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Nueva Legislatura, mismos incentivos.

María Dolores Arias
15 de enero, 2020

Los múltiples cambios de funcionarios electos en Guatemala debido al vencimiento del período constitucional para ejercer el cargo encomendado, nos deja mucho en qué reflexionar y cuestionarnos si realmente hay cambios de fondo o tan solo de forma, o mejor dicho, de cara.  Es decir, cambiar con los mismos sistemas, incentivos e incluso personas en el caso de la reelección de diputados.

Durante este proceso de alternancia, tanto en el Legislativo como en el Ejecutivo y el Parlamento Centroamericano (Parlacen) se dieron situaciones que nos indican que los cambios son de forma y que tal vez, si los promovemos, haya cambios de fondo.

Empecemos con el Congreso, que por cierto aumentó a 160 diputados por cortesía de la anterior Legislatura con las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, LEPP, en 2016; lo cual no implica que mejore la representación de la ciudadanía. 

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Otra situación relevante fue la calificación de las credenciales de los diputados electos cuya Junta Especial debió considerar el amparo que otorgó la Corte de Constitucionalidad. Este amparo que otorgó la Corte de Constitucionalidad, CC, para que asumieran el poder tres diputados electos que no contaban con “el finiquito” actualizado, pesó a la hora de calificar las credenciales, ya que a pesar de que la Junta consideró la resolución como un exceso de la CC procedió a actuar conforme a lo que ordenó la CC.  

Con esto 157 diputados presentaron el “finiquito” de 2020 y 3 presentaron el “finiquito” de 2019. La pregunta que surge es ¿entonces la actualización de dicho documento es opcional y por consiguiente aplicable a futuras legislaturas?

El otro aspecto interesante de esta sesión maratónica en el Congreso fue la elección de la Junta Directiva.  A pesar de las negociaciones previas no se logró consolidar una planilla por lo que se presentaron dos opciones: una encabezada por el partido oficial y la segunda encabezada por la UNE.  Lo curioso es que en ambas planillas se integraron diputados pertenecientes a bloques contrarios a las planillas que integraban. 

Por ejemplo, el Quinto secretario de la planilla oficialista es, o a estas alturas era, del partido UNE. Así que de esta forma se dieron las primeras fugas o deserciones de diputados. ¿Acaso le están apostando a que con las próximas reformas a la LEPP podrán ser recibidos por cualquier partido y postularse para la reelección?

Considero que la prohibición de tránsfugas por decreto carece de sentido, si lo que se quiere es mejorar la calidad de legisladores. Ahora bien, si lo que se busca es aumentar el poder de los “dueños” de partidos, entonces se entiende la prohibición.  Sin embargo, aún con la prohibición ya hay señalamiento de traiciones, renuncias y expulsiones.

Esta novena legislatura enfrentará retos muy importantes, empezando con la integración y dirección de las diferentes comisiones de trabajo, siendo una de las más apetecidas la de Finanzas y Moneda.  Por otro lado, tiene el reto de poder establecer una agenda que permita avanzar temas relevantes como las reformas a la LEPP, al Servicio Civil, el tema de Justicia. Además de la transparencia y rendimiento de cuentas en el gasto público, empezando en el Congreso mismo.

Esta nueva Legislatura está muy fragmentada y por consiguiente las alianzas serán casuísticas y temporales, las bancadas o diputados “bisagras” adquirirán mayor relevancia para lograr avanzar las agendas de los bloques.  Por lo que es probable que esta fragmentación, juegue a favor de los tributarios ya que será más complicado aprobar cualquier tipo de leyes.

Debemos estar atentos a las reformas e iniciativas que se presenten, a exigir se respeten la vida, propiedad y libertad de todos y cada uno.   Debemos comprender que mientras no cambiemos los incentivos perversos, dependeremos de los límites que se impongan los mismos diputados y no de instituciones sólidas que nos protejan de cualquier intento de abuso por parte de las autoridades.

