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Furia de “titanes”

María Dolores Arias
24 de septiembre, 2018

La furia, según el Diccionario de la Lengua Española, la define como la ira exaltada, persona muy irritada y colérica, así como violencia o agresividad, entre otras acepciones. La furia es una emoción que denota un estado alterado de la consciencia. Las emociones son una señal, una respuesta automática de juicios previamente almacenados en nuestro subconsciente.

La emoción no da mayor información acerca de la realidad más allá de que algo te genera cierta sensación.  Si la respuesta es correcta o no, es decir acorde a la realidad, dependerá de los juicios previos. Las conclusiones a la que se llegue dependerán de una introspección honesta que responda a dos preguntas básicas ¿qué siento? y ¿por qué siento esto?

Después de estas semanas turbulentas en el ámbito político, en las cuales las posturas de quienes están a favor de la permanencia de la CICIG y quienes se oponen a la misma, nos llevan a identificar este sentimiento como el común denominador.

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Las manifestaciones, las protestas y demás para apoyar o demeritar al otro nos hacen perder, fácilmente, el punto central de este problema que nos afecta a todos los que vivimos en Guatemala. ¿Cómo podemos mejorar nuestra calidad de vida? ¿Qué sistema político-económico-social deberíamos promover para vivir en paz?

La irracionalidad, lamentablemente, se ha convertido en el lenguaje que se habla y por consiguiente nadie entiende ni desea entender, tan sólo expresar y sacar la frustración que tanto incomoda.

La furia de algunos “titanes” ha empeorado la situación y es por eso que hoy, la incertidumbre del respeto a la institucionalidad es cada vez mayor. Quienes tienen el poder han caído en excesos, magistrados con agendas políticas e ideológicas, resoluciones contradictorias o confusas, selectividad en el tiempo de respuestas, selectividad en las persecuciones penales, funcionarios que toman decisiones apegadas a la ley y después se exceden en sus alcances, casi pareciera a manera de venganza.

Lo anterior, más lo que posiblemente usted también identifique, han deteriorado el clima institucional del país. Esta furia de “titanes”, destruye en lugar de construir, nos lleva en su remolino y las consecuencias ya las empezamos a sentir.

Ante esta furia de “titanes” debemos permanecer alertas, enfocados en la realidad y comprometidos con nuestros razonamientos para no servirles de combustible y por el contrario concentrarnos en seguir apuntando hacia la construcción de un país de personas libres, donde nadie esté por encima de la Ley, donde prevalezca el Estado de Derecho. Un país en el cual, esta furia de “titanes” quede, a lo sumo, en furia de “pigmeos irracionales” sin mayor poder.

@Md30

Facebook.com/Mda30

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Furia de “titanes”

María Dolores Arias
24 de septiembre, 2018

La furia, según el Diccionario de la Lengua Española, la define como la ira exaltada, persona muy irritada y colérica, así como violencia o agresividad, entre otras acepciones. La furia es una emoción que denota un estado alterado de la consciencia. Las emociones son una señal, una respuesta automática de juicios previamente almacenados en nuestro subconsciente.

La emoción no da mayor información acerca de la realidad más allá de que algo te genera cierta sensación.  Si la respuesta es correcta o no, es decir acorde a la realidad, dependerá de los juicios previos. Las conclusiones a la que se llegue dependerán de una introspección honesta que responda a dos preguntas básicas ¿qué siento? y ¿por qué siento esto?

Después de estas semanas turbulentas en el ámbito político, en las cuales las posturas de quienes están a favor de la permanencia de la CICIG y quienes se oponen a la misma, nos llevan a identificar este sentimiento como el común denominador.

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La irracionalidad, lamentablemente, se ha convertido en el lenguaje que se habla y por consiguiente nadie entiende ni desea entender, tan sólo expresar y sacar la frustración que tanto incomoda.

La furia de algunos “titanes” ha empeorado la situación y es por eso que hoy, la incertidumbre del respeto a la institucionalidad es cada vez mayor. Quienes tienen el poder han caído en excesos, magistrados con agendas políticas e ideológicas, resoluciones contradictorias o confusas, selectividad en el tiempo de respuestas, selectividad en las persecuciones penales, funcionarios que toman decisiones apegadas a la ley y después se exceden en sus alcances, casi pareciera a manera de venganza.

Lo anterior, más lo que posiblemente usted también identifique, han deteriorado el clima institucional del país. Esta furia de “titanes”, destruye en lugar de construir, nos lleva en su remolino y las consecuencias ya las empezamos a sentir.

Ante esta furia de “titanes” debemos permanecer alertas, enfocados en la realidad y comprometidos con nuestros razonamientos para no servirles de combustible y por el contrario concentrarnos en seguir apuntando hacia la construcción de un país de personas libres, donde nadie esté por encima de la Ley, donde prevalezca el Estado de Derecho. Un país en el cual, esta furia de “titanes” quede, a lo sumo, en furia de “pigmeos irracionales” sin mayor poder.

@Md30

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República es ajena a la opinión expresada en este artículo