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Elecciones ¿para el olvido?

María Dolores Arias
07 de agosto, 2019

A escasos días de la segunda vuelta electoral en Guatemala y de que finalice este proceso, existen varias cosas que debemos entender si es que queremos mejorarlas. Algunas de estas son:

1.- Las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, LEPP, hicieron más daño que beneficio al proceso. Los diputados ignoraron la petición de los ciudadanos por votar uninominalmente por sus representantes. Aumentaron a 160 la cantidad de legisladores, limitaron la participación independiente y casi anularon el financiamiento privado, cargando al tributario con los costos.

Esto sin mencionar el poder discrecional a los magistrados del Tribunal Supremo Electoral, TSE, que abrió la puerta a reglamentos y acuerdos autoritarios, que afortunadamente se lograron revertir.

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2.- La actuación de las cortes fue uno de los principales actores que definió quiénes participarían y quiénes no. Los criterios fueron dispares, dando la impresión que según el candidato era la resolución. Esto nos hace pensar en el proceso de nombramiento, independencia y rendición de cuentas de los magistrados por sus actuaciones.

3.- Decir que el trabajo de los magistrados del TSE, en la transmisión de los resultados de la primera vuelta, fue desastroso sería un piropo comparado con las consecuencias de tamaña negligencia. Los magistrados lograron menoscabar la confianza en el sistema electoral guatemalteco, el cual era uno de los pocos confiables y respetados por la ciudadanía.

El intento de censura por parte de los magistrados hacia los medios, y después a los ciudadanos que integraban las Juntas Receptoras de Votos, JRV,  así como a los observadores demuestra la torpeza con la que manejaron el proceso. El colmo fue el sistema de cómputo que se utilizó para contabilizar los votos, así como eliminar los procesos de validación en las mismas JRV.

Estas son algunas de las cosas que hicieron de este proceso uno de los más inciertos, y quizá indiferente para algunos electores.  Es por eso que los magistrados del TSE están obligados a contabilizar y dar a conocer los resultados de forma transparente y ágil. Es inadmisible que de nuevo actúen negligentemente.

Si no fuera porque es importante no cometer nuevamente el error de dejar la discusión del sistema electoral, le diría que estas elecciones están para el olvido.  Los candidatos y sus promesas, para el olvido. La actuación del TSE, para el olvido. La transmisión de resultados y sistema de cómputo, para el olvido; y así podríamos seguir mencionando.

Sin embargo, la decisión de quién gobernará los próximos cuatro años se tomará el próximo domingo con quienes vayan a votar.  Es importante que antes de emitir su voto, considere los escenarios en caso de que gane uno u otro candidato. Recuerde su desconfianza al gobierno y piense cuál es la mejor forma que tiene el ciudadano para minimizar la concentración de poder y cómo puede limitarlo.

Cuando vaya a votar recuerde la frase de Lord Acton, ahora más vigente que nunca, “El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”

@Md30

Facebook.com/Mda30


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María Dolores Arias
07 de agosto, 2019

A escasos días de la segunda vuelta electoral en Guatemala y de que finalice este proceso, existen varias cosas que debemos entender si es que queremos mejorarlas. Algunas de estas son:

1.- Las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, LEPP, hicieron más daño que beneficio al proceso. Los diputados ignoraron la petición de los ciudadanos por votar uninominalmente por sus representantes. Aumentaron a 160 la cantidad de legisladores, limitaron la participación independiente y casi anularon el financiamiento privado, cargando al tributario con los costos.

Esto sin mencionar el poder discrecional a los magistrados del Tribunal Supremo Electoral, TSE, que abrió la puerta a reglamentos y acuerdos autoritarios, que afortunadamente se lograron revertir.

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2.- La actuación de las cortes fue uno de los principales actores que definió quiénes participarían y quiénes no. Los criterios fueron dispares, dando la impresión que según el candidato era la resolución. Esto nos hace pensar en el proceso de nombramiento, independencia y rendición de cuentas de los magistrados por sus actuaciones.

3.- Decir que el trabajo de los magistrados del TSE, en la transmisión de los resultados de la primera vuelta, fue desastroso sería un piropo comparado con las consecuencias de tamaña negligencia. Los magistrados lograron menoscabar la confianza en el sistema electoral guatemalteco, el cual era uno de los pocos confiables y respetados por la ciudadanía.

El intento de censura por parte de los magistrados hacia los medios, y después a los ciudadanos que integraban las Juntas Receptoras de Votos, JRV,  así como a los observadores demuestra la torpeza con la que manejaron el proceso. El colmo fue el sistema de cómputo que se utilizó para contabilizar los votos, así como eliminar los procesos de validación en las mismas JRV.

Estas son algunas de las cosas que hicieron de este proceso uno de los más inciertos, y quizá indiferente para algunos electores.  Es por eso que los magistrados del TSE están obligados a contabilizar y dar a conocer los resultados de forma transparente y ágil. Es inadmisible que de nuevo actúen negligentemente.

Si no fuera porque es importante no cometer nuevamente el error de dejar la discusión del sistema electoral, le diría que estas elecciones están para el olvido.  Los candidatos y sus promesas, para el olvido. La actuación del TSE, para el olvido. La transmisión de resultados y sistema de cómputo, para el olvido; y así podríamos seguir mencionando.

Sin embargo, la decisión de quién gobernará los próximos cuatro años se tomará el próximo domingo con quienes vayan a votar.  Es importante que antes de emitir su voto, considere los escenarios en caso de que gane uno u otro candidato. Recuerde su desconfianza al gobierno y piense cuál es la mejor forma que tiene el ciudadano para minimizar la concentración de poder y cómo puede limitarlo.

Cuando vaya a votar recuerde la frase de Lord Acton, ahora más vigente que nunca, “El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”

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