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Crear ciudad, desde el diseño

María Renée Estrada
01 de febrero, 2019

Lo más importante a considerar en el plano de un espacio público, como lo es la ciudad, es que está integrada por ciudadanos, personas que poseen dignidad y derechos que se desplazan y conviven en un entorno común. Por tanto, el objetivo del diseño urbano debe tener como finalidad satisfacer las necesidades de las comunidades, teniendo como punto de partida al ser humano que le integra. 

Para Dieter Rams, diseñador industrial alemán, “la indiferencia hacia la gente y la realidad en que esta vive, es en realidad el único pecado capital del diseño”; Por tal razón es inaudito pretender crear ciudad, diseñar el espacio público, sin considerar previamente la realidad y las necesidades que tienen las personas que le habitan. Anterior a este planteamiento, Viktor Papanek, otro diseñador, de origen austríaco, argumentaba que todo ser humano es diseñador, y que todo lo que hacemos casi siempre es diseñar; Pues el diseño es la base de toda actividad humana. Como diseñadora, esta es una idea que comparto y que me parece genuinamente fascinante. Incluso estoy convencida que esa fue una de las razones por las que decidí estudiar diseño (incluso sin tener plena conciencia de esto). Por naturaleza somos seres creadores, por ende, diseñadores -de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestros espacios, de nuestros caminos- Y es justamente por estas razones,que me parece sumamente importante vincular la creación de la ciudad con el concepto del diseño, reconociendo el diseño como la capacidad de crear y transformar la realidad de cada persona, partiendo de sus necesidades, con el objeto de mejorarla para todos. Papanek también señalaba que lo único y más importante del diseño es como se relaciona con la gente, y esta es otra razón por la cual tiene todo el sentido relacionar la disciplina del diseño con la creación y planificación de la ciudad y el espacio público y común. 

Crear ciudad, desde el principio básico del diseño de la funcionalidad, es un reto muy grande, pero también una enorme oportunidad de poder incidir positivamente – a diferentes escalas – en la manera en que la ciudadanía se relaciona con el espacio que habita y en el que se mueve. La ciudad debe ser un espacio habitable para todos, y para lograrlo debe existir una conciencia plena de la realidad de las personas y las comunidades que le conforman. Las intervenciones pueden ser pequeñas, medianas o grandes, pero deben responder al sentir y a las necesidades específicas de los grupos involucrados. 

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Como diseñadora y ciudadana, sueño con un espacio público digno y eficiente para todos. Todos vivimos y convivimos en esta ciudad, y todos merecemos una ciudad que funcione.


República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Crear ciudad, desde el diseño

María Renée Estrada
01 de febrero, 2019

Lo más importante a considerar en el plano de un espacio público, como lo es la ciudad, es que está integrada por ciudadanos, personas que poseen dignidad y derechos que se desplazan y conviven en un entorno común. Por tanto, el objetivo del diseño urbano debe tener como finalidad satisfacer las necesidades de las comunidades, teniendo como punto de partida al ser humano que le integra. 

Para Dieter Rams, diseñador industrial alemán, “la indiferencia hacia la gente y la realidad en que esta vive, es en realidad el único pecado capital del diseño”; Por tal razón es inaudito pretender crear ciudad, diseñar el espacio público, sin considerar previamente la realidad y las necesidades que tienen las personas que le habitan. Anterior a este planteamiento, Viktor Papanek, otro diseñador, de origen austríaco, argumentaba que todo ser humano es diseñador, y que todo lo que hacemos casi siempre es diseñar; Pues el diseño es la base de toda actividad humana. Como diseñadora, esta es una idea que comparto y que me parece genuinamente fascinante. Incluso estoy convencida que esa fue una de las razones por las que decidí estudiar diseño (incluso sin tener plena conciencia de esto). Por naturaleza somos seres creadores, por ende, diseñadores -de nuestras vidas, de nuestras familias, de nuestros espacios, de nuestros caminos- Y es justamente por estas razones,que me parece sumamente importante vincular la creación de la ciudad con el concepto del diseño, reconociendo el diseño como la capacidad de crear y transformar la realidad de cada persona, partiendo de sus necesidades, con el objeto de mejorarla para todos. Papanek también señalaba que lo único y más importante del diseño es como se relaciona con la gente, y esta es otra razón por la cual tiene todo el sentido relacionar la disciplina del diseño con la creación y planificación de la ciudad y el espacio público y común. 

Crear ciudad, desde el principio básico del diseño de la funcionalidad, es un reto muy grande, pero también una enorme oportunidad de poder incidir positivamente – a diferentes escalas – en la manera en que la ciudadanía se relaciona con el espacio que habita y en el que se mueve. La ciudad debe ser un espacio habitable para todos, y para lograrlo debe existir una conciencia plena de la realidad de las personas y las comunidades que le conforman. Las intervenciones pueden ser pequeñas, medianas o grandes, pero deben responder al sentir y a las necesidades específicas de los grupos involucrados. 

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República es ajena a la opinión expresada en este artículo