suelo, alguien le indique que la recoja y la tire en un basurero.  

De alguna manera esto pasa en casi todas las instituciones privadas.  Nadie quiere ver su casa sucia.  Donde existe propiedad privada, el área está más limpia y cuidad que donde no existe.  Los caminos comunales, las carreteras, los ríos, los lagos, el mar son áreas donde la basura abunda porque no hay un dueño que esté reprochando que otros le tiren su basura en esos sitios.  De aquí se justifica que las alcaldías cuiden de su medio ambiente imponiendo sanciones a quien tire la basura fuera de su lugar.  El manejo de desechos sólidos podría ser eficiente si fuera privada y no un monopolio de las municipalidades.  El usuario tendría que pagar el precio del mismo y mientras más competencia exista, mejor.  

Finalmente, pienso que si las personas en lo particular quieren dejar de usar un producto lo pueden hacer.  Pero no pueden pedir al gobierno que pase una ley prohibiendo algo que otros consideran que les es muy útil.  Para resolver el problema de la contaminación del medio ambiente con desechos sólidos no podemos prohibir ciertos productos sino debemos hacer responsables en forma individual al dueño de su propia basura. Termino esta breve reflexión de la misma manera en la que cerré mi artículo de ayer: “Yo soy responsable de mi basura.  Tú, ¿eres responsable de la tuya?” 

República es ajena a la opinión expresada en este artículo