Pronto Juan Pablo Bercian
Hoy en día es bastante común pasar una gran parte de nuestro diario vivir en las redes sociales y sin darnos cuenta se han vuelto una forma de expresarnos e informarnos, cada vez es más común ver fotografías graciosas sobre temas coyunturales y encontrar noticias en Twitter, Facebook o cualquier otra aplicación, pero ¿Cuál es el efecto que tiene esto sobre la democracia y la representatividad que esta debería de tener?
Partamos de dos conceptos: el conocimiento común, que es todo aquello que suponemos que SABEMOS cómo sociedad y luego tenemos el siguiente concepto que es lo que QUEREMOS como sociedad, que es todo aquello que como sociedad sabemos que requerimos; es decir “que yo necesito” y saber “que mi vecino necesita”. Ahora veamos estos dos conceptos en diferentes épocas del tiempo y resumámoslo en 3 etapas: siglo 19, siglo 20 y en el actual siglo 21.
¿En el siglo 19, como sabíamos lo que hoy en día sabemos? El conocimiento común se distribuía mediante tecnologías como el papel, prensas y periódicos que nos informaban sobre acontecimientos por lo que había una noción de conocimiento bastante fragmentado debido a la gran variedad de fuentes y además esta tecnología estaba destinada mayormente a las elites, pero aun así existía un conocimiento común, aunque fragmentado. Sobre el segundo concepto sobre qué es lo que la sociedad quiere era imposible saberlo debido a que no existía una tecnología que permitiera conocer lo que la sociedad exigía u opinaba por lo que era irrelevante la opinión del pueblo.
En el siglo 20 aparecieron dos tecnologías que vinieron a revolucionar y de cierta manera fortalecer la democracia. La radio difusión fue una maravilla ya que se contaba con la posibilidad de que un gobernante se comunicara con el pueblo, esparcir ideas y conocimiento hacia el pueblo. La segunda tecnología que vino a revolucionar la sociedad fue la televisión, John Phillip Sousa advirtió sobre estas tecnologías diciendo que iba crear sociedades consumidoras de estas tecnologías y efectivamente así fue. En 1969, 40 millones de ciudadanos estadounidenses eran consumidores de estas tecnologías y en 1977 el 90% de las noticias eran transmitidas mayormente por 3 canales de televisión.
Esto generó un patrón donde todos veían las noticias y se informaban a ciertas horas por los mismos medios, por lo que existió un medio por donde el pueblo y elites se informaban ya que todos podían entender lo que se transmitía por lo que generaba un CONOCIMIENTO COMÚN, por lo tanto, las conclusiones de lo que el pueblo requería era mucho más fácil de interpretar. La arquitectura de obtener conocimiento permitía hacer la pregunta, ¿Que debemos de hacer como sociedad? o cuestionarnos ¿que queremos? George Gallup vino a cambiar la forma de cómo la sociedad se expresara, gracias a su metodología de encuestas mediante muestras tomadas del pueblo que era la mayoría de la población y no elites que no representaban a la mayoría. Haciendo así que en el siglo 20 se tuviera un conocimiento común y una voz de lo que la sociedad demandaba mediante muestras, las fuentes estaban conglomeradas por lo que era posible interpretar.
En el siglo 21 la radio difusión está cada vez más debilitada, la fuente de conocimiento gracias al internet es de millones de fuentes y mayormente de nuestras redes sociales las cuales no pueden ser guiadas ni controladas, haciendo que se tenga una sociedad fragmentada en opinión. No existe una historia en común en la que creer y a diferencia del siglo 19, en el siglo 21 la sociedad tiene una herramienta de expresión literalmente a la mano. Está a la mano de personas que no cuentan con el conocimiento común como sociedad sobre política sino el conocimiento que se comparte y se tiene con círculo de amigos y personas que se rodean. No existe un conocimiento común por lo tanto tampoco existe un requerimiento en común.
Esto es importante entenderlo para nuestros gobernantes debido a que hoy en día el gobernar ya no es un tablero de dos dimensiones sino de millones de realidades con diferentes necesidades que están siendo expresadas al mismo tiempo y no se pueden atender de inmediato sino se llega al poder con un plan específico e integral que responda a las mayorías.
La complejidad del gobernar no es algo nuevo, países vecinos han tenido este mismo reto gracias al Internet y sus millones fuentes de conocimiento haciendo así que el conocimiento común cada vez sea menos común haciendo que los requerimientos sean cambiantes dependiendo de la coyuntura.
La fórmula hoy en día debe basarse en gobernar mediante un plan de trabajo bien definido acompañado de una estrategia digital que sirva como fuente primaria para que la ciudadanía y medios tengan un conocimiento en común, claro ejemplo de esto son las cuentas de Donald Trump y Barack Obama. La frustración llegará si se busca agradar y querer convencer a todos ya que hoy en día es imposible quedar bien con todos, pero no se puede llegar a improvisar sin un plan de gobierno sólido ya que la misma sociedad rápidamente percibirá las contradicciones. Se debe de gobernar entendiendo que estamos en el siglo 21, generando conocimiento común y escuchando a una sociedad, que a diferencia del siglo 19, tiene requerimientos todo el tiempo sin tener un conocimiento en común.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Pronto Juan Pablo Bercian
Hoy en día es bastante común pasar una gran parte de nuestro diario vivir en las redes sociales y sin darnos cuenta se han vuelto una forma de expresarnos e informarnos, cada vez es más común ver fotografías graciosas sobre temas coyunturales y encontrar noticias en Twitter, Facebook o cualquier otra aplicación, pero ¿Cuál es el efecto que tiene esto sobre la democracia y la representatividad que esta debería de tener?
Partamos de dos conceptos: el conocimiento común, que es todo aquello que suponemos que SABEMOS cómo sociedad y luego tenemos el siguiente concepto que es lo que QUEREMOS como sociedad, que es todo aquello que como sociedad sabemos que requerimos; es decir “que yo necesito” y saber “que mi vecino necesita”. Ahora veamos estos dos conceptos en diferentes épocas del tiempo y resumámoslo en 3 etapas: siglo 19, siglo 20 y en el actual siglo 21.
¿En el siglo 19, como sabíamos lo que hoy en día sabemos? El conocimiento común se distribuía mediante tecnologías como el papel, prensas y periódicos que nos informaban sobre acontecimientos por lo que había una noción de conocimiento bastante fragmentado debido a la gran variedad de fuentes y además esta tecnología estaba destinada mayormente a las elites, pero aun así existía un conocimiento común, aunque fragmentado. Sobre el segundo concepto sobre qué es lo que la sociedad quiere era imposible saberlo debido a que no existía una tecnología que permitiera conocer lo que la sociedad exigía u opinaba por lo que era irrelevante la opinión del pueblo.
En el siglo 20 aparecieron dos tecnologías que vinieron a revolucionar y de cierta manera fortalecer la democracia. La radio difusión fue una maravilla ya que se contaba con la posibilidad de que un gobernante se comunicara con el pueblo, esparcir ideas y conocimiento hacia el pueblo. La segunda tecnología que vino a revolucionar la sociedad fue la televisión, John Phillip Sousa advirtió sobre estas tecnologías diciendo que iba crear sociedades consumidoras de estas tecnologías y efectivamente así fue. En 1969, 40 millones de ciudadanos estadounidenses eran consumidores de estas tecnologías y en 1977 el 90% de las noticias eran transmitidas mayormente por 3 canales de televisión.
Esto generó un patrón donde todos veían las noticias y se informaban a ciertas horas por los mismos medios, por lo que existió un medio por donde el pueblo y elites se informaban ya que todos podían entender lo que se transmitía por lo que generaba un CONOCIMIENTO COMÚN, por lo tanto, las conclusiones de lo que el pueblo requería era mucho más fácil de interpretar. La arquitectura de obtener conocimiento permitía hacer la pregunta, ¿Que debemos de hacer como sociedad? o cuestionarnos ¿que queremos? George Gallup vino a cambiar la forma de cómo la sociedad se expresara, gracias a su metodología de encuestas mediante muestras tomadas del pueblo que era la mayoría de la población y no elites que no representaban a la mayoría. Haciendo así que en el siglo 20 se tuviera un conocimiento común y una voz de lo que la sociedad demandaba mediante muestras, las fuentes estaban conglomeradas por lo que era posible interpretar.
En el siglo 21 la radio difusión está cada vez más debilitada, la fuente de conocimiento gracias al internet es de millones de fuentes y mayormente de nuestras redes sociales las cuales no pueden ser guiadas ni controladas, haciendo que se tenga una sociedad fragmentada en opinión. No existe una historia en común en la que creer y a diferencia del siglo 19, en el siglo 21 la sociedad tiene una herramienta de expresión literalmente a la mano. Está a la mano de personas que no cuentan con el conocimiento común como sociedad sobre política sino el conocimiento que se comparte y se tiene con círculo de amigos y personas que se rodean. No existe un conocimiento común por lo tanto tampoco existe un requerimiento en común.
Esto es importante entenderlo para nuestros gobernantes debido a que hoy en día el gobernar ya no es un tablero de dos dimensiones sino de millones de realidades con diferentes necesidades que están siendo expresadas al mismo tiempo y no se pueden atender de inmediato sino se llega al poder con un plan específico e integral que responda a las mayorías.
La complejidad del gobernar no es algo nuevo, países vecinos han tenido este mismo reto gracias al Internet y sus millones fuentes de conocimiento haciendo así que el conocimiento común cada vez sea menos común haciendo que los requerimientos sean cambiantes dependiendo de la coyuntura.
La fórmula hoy en día debe basarse en gobernar mediante un plan de trabajo bien definido acompañado de una estrategia digital que sirva como fuente primaria para que la ciudadanía y medios tengan un conocimiento en común, claro ejemplo de esto son las cuentas de Donald Trump y Barack Obama. La frustración llegará si se busca agradar y querer convencer a todos ya que hoy en día es imposible quedar bien con todos, pero no se puede llegar a improvisar sin un plan de gobierno sólido ya que la misma sociedad rápidamente percibirá las contradicciones. Se debe de gobernar entendiendo que estamos en el siglo 21, generando conocimiento común y escuchando a una sociedad, que a diferencia del siglo 19, tiene requerimientos todo el tiempo sin tener un conocimiento en común.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo