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Hipocresía ideológica

Carolina Castellanos
10 de enero, 2020

“La humildad de los hipócritas es el más grande y más altanero de los orgullos”.

Martín Lutero

La Real Academia Española define hipocresía como “fingimiento de cualidades y sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”.

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Hoy en día le llaman chairos a aquellos que pregonan los “ideales” comunistas pero que viven a lo grande como capitalistas y muchos hasta son empresarios. La hipocresía y la falacia que representa su propia vida, son más que evidentes.

En estos días hemos leído en diferentes medios la situación particular de una diputada electa por el partido Semilla.  Derivado de su actuación como Ministra de Salud, durante la cual contrató a más de 4,000 digitadores y no hubo compra de las correspondientes computadoras, además de otras acusaciones que circulan en redes, no cuenta con el finiquito, requisito indispensable para poder asumir como diputada el próximo 14 de enero.  Vale mencionar que son acusaciones, no sentencias, pero la ley es muy clara en cuanto a la obligatoriedad del finiquito.

Los chairos han dicho de todo en redes exigiendo que pueda asumir su curul. Pero, cuando se ha tratado de casos contra empresarios, no en diputación sino en seguir el debido proceso, exigen que se les condene.  Esto es hipocresía y doble moral, en sus más auténticas representaciones.

Como libertaria que soy, no puedo evitar que haya personas que crean en esa ideología hipócrita de izquierda.  Sin embargo, sí puedo y debo oponerme a lo que ese pensamiento representa.  Querer violar la ley solo porque les favorece a sus mezquinos intereses, ¡no se vale!  Esto aplica para cualquier persona, independientemente de su forma de pensar.

Estoy convencida que muchos de los que pregonan estos temas lo hacen por conveniencia.  Es fácil llegar a esta conclusión cuando vemos que, utilizando temas controversiales y a gente en pobreza, obtienen jugosos millones de euros, dólares y quetzales (el Congreso siempre adjudica dinero a oenegés de dudosa actividad), que resultan muy útiles para sus perversos objetivos.  Viajar a Europa, principalmente, es uno de los usos más frecuentes que hemos visto. Nunca falta alguien que le tome la foto a personajes como Rigoberta Menchú viajando en primera clase.

Lo más infame de todo es la explotación y abuso que cometen con tanta gente pobre.  Las marchas, protestas y bloqueos, que no se harán esperar después de la toma de posesión, son financiadas por las oenegés. Les pagan a los que se asolean por 10 horas, permaneciendo de pie en el lugar que se les asignó, bloqueando o manifestando a lo largo de la séptima avenida hacia el Palacio Nacional o enalguna carretera, para obtener Q50 o Q100 y algo de comer.¡Eso es explotación!

La retórica utilizada por quienes organizan estas y otras actividades es que van a sacar de la pobreza a tanta gente. También incluye la promoción del aborto (muchos de ellos tienen hijos), la defensa de los derechos de la comunidad LGBTIQ y de los indígenas, pues son  “marginados, discriminados y rechazados por la sociedad”.  Promover losmovimientos feministas es otro uso que dan a esos millones. El engaño es enorme y evidente para nosotros, mas no para muchos de los “acarreados” pues, de alguna forma, creen y esperan que alguien los saque de su situación actual.

¿Por qué es tan difícil ser consecuente entre lo que se dice y lo que se hace?  La respuesta obligatoria es deshonestidad, que conduce a la hipocresía que se manifiesta constantemente.

Martín Lutero, que tiene sus seguidores y detractores como todos en este mundo, se refirió al orgullo, que definió como altanero al referirse a la supuesta humildad que manifiestan los chairos. Esto me hace pensar en su “afanosa” defensa de los grupos mencionados anteriormente. Creo que el orgullo se transforma en arrogancia.  Piense usted qué otra característica puede haber en alguien que cree que centralizar todo el poder en un dictador va a solucionar todos los problemas, hará que la sociedad sea próspera y que todos vivan en armonía y felices mientras se mantienen atados a esa dictadura, sin libertad.

Quise escribir sobre esto pues debemos estar más alertas que nunca.  La izquierda (auténtica o por conveniencia), no descansa.  El Presidente Donald Trump acaba de dar un golpe duro a este grupo, que tuvo el beneplácito del anterior gobierno demócrata.  Benjamín Netanyahu fue reelectocomo Primer Ministro de Israel con abrumadora mayoría.  De igual forma fue electo el Primer Ministro de Inglaterra, Boris Johnson.  Jair Bolsonaro está dando una dura batalla en el cono sur de América.  Estos países son estratégicos.  Bien haría el Presidente electo, Alejandro Giammattei, estrechar relaciones con ellos.

Hipocresía ideológica

Carolina Castellanos
10 de enero, 2020

“La humildad de los hipócritas es el más grande y más altanero de los orgullos”.

Martín Lutero

La Real Academia Española define hipocresía como “fingimiento de cualidades y sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”.

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Hoy en día le llaman chairos a aquellos que pregonan los “ideales” comunistas pero que viven a lo grande como capitalistas y muchos hasta son empresarios. La hipocresía y la falacia que representa su propia vida, son más que evidentes.

En estos días hemos leído en diferentes medios la situación particular de una diputada electa por el partido Semilla.  Derivado de su actuación como Ministra de Salud, durante la cual contrató a más de 4,000 digitadores y no hubo compra de las correspondientes computadoras, además de otras acusaciones que circulan en redes, no cuenta con el finiquito, requisito indispensable para poder asumir como diputada el próximo 14 de enero.  Vale mencionar que son acusaciones, no sentencias, pero la ley es muy clara en cuanto a la obligatoriedad del finiquito.

Los chairos han dicho de todo en redes exigiendo que pueda asumir su curul. Pero, cuando se ha tratado de casos contra empresarios, no en diputación sino en seguir el debido proceso, exigen que se les condene.  Esto es hipocresía y doble moral, en sus más auténticas representaciones.

Como libertaria que soy, no puedo evitar que haya personas que crean en esa ideología hipócrita de izquierda.  Sin embargo, sí puedo y debo oponerme a lo que ese pensamiento representa.  Querer violar la ley solo porque les favorece a sus mezquinos intereses, ¡no se vale!  Esto aplica para cualquier persona, independientemente de su forma de pensar.

Estoy convencida que muchos de los que pregonan estos temas lo hacen por conveniencia.  Es fácil llegar a esta conclusión cuando vemos que, utilizando temas controversiales y a gente en pobreza, obtienen jugosos millones de euros, dólares y quetzales (el Congreso siempre adjudica dinero a oenegés de dudosa actividad), que resultan muy útiles para sus perversos objetivos.  Viajar a Europa, principalmente, es uno de los usos más frecuentes que hemos visto. Nunca falta alguien que le tome la foto a personajes como Rigoberta Menchú viajando en primera clase.

Lo más infame de todo es la explotación y abuso que cometen con tanta gente pobre.  Las marchas, protestas y bloqueos, que no se harán esperar después de la toma de posesión, son financiadas por las oenegés. Les pagan a los que se asolean por 10 horas, permaneciendo de pie en el lugar que se les asignó, bloqueando o manifestando a lo largo de la séptima avenida hacia el Palacio Nacional o enalguna carretera, para obtener Q50 o Q100 y algo de comer.¡Eso es explotación!

La retórica utilizada por quienes organizan estas y otras actividades es que van a sacar de la pobreza a tanta gente. También incluye la promoción del aborto (muchos de ellos tienen hijos), la defensa de los derechos de la comunidad LGBTIQ y de los indígenas, pues son  “marginados, discriminados y rechazados por la sociedad”.  Promover losmovimientos feministas es otro uso que dan a esos millones. El engaño es enorme y evidente para nosotros, mas no para muchos de los “acarreados” pues, de alguna forma, creen y esperan que alguien los saque de su situación actual.

¿Por qué es tan difícil ser consecuente entre lo que se dice y lo que se hace?  La respuesta obligatoria es deshonestidad, que conduce a la hipocresía que se manifiesta constantemente.

Martín Lutero, que tiene sus seguidores y detractores como todos en este mundo, se refirió al orgullo, que definió como altanero al referirse a la supuesta humildad que manifiestan los chairos. Esto me hace pensar en su “afanosa” defensa de los grupos mencionados anteriormente. Creo que el orgullo se transforma en arrogancia.  Piense usted qué otra característica puede haber en alguien que cree que centralizar todo el poder en un dictador va a solucionar todos los problemas, hará que la sociedad sea próspera y que todos vivan en armonía y felices mientras se mantienen atados a esa dictadura, sin libertad.

Quise escribir sobre esto pues debemos estar más alertas que nunca.  La izquierda (auténtica o por conveniencia), no descansa.  El Presidente Donald Trump acaba de dar un golpe duro a este grupo, que tuvo el beneplácito del anterior gobierno demócrata.  Benjamín Netanyahu fue reelectocomo Primer Ministro de Israel con abrumadora mayoría.  De igual forma fue electo el Primer Ministro de Inglaterra, Boris Johnson.  Jair Bolsonaro está dando una dura batalla en el cono sur de América.  Estos países son estratégicos.  Bien haría el Presidente electo, Alejandro Giammattei, estrechar relaciones con ellos.