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Financiamiento Ilícito: algunas reflexiones

Ramon Parellada
27 de abril, 2018

Si me hubieran preguntado si apoyaría a los fiscales para asegurar que el FCN-Nación no sufriera fraude en las selecciones pasadas lo hubiera dado.   No e cuánto, pero los hubiera apoyado con algo.  Y si me dijeran que me darían un recibo de una empresa, ingenuamente lo hubiera aceptado.   No estaba consciente hasta ahora que existe una ley que prohíbe que ese dinero vaya a una empresa que pueda pagar a los fiscales sino que tenía que ir directamente al partido y éste emitir un recibo a mi nombre.

Así las cosas, estaría en el banquillo de los acusados, pidiendo disculpas por querer ayudar a que el país saliera adelante al igual que lo acaban de hacer los empresarios que dieron la cara y explicaron su situación.  En lo personal no veía las opciones ni de Líder ni de la UNE para la presidencia.  Habían demostrado ya por mucho tiempo que existís corrupción, eran más de lo mismo y estaba asqueado de seguir con lo mismo.  Quería un cambio y estaba apostando por lo nuevo.  Quería una cara nueva al igual que la mayoría de la población que votó y que al final eligió a Jimmy Morales, una persona que hasta ahora no pertenecía al “status” de los políticos.

Quiero destacar esta parte de las palabras del grupo de empresarios que salieron en conferencia de prensa explicando la situación:  “ Como guatemaltecos, estamos acá dando la cara, asumiendo cualquier responsabilidad que hubiere y conscientes de las consecuencias de nuestras decisiones personales. Reconocemos, con humildad, que, sin saberlo, se cometieron errores.”

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Y resalto, “sin saberlo, se cometieron errores”.  Yo también los hubiera cometido y siento que esto me hubiera pasado. Repito, ingenuamente no veía nada malo en pedir un recibo de otra empresa.  Es más, así ha sido en el pasado por mucho tiempo.  Pero como me recordaron unos amigos, el no conocer la ley no me exime de las consecuencias de haberla violado.

¿Cuál fue el delito?  No haber dado el dinero directamente al partido y tener los recibos a nombre de quienes dieron el dinero.  Lo grave no es el anonimato, pero de ahora en adelante no se puede dar dinero anónimamente a ningún partido.  Lo grave es que escapó al control del TSE, Tribunal Supremo Electoral, para efecto de límite de techo de campaña entre otras cosas…

Ante este ilícito, los empresarios dieron la cara, no se quitaron su responsabilidad, no huyeron, colaboraron con la justicia y explicaron su error.  En lo personal les creo y pienso que esto le ha pasado a mucha gente.  No es importante como dicen algunos que los metan a la cárcel ni que los hagan papilla, más de lo que ya sufrieron con la humillación pública y las multas y acciones que se les impondrán.  Lo importante es que aprendamos de esto para que no vuelva a ocurrir en las próximas elecciones.

Ahora bien, tengo una digresión en cuanto a la ley.  Ciertamente la ley actual es la que es y hay que cumplirla, si no, te sometes a las consecuencias de tu incumplimiento.  Pero pienso que la ley está mal.  El famoso financiamiento ilícito me parece que penaliza todo porque ve todo negativo.  Todo está mal y por eso todo debe ser controlado y castigado si no se hace como se indica.  En primer lugar, y no es de ahora, no veo nada mal en que una persona done a un partido la cantidad que quiera donar, es decir que no exista un límite al donante.  En segundo lugar, tampoco veo nada malo en que sea anónimo.   Hay quienes no quiere figurar públicamente con sus donaciones a ciertas entidades por el motivo que sea.  ¿Qué tiene esto de malo?   Y finalmente, no veo por qué los partidos políticos tienen que tener un techo de campaña.

Me dirán algunos que puede venir dinero del narcotráfico.  Ese es otro problema, si viene dinero del narcotráfico es porque está prohibida la producción, distribución, venta y consumo de las drogas.  La solución es descriminalizarlo.

Me dirán que un grupo puede influir pidiendo privilegios y obras a su favor.  El problema no es el apoyo en campaña sino la injerencia que tiene el gobierno en tanta actividad privada.  La asignación de obras no tiene un procedimiento que de transparencia al igual que la implantación de aranceles o medidas no arancelarias.  Si el gobernante no tuviera este poder no se favorecería a grupo alguno.  Vemos pues que el problema no es el financiamiento a n candidato sino el poder que detenta el gobernante.

Un último caso, como ejemplo, es la elección de jueces, magistrados, fiscal general de la nación, etc…  Hace rato vengo apoyando un cambio constitucional en el sector justicia, pero no hay modo que esto funcione.  La idea es despolitizar la elección de todas estas autoridades a modo que sean personas que califiquen por su capacidad y que sean electas por sorteo.  Al despolitizar estas elecciones pierde poder el ejecutivo y legislativo sobre el poder judicial.  De nuevo, ya no tendría sentido otorgar financiamiento para apoyar a uno y otro candidato a magistrado, juez o fiscal.

El problema del financiamiento ilícito es pues un problema de poder del ejecutivo y del legislativo.  Cambiemos las cosas donde debemos cambiarlas y olvidémonos de quien gobierna ya que tendrá limitado su poder, no será discrecional ni ilimitado y estará sujeto a la ley y justicia como cualquier otro ciudadano.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Financiamiento Ilícito: algunas reflexiones

Ramon Parellada
27 de abril, 2018

Si me hubieran preguntado si apoyaría a los fiscales para asegurar que el FCN-Nación no sufriera fraude en las selecciones pasadas lo hubiera dado.   No e cuánto, pero los hubiera apoyado con algo.  Y si me dijeran que me darían un recibo de una empresa, ingenuamente lo hubiera aceptado.   No estaba consciente hasta ahora que existe una ley que prohíbe que ese dinero vaya a una empresa que pueda pagar a los fiscales sino que tenía que ir directamente al partido y éste emitir un recibo a mi nombre.

Así las cosas, estaría en el banquillo de los acusados, pidiendo disculpas por querer ayudar a que el país saliera adelante al igual que lo acaban de hacer los empresarios que dieron la cara y explicaron su situación.  En lo personal no veía las opciones ni de Líder ni de la UNE para la presidencia.  Habían demostrado ya por mucho tiempo que existís corrupción, eran más de lo mismo y estaba asqueado de seguir con lo mismo.  Quería un cambio y estaba apostando por lo nuevo.  Quería una cara nueva al igual que la mayoría de la población que votó y que al final eligió a Jimmy Morales, una persona que hasta ahora no pertenecía al “status” de los políticos.

Quiero destacar esta parte de las palabras del grupo de empresarios que salieron en conferencia de prensa explicando la situación:  “ Como guatemaltecos, estamos acá dando la cara, asumiendo cualquier responsabilidad que hubiere y conscientes de las consecuencias de nuestras decisiones personales. Reconocemos, con humildad, que, sin saberlo, se cometieron errores.”

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Y resalto, “sin saberlo, se cometieron errores”.  Yo también los hubiera cometido y siento que esto me hubiera pasado. Repito, ingenuamente no veía nada malo en pedir un recibo de otra empresa.  Es más, así ha sido en el pasado por mucho tiempo.  Pero como me recordaron unos amigos, el no conocer la ley no me exime de las consecuencias de haberla violado.

¿Cuál fue el delito?  No haber dado el dinero directamente al partido y tener los recibos a nombre de quienes dieron el dinero.  Lo grave no es el anonimato, pero de ahora en adelante no se puede dar dinero anónimamente a ningún partido.  Lo grave es que escapó al control del TSE, Tribunal Supremo Electoral, para efecto de límite de techo de campaña entre otras cosas…

Ante este ilícito, los empresarios dieron la cara, no se quitaron su responsabilidad, no huyeron, colaboraron con la justicia y explicaron su error.  En lo personal les creo y pienso que esto le ha pasado a mucha gente.  No es importante como dicen algunos que los metan a la cárcel ni que los hagan papilla, más de lo que ya sufrieron con la humillación pública y las multas y acciones que se les impondrán.  Lo importante es que aprendamos de esto para que no vuelva a ocurrir en las próximas elecciones.

Ahora bien, tengo una digresión en cuanto a la ley.  Ciertamente la ley actual es la que es y hay que cumplirla, si no, te sometes a las consecuencias de tu incumplimiento.  Pero pienso que la ley está mal.  El famoso financiamiento ilícito me parece que penaliza todo porque ve todo negativo.  Todo está mal y por eso todo debe ser controlado y castigado si no se hace como se indica.  En primer lugar, y no es de ahora, no veo nada mal en que una persona done a un partido la cantidad que quiera donar, es decir que no exista un límite al donante.  En segundo lugar, tampoco veo nada malo en que sea anónimo.   Hay quienes no quiere figurar públicamente con sus donaciones a ciertas entidades por el motivo que sea.  ¿Qué tiene esto de malo?   Y finalmente, no veo por qué los partidos políticos tienen que tener un techo de campaña.

Me dirán algunos que puede venir dinero del narcotráfico.  Ese es otro problema, si viene dinero del narcotráfico es porque está prohibida la producción, distribución, venta y consumo de las drogas.  La solución es descriminalizarlo.

Me dirán que un grupo puede influir pidiendo privilegios y obras a su favor.  El problema no es el apoyo en campaña sino la injerencia que tiene el gobierno en tanta actividad privada.  La asignación de obras no tiene un procedimiento que de transparencia al igual que la implantación de aranceles o medidas no arancelarias.  Si el gobernante no tuviera este poder no se favorecería a grupo alguno.  Vemos pues que el problema no es el financiamiento a n candidato sino el poder que detenta el gobernante.

Un último caso, como ejemplo, es la elección de jueces, magistrados, fiscal general de la nación, etc…  Hace rato vengo apoyando un cambio constitucional en el sector justicia, pero no hay modo que esto funcione.  La idea es despolitizar la elección de todas estas autoridades a modo que sean personas que califiquen por su capacidad y que sean electas por sorteo.  Al despolitizar estas elecciones pierde poder el ejecutivo y legislativo sobre el poder judicial.  De nuevo, ya no tendría sentido otorgar financiamiento para apoyar a uno y otro candidato a magistrado, juez o fiscal.

El problema del financiamiento ilícito es pues un problema de poder del ejecutivo y del legislativo.  Cambiemos las cosas donde debemos cambiarlas y olvidémonos de quien gobierna ya que tendrá limitado su poder, no será discrecional ni ilimitado y estará sujeto a la ley y justicia como cualquier otro ciudadano.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo