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La CC y la Mina San Rafael

Ramon Parellada
23 de julio, 2018

Desde que se inició la suspensión de las operaciones de la mina San Rafael he escrito varios artículos expresando mi preocupación y mi opinión sobre el caso.  No voy a repetir aquí cómo es que se suspendió, pero si quiero resaltar que considero un error haberla suspendido y lo peor es no haber rectificado prontamente para que no se perdieran muchos empleos y oportunidades de mejora de nivel de vida para todos los guatemaltecos.

Digo todos los guatemaltecos porque todos ganamos en la medida en que una inversión productiva esté funcionando.  Cuando cualquier inversión productiva, sea de la naturaleza que sea, opera genera riqueza para todos.  Primeramente para los empleados que directamente están trabajando y produciendo en la empresa, luego para todos aquellos que de una u otra manera proveen servicios e insumos a la empresa, en tercer lugar para el municipio donde está ubicada la empresa, en este caso, por ser minera, se generan regalías para el dueño del terreno de la concesión y para el municipio donde está ubicada, en cuarto lugar se generan impuestos para el gobierno y finalmente, luego de pagar a todos, quedan las ganancias para los inversionistas, ganancias que ya pagaron su impuesto de la renta y que para poder repartirla como dividendos deben pagar otro 5% adicional a todos los demás impuestos que ya pagó la empresa.  Por si fuera poco, la operación genera actividad económica alrededor de ella, mejora las vías de comunicación al lugar, y con una serie de prácticas sanas de higiene y calidad de vida enseña a los pobladores de la región como vivir mejor.  Reforesta los alrededores.  Todo esto tomando en cuenta que ha cumplido a cabalidad con todas las condiciones de permisos y licencias que se le solicitó para autorizarle a funcionar.  Sin ello, no hubieran invertido.  Es decir, toda su papelería está en orden.

La Mina dejó de operar luego que la CSJ (Corte Suprema de Justicia) resolviera suspenderla y porque la CC (Corte de Constitucionalidad) tiene aún pendiente emitir el fallo definitivo si la suspende en forma definitiva anulando las licencias actuales o no.   La CC nunca debió suspender la operación.  Van ya 267 días y no terminan de resolver.  ¿La causa? El convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo).  Pero ese convenio no es vinculante y en otros países no han suspendido a las mineras cuando hay casos similares.

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De acuerdo a la información de la minera y el CACIF (Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras), el proyecto minero lleva 378 días sin operar. 

El año pasado, la minera no tuvo más remedio que despedir a 500 de sus trabajadores directos.  Por otro lado, 5,600 empleos indirectos se han perdido, 600 proveedores han sido afectados, el gobierno ha dejado de percibir Q.407 millones en impuestos y regalía y San Rafael Las Flores dejó de recibir Q.40 millones. 

Si la CC no resuelve positivamente y pronto, el país seguirá perdiendo una oportunidad de oro en recuperar algo del crecimiento económico que viene en detrimento.  ¿Por qué no resuelve la CC?  Es la pregunta que todos nos hacemos.  Uno podría imaginarse que no les interesa resolverla por diferentes razones entre las cuales las ideológicas y políticas tienen mucho peso, a pesar del daño que están causando con su tortuguismo.  Además, muchos inversionistas están pendientes de una resolución positiva para que se recobre la certeza ante la ley.  

Si la resolución es negativa, el Gobierno recibirá una demanda millonaria que perderá prontamente dejando aún más pobres a los guatemaltecos.  De ser negativa, las inversiones extranjeras e incluso las locales seguirán en caída libre y el país se estancará en un círculo viciosos de pobreza.  

Tiene que haber una forma de resolver este enredo.  Errar es de humanos y de sabios es rectificar.  Si la CC se equivocó y temen dar marcha atrás, deben hacerlo.   Si una resolución anterior estaba erónea, nunca es tarde para tomar una decisión correcta.  Y la decisión correcta era no suspender las operaciones de la mina.   Esperemos que esto se resuelva pronto.  Ya se causó mucho daño al país y a mucha gente.  Espero que los magistrados de la CC no lo sigan alargando. 

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

La CC y la Mina San Rafael

Ramon Parellada
23 de julio, 2018

Desde que se inició la suspensión de las operaciones de la mina San Rafael he escrito varios artículos expresando mi preocupación y mi opinión sobre el caso.  No voy a repetir aquí cómo es que se suspendió, pero si quiero resaltar que considero un error haberla suspendido y lo peor es no haber rectificado prontamente para que no se perdieran muchos empleos y oportunidades de mejora de nivel de vida para todos los guatemaltecos.

Digo todos los guatemaltecos porque todos ganamos en la medida en que una inversión productiva esté funcionando.  Cuando cualquier inversión productiva, sea de la naturaleza que sea, opera genera riqueza para todos.  Primeramente para los empleados que directamente están trabajando y produciendo en la empresa, luego para todos aquellos que de una u otra manera proveen servicios e insumos a la empresa, en tercer lugar para el municipio donde está ubicada la empresa, en este caso, por ser minera, se generan regalías para el dueño del terreno de la concesión y para el municipio donde está ubicada, en cuarto lugar se generan impuestos para el gobierno y finalmente, luego de pagar a todos, quedan las ganancias para los inversionistas, ganancias que ya pagaron su impuesto de la renta y que para poder repartirla como dividendos deben pagar otro 5% adicional a todos los demás impuestos que ya pagó la empresa.  Por si fuera poco, la operación genera actividad económica alrededor de ella, mejora las vías de comunicación al lugar, y con una serie de prácticas sanas de higiene y calidad de vida enseña a los pobladores de la región como vivir mejor.  Reforesta los alrededores.  Todo esto tomando en cuenta que ha cumplido a cabalidad con todas las condiciones de permisos y licencias que se le solicitó para autorizarle a funcionar.  Sin ello, no hubieran invertido.  Es decir, toda su papelería está en orden.

La Mina dejó de operar luego que la CSJ (Corte Suprema de Justicia) resolviera suspenderla y porque la CC (Corte de Constitucionalidad) tiene aún pendiente emitir el fallo definitivo si la suspende en forma definitiva anulando las licencias actuales o no.   La CC nunca debió suspender la operación.  Van ya 267 días y no terminan de resolver.  ¿La causa? El convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo).  Pero ese convenio no es vinculante y en otros países no han suspendido a las mineras cuando hay casos similares.

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De acuerdo a la información de la minera y el CACIF (Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras), el proyecto minero lleva 378 días sin operar. 

El año pasado, la minera no tuvo más remedio que despedir a 500 de sus trabajadores directos.  Por otro lado, 5,600 empleos indirectos se han perdido, 600 proveedores han sido afectados, el gobierno ha dejado de percibir Q.407 millones en impuestos y regalía y San Rafael Las Flores dejó de recibir Q.40 millones. 

Si la CC no resuelve positivamente y pronto, el país seguirá perdiendo una oportunidad de oro en recuperar algo del crecimiento económico que viene en detrimento.  ¿Por qué no resuelve la CC?  Es la pregunta que todos nos hacemos.  Uno podría imaginarse que no les interesa resolverla por diferentes razones entre las cuales las ideológicas y políticas tienen mucho peso, a pesar del daño que están causando con su tortuguismo.  Además, muchos inversionistas están pendientes de una resolución positiva para que se recobre la certeza ante la ley.  

Si la resolución es negativa, el Gobierno recibirá una demanda millonaria que perderá prontamente dejando aún más pobres a los guatemaltecos.  De ser negativa, las inversiones extranjeras e incluso las locales seguirán en caída libre y el país se estancará en un círculo viciosos de pobreza.  

Tiene que haber una forma de resolver este enredo.  Errar es de humanos y de sabios es rectificar.  Si la CC se equivocó y temen dar marcha atrás, deben hacerlo.   Si una resolución anterior estaba erónea, nunca es tarde para tomar una decisión correcta.  Y la decisión correcta era no suspender las operaciones de la mina.   Esperemos que esto se resuelva pronto.  Ya se causó mucho daño al país y a mucha gente.  Espero que los magistrados de la CC no lo sigan alargando. 

República es ajena a la opinión expresada en este artículo