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Usted papá, usted mamá!

José Carlos Ortega
08 de abril, 2018

Yo lo que puedo decir es que en Guatemala se respiró por momentos una paz y seguridad que no se sentía antes y que no se siente ahora, que algunos vivimos como un paréntesis.

La vida pública del general José Efraín Ríos Montt estuvo marcada por varias frases y oraciones que siempre estarán ligadas a él, como el: ¡usted papá, usted mamá! que utilizaba en sus discursos dominicales nocturnos, que enfurecieron a tantos por su sentido moralista y acusatorio, un tanto religioso, aunque no lo expresara abiertamente, pero que a muchos guatemaltecos agradaba por intentar recuperar el sentido de valores, moral que su ausencia ya le hacía daño a la sociedad.
No podré nunca dejar de pensar en él cuando un niño diga “mi papá votará por…” porque rápidamente pensaré en la genialidad de la campaña de 1974 cuando la canción que decía “Mi papá votará por Ríos Montt, mi mamá votará por Ríos Montt” y luego “lástima que yo, no puedo votar, porque votaría también por Ríos Montt”. (Las otras dos campañas también tuvieron excelentes estribillos, pero ese fue el Top #1 de la política nacional.)

Otras formas de hablar, como contestarle a un reportero o cualquiera que le preguntara por algo, con la misma pregunta, o con un simple “¿usted que haría?” para, o evadir la respuesta, o para evitar una respuesta incómoda, tal vez para no hablar de algo de lo que se desconocía.

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La figura y vida del general José Efraín Ríos Montt será para siempre una figura controversial. Su vida pública, dividida en 4 grandes etapas – la candidatura de 1974, la jefatura de gobierno de 1982 y 1983, en el Organismo Legislativo y ante los tribunales de justicia, está llena de momentos controversiales, de grandes victorias, liderazgo, un estilo peculiar y a veces de decisiones inentendibles y erradas.

En 1974, recuerdo ir con mis padres a recibirlo al aeropuerto, regresando de un puesto diplomático, para ser el candidato de la Democracia Cristiana Guatemalteca – DCG – elección que ganaría absoluta y contundentemente; que de manera fraudulenta le concedieran las autoridades del momento, presididas por el Gral. Carlos Manuel Arana Osorio, al también general Kjell Eugenio Laugherud García. Y ellos, luego, al Gral. Romeo Lucas García para intentar perpetuarse en el poder con la candidatura del Gral. Ángel Aníbal Guevara, que finalmente no se concretó por el golpe militar liderado por los militares jóvenes que estaban cansados de varias situaciones, entre ellas la corrupción, el fraude electoral y la falta de enfoque material y logístico de la lucha antiterrorista contra los grupos comunistas integrados en la URNG.
La elección en primera vuelta de 1974 fue ganada con más del 50% de los votos válidos por el Gral. José Efraín Ríos Montt. El fraude se realizó para que el candidato del partido PID, el intento de los militares de copiar el PRI mexicano, en alianza con el MLN en esa elección, mas no en las siguientes, se mantuviera en el poder atemporalmente. De esa cuenta, se coloca al candidato del PID en primer lugar, y 10 puntos porcentuales atrás al general Ríos Montt. La segunda vuelta no se realizaba en las urnas de forma popular, sino en el Congreso, y no en un nuevo Congreso recién electo sino en el anterior, y de esa forma, fue supuestamente legitimado y electo presidente Kjell Eugenio Laugherud García.

El fraude fue apoteósico y descarado. Se realizó en parte en el edificio de GUATEL en la Avenida La Castellana en zona 8, donde se recibía el cómputo del interior del país a través de comunicaciones telefónicas y radiales, y el conteo final en el sótano de la Municipalidad de Guatemala, en donde se negoció la presidencia de Kjell por la alcaldía de Leonel Ponciano León, candidato sucesor del entonces alcalde Lic. Manuel Colom Argueta. Esa alcaldía cambiaba de señales cada día que transcurría sin resultados, del cura José María Ruiz Furlán – Chemita, a Ponciano León, a Carlos Gehlert Matta candidato a la alcaldía por la DCG y otros actores.

La población esperaba una reacción de parte del general Ríos Montt, la cual no se dio, en cambio fue llamado y llevado desde su casa a Casa Presidencial, donde se le dio de alta en el Ejército Nacional e inmediatamente ordenado a irse del país como Agregado Militar en la embajada de Guatemala en el Reino de España.

Transcurrieron los años y luego de su regreso a Guatemala, no tenía una actuación política pública, y a sugerencia del embajador de los Estados Unidos de América… en el golpe militar de 1982, fue llamado a integrar la junta militar que integraría a oficiales de distintos rangos, de un general de división, como era su rango, pasando por un general de brigada, como fue Horacio Maldonado Schaad – quien no estaba convencido del golpe de Estado y tampoco de la integración anómalo de los cuadros de gobierno que creaban una disrupción al ordenamiento tradicional military el coronel Francisco Luis Gordillo Martínez. Luego la Juntita integrada por un teniente coronel, un mayor, un capitán y un teniente. Estos últimos eran los “militares jóvenes” que habían planificado y realizado el golpe militar. A las pocas semanas el Gral. Ríos Montt desplazó a los otros triunviros asumiendo el la presidencia de la república.
En esta etapa se pueden destacar varias acciones y resalta el retroceso permanente de la guerrilla en varias áreas del interior del país que estaban a punto de integrarse como una zona liberada, al estilo de lo sucedido en Nicaragua en la lucha contra el Gral. Anastasio Somoza Debayle. Se conoció de los planes llamados “Fusiles y Frijoles”, de la integración a nivel nacional de las Patrullas de Autodefensa Nacional – PAC, que cumplieron con objetivos cruzados de control poblacional y la integración de los civiles a la lucha antiguerrillera, Plan Licuadora… donde se desintegraban comunidades para integrarlas de manera diferente en otros lugares. El general visitaba oficinas públicas sin aviso y donde encontraba personal sin trabajar los despedía en el acto. Para combatir en justicia a terroristas y otros grupos armados – a diferencia de su desaparición y ejecución extrajudicial – se crearon los Tribunales de Fuero Especial donde los jueces, de quienes no se sabía su identidad para proteger su seguridad, recibían los expedientes de la defensa en una ventanilla y litigaban sin conocer a los togados, lo que resultó en varias condenas a muerte, y algunas sentencias absolutorias. El general proclamó la reducción de los requisitos para constitución de los partidos políticos de 50,000 en ese momento a 5000, para liberar la tensión de los procesos en los que se habían visto las facciones de izquierda al no poder inscribir sus partidos y el calvario que resultó para sus líderes, con vía crucis de muerte incluidos para Manuel Colom Argueta, y el compañero de fórmula del general en 1974, Alberto Fuentes Mohr.

El general anunciaba elecciones prontas, pero en un momento su gobierno planificó gobernar durante algunos años, al estilo del chileno presidente Augusto Pinochet, y de otros como estaba de “moda” en los países latinoamericanos. Se cumplieron 100 años de la iglesia evangélica en Guatemala y fueron registradas alrededor de un millón de personas en la marcha (SIC). De esa cuenta el plebiscito que no fue, había sido legitimado para sus allegados.

Económicamente se realizaron decisiones que fueron equivocadas como el mantenimiento de la paridad cambiaria de un quetzal por un dólar (Q1 = US$1), cuando en el mercado negro llegó hasta 2 por uno. Eso tuvo como consecuencias que ilegalmente, pues era ley, muchas personas comercializaran los dólares que se conseguían a través del Estado en el mercado negro logrando ventajas sobre los que hacían legalmente, respetando una ley a todas luces mala. Se instauró el IVA como impuesto indirecto que no existía para cubrir los déficits y los grandes negocios de corrupción de tiempos del presidente Lucas García entre los que destacaban el Periférico Nacional, Chixoy y el intento de las nuevas hidroeléctricas. Pero paró la inversión en esos sectores que retrasó el desarrollo y la inversión en infraestructura hasta la fecha.

La mayor molestia fue su intento de moralizar al país con la campaña de la manita que luego cambiaría pero que en ese momento era “No Robo, No Abuso y No Miento”, de adoctrinar religiosamente al país a través de sus casi obligados discursos en cadena nacional de los domingos (en ese momento la directora del colegio donde estudiaba nos había puesto de tarea obligatoria escucharlos – lo que yo hacía con gran interés), su intento de perpetuarse en el poder y su autoritarismo.

Otra de sus frases era que estábamos viviendo un “paréntesis en la historia” de la “guatemalidad” para eliminar la “politiquería” del país. Recientemente es publicado un informe del gobierno de los Estados Unidos de América que indica que en sus quince meses de gobierno hubo menos violaciones a los derechos humanos que lo que se dice y también comparado a los gobiernos anteriores y posteriores. Será de profundizar en el análisis de ellos. Yo lo que puedo decir es que en Guatemala se respiró por momentos una paz y seguridad que no se sentía antes y que no se siente ahora. Que en el campo, en la ruralidad, se pudo trabajar un tiempo también con ciertos niveles de seguridad y los habitantes de esas regiones supuestamente arrasados lo respetaban y añoraban.

Sí, fue un paréntesis que espero algún día podamos debatir con datos, con reconciliación y con menos ideologización, o al estilo de él: ideologizería…
De su época en el Congreso de la República y el juicio por genocidio, espero escribir pronto.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Usted papá, usted mamá!

José Carlos Ortega
08 de abril, 2018

Yo lo que puedo decir es que en Guatemala se respiró por momentos una paz y seguridad que no se sentía antes y que no se siente ahora, que algunos vivimos como un paréntesis.

La vida pública del general José Efraín Ríos Montt estuvo marcada por varias frases y oraciones que siempre estarán ligadas a él, como el: ¡usted papá, usted mamá! que utilizaba en sus discursos dominicales nocturnos, que enfurecieron a tantos por su sentido moralista y acusatorio, un tanto religioso, aunque no lo expresara abiertamente, pero que a muchos guatemaltecos agradaba por intentar recuperar el sentido de valores, moral que su ausencia ya le hacía daño a la sociedad.
No podré nunca dejar de pensar en él cuando un niño diga “mi papá votará por…” porque rápidamente pensaré en la genialidad de la campaña de 1974 cuando la canción que decía “Mi papá votará por Ríos Montt, mi mamá votará por Ríos Montt” y luego “lástima que yo, no puedo votar, porque votaría también por Ríos Montt”. (Las otras dos campañas también tuvieron excelentes estribillos, pero ese fue el Top #1 de la política nacional.)

Otras formas de hablar, como contestarle a un reportero o cualquiera que le preguntara por algo, con la misma pregunta, o con un simple “¿usted que haría?” para, o evadir la respuesta, o para evitar una respuesta incómoda, tal vez para no hablar de algo de lo que se desconocía.

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La figura y vida del general José Efraín Ríos Montt será para siempre una figura controversial. Su vida pública, dividida en 4 grandes etapas – la candidatura de 1974, la jefatura de gobierno de 1982 y 1983, en el Organismo Legislativo y ante los tribunales de justicia, está llena de momentos controversiales, de grandes victorias, liderazgo, un estilo peculiar y a veces de decisiones inentendibles y erradas.

En 1974, recuerdo ir con mis padres a recibirlo al aeropuerto, regresando de un puesto diplomático, para ser el candidato de la Democracia Cristiana Guatemalteca – DCG – elección que ganaría absoluta y contundentemente; que de manera fraudulenta le concedieran las autoridades del momento, presididas por el Gral. Carlos Manuel Arana Osorio, al también general Kjell Eugenio Laugherud García. Y ellos, luego, al Gral. Romeo Lucas García para intentar perpetuarse en el poder con la candidatura del Gral. Ángel Aníbal Guevara, que finalmente no se concretó por el golpe militar liderado por los militares jóvenes que estaban cansados de varias situaciones, entre ellas la corrupción, el fraude electoral y la falta de enfoque material y logístico de la lucha antiterrorista contra los grupos comunistas integrados en la URNG.
La elección en primera vuelta de 1974 fue ganada con más del 50% de los votos válidos por el Gral. José Efraín Ríos Montt. El fraude se realizó para que el candidato del partido PID, el intento de los militares de copiar el PRI mexicano, en alianza con el MLN en esa elección, mas no en las siguientes, se mantuviera en el poder atemporalmente. De esa cuenta, se coloca al candidato del PID en primer lugar, y 10 puntos porcentuales atrás al general Ríos Montt. La segunda vuelta no se realizaba en las urnas de forma popular, sino en el Congreso, y no en un nuevo Congreso recién electo sino en el anterior, y de esa forma, fue supuestamente legitimado y electo presidente Kjell Eugenio Laugherud García.

El fraude fue apoteósico y descarado. Se realizó en parte en el edificio de GUATEL en la Avenida La Castellana en zona 8, donde se recibía el cómputo del interior del país a través de comunicaciones telefónicas y radiales, y el conteo final en el sótano de la Municipalidad de Guatemala, en donde se negoció la presidencia de Kjell por la alcaldía de Leonel Ponciano León, candidato sucesor del entonces alcalde Lic. Manuel Colom Argueta. Esa alcaldía cambiaba de señales cada día que transcurría sin resultados, del cura José María Ruiz Furlán – Chemita, a Ponciano León, a Carlos Gehlert Matta candidato a la alcaldía por la DCG y otros actores.

La población esperaba una reacción de parte del general Ríos Montt, la cual no se dio, en cambio fue llamado y llevado desde su casa a Casa Presidencial, donde se le dio de alta en el Ejército Nacional e inmediatamente ordenado a irse del país como Agregado Militar en la embajada de Guatemala en el Reino de España.

Transcurrieron los años y luego de su regreso a Guatemala, no tenía una actuación política pública, y a sugerencia del embajador de los Estados Unidos de América… en el golpe militar de 1982, fue llamado a integrar la junta militar que integraría a oficiales de distintos rangos, de un general de división, como era su rango, pasando por un general de brigada, como fue Horacio Maldonado Schaad – quien no estaba convencido del golpe de Estado y tampoco de la integración anómalo de los cuadros de gobierno que creaban una disrupción al ordenamiento tradicional military el coronel Francisco Luis Gordillo Martínez. Luego la Juntita integrada por un teniente coronel, un mayor, un capitán y un teniente. Estos últimos eran los “militares jóvenes” que habían planificado y realizado el golpe militar. A las pocas semanas el Gral. Ríos Montt desplazó a los otros triunviros asumiendo el la presidencia de la república.
En esta etapa se pueden destacar varias acciones y resalta el retroceso permanente de la guerrilla en varias áreas del interior del país que estaban a punto de integrarse como una zona liberada, al estilo de lo sucedido en Nicaragua en la lucha contra el Gral. Anastasio Somoza Debayle. Se conoció de los planes llamados “Fusiles y Frijoles”, de la integración a nivel nacional de las Patrullas de Autodefensa Nacional – PAC, que cumplieron con objetivos cruzados de control poblacional y la integración de los civiles a la lucha antiguerrillera, Plan Licuadora… donde se desintegraban comunidades para integrarlas de manera diferente en otros lugares. El general visitaba oficinas públicas sin aviso y donde encontraba personal sin trabajar los despedía en el acto. Para combatir en justicia a terroristas y otros grupos armados – a diferencia de su desaparición y ejecución extrajudicial – se crearon los Tribunales de Fuero Especial donde los jueces, de quienes no se sabía su identidad para proteger su seguridad, recibían los expedientes de la defensa en una ventanilla y litigaban sin conocer a los togados, lo que resultó en varias condenas a muerte, y algunas sentencias absolutorias. El general proclamó la reducción de los requisitos para constitución de los partidos políticos de 50,000 en ese momento a 5000, para liberar la tensión de los procesos en los que se habían visto las facciones de izquierda al no poder inscribir sus partidos y el calvario que resultó para sus líderes, con vía crucis de muerte incluidos para Manuel Colom Argueta, y el compañero de fórmula del general en 1974, Alberto Fuentes Mohr.

El general anunciaba elecciones prontas, pero en un momento su gobierno planificó gobernar durante algunos años, al estilo del chileno presidente Augusto Pinochet, y de otros como estaba de “moda” en los países latinoamericanos. Se cumplieron 100 años de la iglesia evangélica en Guatemala y fueron registradas alrededor de un millón de personas en la marcha (SIC). De esa cuenta el plebiscito que no fue, había sido legitimado para sus allegados.

Económicamente se realizaron decisiones que fueron equivocadas como el mantenimiento de la paridad cambiaria de un quetzal por un dólar (Q1 = US$1), cuando en el mercado negro llegó hasta 2 por uno. Eso tuvo como consecuencias que ilegalmente, pues era ley, muchas personas comercializaran los dólares que se conseguían a través del Estado en el mercado negro logrando ventajas sobre los que hacían legalmente, respetando una ley a todas luces mala. Se instauró el IVA como impuesto indirecto que no existía para cubrir los déficits y los grandes negocios de corrupción de tiempos del presidente Lucas García entre los que destacaban el Periférico Nacional, Chixoy y el intento de las nuevas hidroeléctricas. Pero paró la inversión en esos sectores que retrasó el desarrollo y la inversión en infraestructura hasta la fecha.

La mayor molestia fue su intento de moralizar al país con la campaña de la manita que luego cambiaría pero que en ese momento era “No Robo, No Abuso y No Miento”, de adoctrinar religiosamente al país a través de sus casi obligados discursos en cadena nacional de los domingos (en ese momento la directora del colegio donde estudiaba nos había puesto de tarea obligatoria escucharlos – lo que yo hacía con gran interés), su intento de perpetuarse en el poder y su autoritarismo.

Otra de sus frases era que estábamos viviendo un “paréntesis en la historia” de la “guatemalidad” para eliminar la “politiquería” del país. Recientemente es publicado un informe del gobierno de los Estados Unidos de América que indica que en sus quince meses de gobierno hubo menos violaciones a los derechos humanos que lo que se dice y también comparado a los gobiernos anteriores y posteriores. Será de profundizar en el análisis de ellos. Yo lo que puedo decir es que en Guatemala se respiró por momentos una paz y seguridad que no se sentía antes y que no se siente ahora. Que en el campo, en la ruralidad, se pudo trabajar un tiempo también con ciertos niveles de seguridad y los habitantes de esas regiones supuestamente arrasados lo respetaban y añoraban.

Sí, fue un paréntesis que espero algún día podamos debatir con datos, con reconciliación y con menos ideologización, o al estilo de él: ideologizería…
De su época en el Congreso de la República y el juicio por genocidio, espero escribir pronto.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo