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Llamando a la nueva derecha

Luis Miguel Reyes
13 de febrero, 2019

Guatemala necesita una nueva derecha.

Una que sea auténticamente liberal y no únicamente anticomunista. Que aprendaa dejar en el pasado los temores de la Guerra Fría, entienda que hoy la guerrase hace con las ideas y que defienda al capitalismo demostrando sus logros, no intentandodestruir a sus opositores con las etiquetas del siglo pasado.

La nueva derecha guatemalteca debe ser abiertamente democrática, lo cualdemostraría condenando los autoritarismos de todos los colores; así daría aentender que comprende que solo en democracia puede existir libertad y unambiente propicio para el desarrollo.

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Existirá dentro de esta nueva derecha una facción que se identificarácomo conservadora, pero ojo, conservador no es lo mismo que inmovilista. Unconservador debe aprender a reconocer cuando un sistema ha caducado y por lotanto es necesario reformarlo; para esto, debe tener propuestas serias yponerlas sobre todas las mesas de discusión. No es válido oponerse al cambiosolo por el miedo al cambio.

La nueva derecha debe defender sin complejos a la empresa privada, porquereconoce que es fuente de riqueza y empleo. Con esa misma firmeza debesepararse de esos empresarios que no están dispuestos a respetar las reglas deljuego y que prefieren retozar con políticos corruptos para procurarse favores. Apañarla corrupción y aplaudir violaciones a la institucionalidad de parte de lospolíticos queda fuera de discusión.

También debe alejarse del populismo moral que utiliza la religión y losvalores conservadores para hacer política irresponsable. No se vale apelar alos miedos, prejuicios conservadores y creencias de los guatemaltecos, para ganarlevotos a proyectos políticos que no tienen la capacidad de hacer propuestasserias.

En ese sentido, algunos miembros de esta nueva derecha podríanidentificarse abierta y libremente como religiosos, pero claro, comprenderíanque la religión es un tema para el hogar, la familia y la vida, no para lapolítica.

La nueva derecha debe alejarse de las políticas populistas de toda lavida, esas que ofrecen soluciones sencillas para resolver problemas complejos. Esoimplica insertarle seriedad a discusiones de temas como la pena de muerte, lacual es vendida por la vieja derecha como herramienta para combatir laviolencia.

En esa misma vía, la nueva derecha debe curar sus alergias al términoDerechos Humanos, pues debe estar consciente que estos fueron creación delmundo occidental y que su función no es “defender criminales” como se repitedesatinadamente, sino proteger a los ciudadanos frente a potenciales abusos delos organismos del Estado.

Tampoco debe tener miedo a la diversidad cultural y de ideas. Guatemalaes un país en donde conviven distintas formas de ver el mundo y es necesarioque quienes quieran hacer política puedan sentarse en distintas mesas acompartir sus puntos de vista con apertura y respeto.

Una nueva derecha no se casaría con el ideal libertario de un Estadominúsculo, porque reconoce que eso no funciona en ninguna parte del mundo y que,en un país como este, es necesario financiar políticas sociales de maneratransparente y estratégica, principalmente en salud y educación, para aliviarlos problemas de las grandes mayorías.  

También reconocería que para lograr el objetivo de reducir los índicesde pobreza, es obligatorio promover el crecimiento económico, pero nosuficiente. El Estado también debe tomar un papel protagónico, creciendoordenadamente y tomando solo aquellos compromisos que sean necesarios. Ningúnpaís desarrollado funciona sin un Estado profesional y bien financiado.  

La nueva derecha debería reconocer que su participación en política esimportante, porque que su ausencia deja espacio a una derecha populista,irresponsable y vociferante. También, reconocer que restarle importancia alservicio público ha dejado el camino libre para que los peores ocupen lospuestos de mayor responsabilidad.

Por último, la nueva derecha debe evitar ese destructivo comportamientotribal que tanto aflige a la vieja derecha. Debe reconocer que dentro de susfilas existirá la diversidad de ideas y de voces, lo cual no implica falta delealtad.

La nueva derecha guatemalteca debe ser estratégica, debe tenerpropuestas y debe aprender a comunicarlas. Debe ser firme en sus posturas yexpresarlas sin complejos.

¿En dónde está la nueva derecha guatemalteca?