@Md30

Facebook.com/Mda30 


Nueva Legislatura, mismos incentivos.

María Dolores Arias
15 de enero, 2020

Los múltiples cambios de funcionarios electos en Guatemala debido al vencimiento del período constitucional para ejercer el cargo encomendado, nos deja mucho en qué reflexionar y cuestionarnos si realmente hay cambios de fondo o tan solo de forma, o mejor dicho, de cara.  Es decir, cambiar con los mismos sistemas, incentivos e incluso personas en el caso de la reelección de diputados.

Durante este proceso de alternancia, tanto en el Legislativo como en el Ejecutivo y el Parlamento Centroamericano (Parlacen) se dieron situaciones que nos indican que los cambios son de forma y que tal vez, si los promovemos, haya cambios de fondo.

Empecemos con el Congreso, que por cierto aumentó a 160 diputados por cortesía de la anterior Legislatura con las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, LEPP, en 2016; lo cual no implica que mejore la representación de la ciudadanía. 

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Otra situación relevante fue la calificación de las credenciales de los diputados electos cuya Junta Especial debió considerar el amparo que otorgó la Corte de Constitucionalidad. Este amparo que otorgó la Corte de Constitucionalidad, CC, para que asumieran el poder tres diputados electos que no contaban con “el finiquito” actualizado, pesó a la hora de calificar las credenciales, ya que a pesar de que la Junta consideró la resolución como un exceso de la CC procedió a actuar conforme a lo que ordenó la CC.  

Con esto 157 diputados presentaron el “finiquito” de 2020 y 3 presentaron el “finiquito” de 2019. La pregunta que surge es ¿entonces la actualización de dicho documento es opcional y por consiguiente aplicable a futuras legislaturas?

El otro aspecto interesante de esta sesión maratónica en el Congreso fue la elección de la Junta Directiva.  A pesar de las negociaciones previas no se logró consolidar una planilla por lo que se presentaron dos opciones: una encabezada por el partido oficial y la segunda encabezada por la UNE.  Lo curioso es que en ambas planillas se integraron diputados pertenecientes a bloques contrarios a las planillas que integraban. 

Por ejemplo, el Quinto secretario de la planilla oficialista es, o a estas alturas era, del partido UNE. Así que de esta forma se dieron las primeras fugas o deserciones de diputados. ¿Acaso le están apostando a que con las próximas reformas a la LEPP podrán ser recibidos por cualquier partido y postularse para la reelección?

Considero que la prohibición de tránsfugas por decreto carece de sentido, si lo que se quiere es mejorar la calidad de legisladores. Ahora bien, si lo que se busca es aumentar el poder de los “dueños” de partidos, entonces se entiende la prohibición.  Sin embargo, aún con la prohibición ya hay señalamiento de traiciones, renuncias y expulsiones.

Esta novena legislatura enfrentará retos muy importantes, empezando con la integración y dirección de las diferentes comisiones de trabajo, siendo una de las más apetecidas la de Finanzas y Moneda.  Por otro lado, tiene el reto de poder establecer una agenda que permita avanzar temas relevantes como las reformas a la LEPP, al Servicio Civil, el tema de Justicia. Además de la transparencia y rendimiento de cuentas en el gasto público, empezando en el Congreso mismo.

Esta nueva Legislatura está muy fragmentada y por consiguiente las alianzas serán casuísticas y temporales, las bancadas o diputados “bisagras” adquirirán mayor relevancia para lograr avanzar las agendas de los bloques.  Por lo que es probable que esta fragmentación, juegue a favor de los tributarios ya que será más complicado aprobar cualquier tipo de leyes.

Debemos estar atentos a las reformas e iniciativas que se presenten, a exigir se respeten la vida, propiedad y libertad de todos y cada uno.   Debemos comprender que mientras no cambiemos los incentivos perversos, dependeremos de los límites que se impongan los mismos diputados y no de instituciones sólidas que nos protejan de cualquier intento de abuso por parte de las autoridades.

@Md30

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