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Huérfanos electorales

María Dolores Arias
29 de mayo, 2019

A menos de tres semanas de las elecciones generales, en Guatemala, existe cierta incertidumbre acerca de por quién votar. Muchos, después de las decisiones de los magistrados de la Corte de Constitucionalidad, han quedado en una especie de orfandad electoral ya que sus candidatas presidenciales quedaron fuera de la contienda.

La salida forzada de Zury Ríos y el impedimento para inscribirse como candidata de Thelma Aldana dejaron a muchos electores con el dilema de por quién votar. Mal que bien muchos se identificaban con ellas, las encuestas lo demostraban posicionándolas en segundo y tercer lugar en las preferencias de los votantes.

Los huérfanos electorales, como llamo a estos grupos, se unieron al grupo de ciudadanos escépticos de las promesas electoreras y ahora deberán decidir qué hacer con su voto en la papeleta presidencial.  Candidatos presidenciales, a diputaciones y alcaldías abundan, sin embargo la diversidad es casi nula, con algunos matices y honrosas excepciones, son más de lo mismo.

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Esto no significa que las candidatas fueran muy superiores pero por lo menos, en el caso de los huérfanos electorales, ya tenían decidido su voto presidencial.  La mayoría de candidatos ofrece más intervención del Estado, con ello menor libertad para el ciudadano y el tributario; algunos prefieren no exponerse a la crítica y otros la callan utilizando la ley a su conveniencia como lo intentó hacer en una postulación anterior que, por cierto, en aquélla ocasión no le funcionó.

Los escépticos y huérfanos electorales por razones diferentes deberán ahora meditar su voto o simplemente, si así lo desean, emitirlo acorde al clima. Desafortunadamente,  como ya se ha vuelto costumbre, muchos ciudadanos empadronados, votarán para contener el daño y no para maximizar el beneficio.

Si usted se encuentra en el dilema de por quién votar, ya sea por escepticismo u orfandad electoral, analice su voto maximizando el beneficio en el largo plazo y si esto no es posible, entonces minimice el potencial daño.

En el caso presidencial, divida su voto en dos componentes, uno el de la propuesta y el segundo el de la trayectoria.  En el primer componente determine cuál considera es el mayor problema del país, puede elegir solo uno o dos y después identifique las propuestas que más vayan acorde a su visión.  Si no encuentra alguna, entonces busque la que considere menos dañina.

Respecto al segundo componente, investigue cuál ha sido la trayectoria de vida del candidato, es decir; qué tan creíble es la propuesta y qué capacidad tiene de ejecutarla. Pregunte a sus amigos, busque en la web, corrobore los datos.  Después de eso, decida por quien votar.

Con el voto nulo, por la forma en que los diputados lo aprobaron, es poco probable que se repitan las elecciones y menos probable que los partidos cambien a los candidatos; es decir, el voto nulo debe ganar en primera vuelta y si gana no es garantía que al repetir las elecciones se haga con nuevos candidatos.  El único espacio donde, el voto nulo, podría servir como un experimento es en el Parlamento Centroamericano, el cual es considerado un adorno demasiado costoso para los tributarios.

En cuanto a los diputados distritales y por listado nacional, aquí puede empezar por identificar a aquéllos partidos que se prestaron para aprobar más préstamos, aquéllos partidos cuyos diputados son señalados de tener plazas fantasmas, empresas contratistas del Estado, aquellos que propusieron leyes para darle más poder al gobierno en contra del ciudadano.  

Es importante recordar que con las “deformas” a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, LEPP, los “dueños” de los partidos son los dueños de la curul y que por consiguiente la rendición de cuentas de los diputados no es hacia sus electores sino hacia el “dueño” de su vehículo electoral.

Si usted, está entre el grupo de los escépticos o huérfanos electorales, le recomiendo que analice su voto, que busque información, que compare las promesas con la realidad de quién las hace, que sea honesto en su análisis, que no falsee la realidad.  Deseo por el bien de usted, de los suyos y de este país, que la orfandad electoral no se convierta en orfandad intelectual.

@Md30

Facebook.com/Mda30


Huérfanos electorales

María Dolores Arias
29 de mayo, 2019

A menos de tres semanas de las elecciones generales, en Guatemala, existe cierta incertidumbre acerca de por quién votar. Muchos, después de las decisiones de los magistrados de la Corte de Constitucionalidad, han quedado en una especie de orfandad electoral ya que sus candidatas presidenciales quedaron fuera de la contienda.

La salida forzada de Zury Ríos y el impedimento para inscribirse como candidata de Thelma Aldana dejaron a muchos electores con el dilema de por quién votar. Mal que bien muchos se identificaban con ellas, las encuestas lo demostraban posicionándolas en segundo y tercer lugar en las preferencias de los votantes.

Los huérfanos electorales, como llamo a estos grupos, se unieron al grupo de ciudadanos escépticos de las promesas electoreras y ahora deberán decidir qué hacer con su voto en la papeleta presidencial.  Candidatos presidenciales, a diputaciones y alcaldías abundan, sin embargo la diversidad es casi nula, con algunos matices y honrosas excepciones, son más de lo mismo.

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Esto no significa que las candidatas fueran muy superiores pero por lo menos, en el caso de los huérfanos electorales, ya tenían decidido su voto presidencial.  La mayoría de candidatos ofrece más intervención del Estado, con ello menor libertad para el ciudadano y el tributario; algunos prefieren no exponerse a la crítica y otros la callan utilizando la ley a su conveniencia como lo intentó hacer en una postulación anterior que, por cierto, en aquélla ocasión no le funcionó.

Los escépticos y huérfanos electorales por razones diferentes deberán ahora meditar su voto o simplemente, si así lo desean, emitirlo acorde al clima. Desafortunadamente,  como ya se ha vuelto costumbre, muchos ciudadanos empadronados, votarán para contener el daño y no para maximizar el beneficio.

Si usted se encuentra en el dilema de por quién votar, ya sea por escepticismo u orfandad electoral, analice su voto maximizando el beneficio en el largo plazo y si esto no es posible, entonces minimice el potencial daño.

En el caso presidencial, divida su voto en dos componentes, uno el de la propuesta y el segundo el de la trayectoria.  En el primer componente determine cuál considera es el mayor problema del país, puede elegir solo uno o dos y después identifique las propuestas que más vayan acorde a su visión.  Si no encuentra alguna, entonces busque la que considere menos dañina.

Respecto al segundo componente, investigue cuál ha sido la trayectoria de vida del candidato, es decir; qué tan creíble es la propuesta y qué capacidad tiene de ejecutarla. Pregunte a sus amigos, busque en la web, corrobore los datos.  Después de eso, decida por quien votar.

Con el voto nulo, por la forma en que los diputados lo aprobaron, es poco probable que se repitan las elecciones y menos probable que los partidos cambien a los candidatos; es decir, el voto nulo debe ganar en primera vuelta y si gana no es garantía que al repetir las elecciones se haga con nuevos candidatos.  El único espacio donde, el voto nulo, podría servir como un experimento es en el Parlamento Centroamericano, el cual es considerado un adorno demasiado costoso para los tributarios.

En cuanto a los diputados distritales y por listado nacional, aquí puede empezar por identificar a aquéllos partidos que se prestaron para aprobar más préstamos, aquéllos partidos cuyos diputados son señalados de tener plazas fantasmas, empresas contratistas del Estado, aquellos que propusieron leyes para darle más poder al gobierno en contra del ciudadano.  

Es importante recordar que con las “deformas” a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, LEPP, los “dueños” de los partidos son los dueños de la curul y que por consiguiente la rendición de cuentas de los diputados no es hacia sus electores sino hacia el “dueño” de su vehículo electoral.

Si usted, está entre el grupo de los escépticos o huérfanos electorales, le recomiendo que analice su voto, que busque información, que compare las promesas con la realidad de quién las hace, que sea honesto en su análisis, que no falsee la realidad.  Deseo por el bien de usted, de los suyos y de este país, que la orfandad electoral no se convierta en orfandad intelectual.

@Md30

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