Cuando un niño nace en Guatemala en la situación de pobreza extrema, que lamentablemente somos la mayoría, se entiende que todo está cuesta arriba, ya que el Estado no le puede garantizar educación,  ni salud y seguridad. Eso desde ya significa un reto tanto para el padre como el hijo que no desea quedarse sin estudiar.

Por ello, tomando en cuenta que la educación primaria no alcanza los niveles adecuados y los niveles de educación a nivel medio, se considera un privilegio alcanzar un nivel universitario, por ejemplo en mí caso que recibí una oportunidad de estudiar en la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Cuando uno ve a la USAC, yo, en mi caso pienso que sin esa oportunidad hoy no sería lo que soy y por eso agradezco que gracias a ella yo puedo decir que poseo educación superior y, que cuento con dos carreras universitarias y el privilegio de compartir los conocimientos en las aulas de la USAC y mi paso por el área administrativa me hace decir que soy un hombre de universidad.

Por lo anterior, es que puedo hablar con propiedad de mi querida alma mater, en donde sé que muchos sueños se pueden cumplir con esfuerzo y dedicación y porque hay miles de guatemaltecos que gracias a la educación que allí se imparte en las diferentes áreas se realizan como profesionales para llevar desarrollo a ellos, sus familias  y también comunidades.

Pero hablar de la USAC también es hablar de historia y su incidencia social, su presencia en todo el país, hasta su mandato Constitucional que nos debe llenar de orgullo a quienes somos parte de este lugar que para muchos se convierte en un segundo hogar, porque su incidencia en la vida de muchos que estamos llenos de ilusiones y sueños, de verdad nos marca la vida.

Por eso es que puedo decir que Universidad de San Carlos de Guatemala, es un lugar único que se lleva en el corazón y en el alma por lo que te deja en tu vida y, lo que representa para un pueblo como Guatemala, al  que contribuye con  la búsqueda de ese ansiado desarrollo.

Hoy, este espacio es para expresar mi admiración para todos los Sancarlistas que con su trabajo y su desempeño como profesionales dan a Guatemala todo lo mejor de ellos para hacer un mejor lugar para todos, y que con sus conocimientos dan esperanza a quien no la tiene y con la academia hacen de esta sociedad un ejemplo digno de imitar por los más pequeños.

Por eso, creo que la Universidad no es solo un lugar físico sino toda una experiencia de vida que se la lleva uno a cualquier parte donde uno va. No dudo en que hay quienes busquen demeritar el esfuerzo del estudiante, pero no es más que un desconocimiento total del esfuerzo que en sus aulas se impregna.

La USAC, es más que un centro de estudios ya lo dije, para mí es un lugar en donde los sueños y esperanzas de miles han logrado resurgir de entre la tristeza y decepción e impotencia de un Estado que a veces parece cerrar las puertas de la superación.

Nuestra casa de estudios merece y vale la pena, por eso no dudo que hoy por hoy, todos sus estudiantes la enaltecen desde sus trabajos y comunidades y su aporte es mucho ha sido y es significativo para Guatemala.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo