El mensaje de toma de posesión del Presidente Alejandro Giammattei cubrió una variedad de temas, todos importantes para Guatemala: desnutrición, seguridad, salud, inversión, desarrollo, paz, justicia, etc.  Quiero resaltar lo que dijo muy al inicio de su disertación: nosotros, el pueblo, somos los protagonistas.

Pareciera que escogí lo menos importante de todo el discurso. Probablemente lo sea para muchos. Sin embargo, lo sucedido en estos días después de su juramentación resalta la importancia que tiene.  Las críticas no se han hecho esperar. Las redes sociales se han rebalsado en comentarios expresados gracias a que, después de muchas luchas, logramos ganarles la batalla a los chairos (socialistas de pacotilla), y preservamos la libertad de expresión.

Me pregunto si eso es lo que el Presidente Giammattei espera de nosotros como protagonistas de la construcción de un país con menos desnutrición, más y mejor educación, inversión y empleos, desarrollo y crecimiento continuado, y un largo etcétera.

Habrá algunos que estarán pensando que “la escoba nueva barre bien” y que las acciones y decisiones tomadas en estos días se acabarán pronto y volveremos a lo mismo de siempre. Por ahora, no creo que este sea el caso pero, si así fuera, nosotros los protagonistas debemos exigir que “siga barriendo bien”, aunque la escoba se vaya desgastando.

La gran mayoría de guatemaltecos no tiene “conectes” en el gobierno ni obtendrá un empleo en el mismo. La participación deberá ser desde afuera, haciendo uso de nuestra libertad de expresión y de las diferentes vías a nuestro alcance, como las redes sociales, los medios de comunicación tradicionales, columnas de opinión como esta y cualquier otro medio que a alguien se le ocurra.  Lo importante es tomar ese rol que el Presidente nos otorgó en su discurso inaugural: protagonismo.

¿Queremos buena educación? Los padres de familia deben involucrarse de lleno en ello, exigiendo al maestro, sea de educación pública o privada, que haga bien su trabajo.  Asegúrese que no esté indoctrinando a sus hijos con ideologías destructivas, que esté reforzando los valores y principios que usted le da en su casa, por mencionar algunas cosas.

¿Queremos mejor salud y menos desnutrición? Usted, que amablemente lee este artículo, seguramente tiene hijos bien alimentados.  Nos toca ver a nuestro alrededor y ayudar a alguien, dándole la instrucción necesaria para que alimente bien a los suyos. 

¿Queremos mejores carreteras? Asegurémonos de haber pagado nuestros impuestos para poder exigir que se haga y que ese dinero no se desvíe en clientelismo ni en “mordidas”.

¿Recibió un mal servicio en alguna oficina del gobierno, sea cual sea? ¡Denunciemos! Si tiene temor a represalias, hágalo anónimamente o busque una vía segura para hacerlo, de pronto a través de alguien más o usando las redes sociales.

¿Está harto del tráfico? No bloquee las intersecciones en las calles, no se detenga en cualquier calle poniendo sus luces de emergencia porque tiene un “su mandado” que hacer y no encuentra o no quiere usar un estacionamiento.  Lamentablemente, no podemos hacer mayor cosa con las camionetas, excepto exigirle a la Muni que ponga orden (siempre y cuando hayamos pagado el IUSI). 

Mientras estemos al día con nuestras obligaciones como ciudadanos, tendremos derecho a quejarnos, a exigir, a demandar mejores servicios.  Los mandantes somos nosotros, los que pagamos impuestos y cumplimos con la ley.

Ya que nos dieron, o reconocieron, nuestro rol de protagonistas, ¡aprovechémoslo!