Llamando a la nueva derecha

Luis Miguel Reyes
13 de febrero, 2019

Guatemala necesita una nueva derecha.

Una que sea auténticamente liberal y no únicamente anticomunista. Que aprendaa dejar en el pasado los temores de la Guerra Fría, entienda que hoy la guerrase hace con las ideas y que defienda al capitalismo demostrando sus logros, no intentandodestruir a sus opositores con las etiquetas del siglo pasado.

La nueva derecha guatemalteca debe ser abiertamente democrática, lo cualdemostraría condenando los autoritarismos de todos los colores; así daría aentender que comprende que solo en democracia puede existir libertad y unambiente propicio para el desarrollo.

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Existirá dentro de esta nueva derecha una facción que se identificarácomo conservadora, pero ojo, conservador no es lo mismo que inmovilista. Unconservador debe aprender a reconocer cuando un sistema ha caducado y por lotanto es necesario reformarlo; para esto, debe tener propuestas serias yponerlas sobre todas las mesas de discusión. No es válido oponerse al cambiosolo por el miedo al cambio.

La nueva derecha debe defender sin complejos a la empresa privada, porquereconoce que es fuente de riqueza y empleo. Con esa misma firmeza debesepararse de esos empresarios que no están dispuestos a respetar las reglas deljuego y que prefieren retozar con políticos corruptos para procurarse favores. Apañarla corrupción y aplaudir violaciones a la institucionalidad de parte de lospolíticos queda fuera de discusión.

También debe alejarse del populismo moral que utiliza la religión y losvalores conservadores para hacer política irresponsable. No se vale apelar alos miedos, prejuicios conservadores y creencias de los guatemaltecos, para ganarlevotos a proyectos políticos que no tienen la capacidad de hacer propuestasserias.

En ese sentido, algunos miembros de esta nueva derecha podríanidentificarse abierta y libremente como religiosos, pero claro, comprenderíanque la religión es un tema para el hogar, la familia y la vida, no para lapolítica.

La nueva derecha debe alejarse de las políticas populistas de toda lavida, esas que ofrecen soluciones sencillas para resolver problemas complejos. Esoimplica insertarle seriedad a discusiones de temas como la pena de muerte, lacual es vendida por la vieja derecha como herramienta para combatir laviolencia.

En esa misma vía, la nueva derecha debe curar sus alergias al términoDerechos Humanos, pues debe estar consciente que estos fueron creación delmundo occidental y que su función no es “defender criminales” como se repitedesatinadamente, sino proteger a los ciudadanos frente a potenciales abusos delos organismos del Estado.

Tampoco debe tener miedo a la diversidad cultural y de ideas. Guatemalaes un país en donde conviven distintas formas de ver el mundo y es necesarioque quienes quieran hacer política puedan sentarse en distintas mesas acompartir sus puntos de vista con apertura y respeto.

Una nueva derecha no se casaría con el ideal libertario de un Estadominúsculo, porque reconoce que eso no funciona en ninguna parte del mundo y que,en un país como este, es necesario financiar políticas sociales de maneratransparente y estratégica, principalmente en salud y educación, para aliviarlos problemas de las grandes mayorías.  

También reconocería que para lograr el objetivo de reducir los índicesde pobreza, es obligatorio promover el crecimiento económico, pero nosuficiente. El Estado también debe tomar un papel protagónico, creciendoordenadamente y tomando solo aquellos compromisos que sean necesarios. Ningúnpaís desarrollado funciona sin un Estado profesional y bien financiado.  

La nueva derecha debería reconocer que su participación en política esimportante, porque que su ausencia deja espacio a una derecha populista,irresponsable y vociferante. También, reconocer que restarle importancia alservicio público ha dejado el camino libre para que los peores ocupen lospuestos de mayor responsabilidad.

Por último, la nueva derecha debe evitar ese destructivo comportamientotribal que tanto aflige a la vieja derecha. Debe reconocer que dentro de susfilas existirá la diversidad de ideas y de voces, lo cual no implica falta delealtad.

La nueva derecha guatemalteca debe ser estratégica, debe tenerpropuestas y debe aprender a comunicarlas. Debe ser firme en sus posturas yexpresarlas sin complejos.

¿En dónde está la nueva derecha guatemalteca?