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El libramiento se quedó corto

María Dolores Arias
08 de enero, 2020

Si usted es de los que piensa que, el tiempo que se ha llevado la construcción, la reparación y entrega final del libramiento de Chimaltenango ha sido exagerado; la construcción de la carretera de Santa Cruz del Quiché a Patzité, lo supera y por mucho.

Según publicaciones, la construcción de esta carretera inició en el 2008, durante el gobierno de los Torres-Colom, y fue inaugurada en días recientes; es decir, poco más de 11 años. Según se comenta en esta nota, en el 2008 hubo una ceremonia de inicio de trabajos, en la cual el diputado oficialista por Quiché de aquella época, Lester Reyna aprovechó, como buen político, para dar un discurso. 

El diputado Reyna aprovechó para remarcar el cumplimiento de su promesa de campaña y que, ahora sí, se haría realidad el sueño de los vecinos de Patzité.  Sin embargo, más duró el discurso del político que los trabajos de construcción de dicha carretera, ya que sólo se construyeron dos tramos de 200 metros cada uno para luego quedar abandonada la “gran obra de ingeniería”. Es decir, sólo se construyeron 400 metros de los 13 kilómetros de dicho tramo.

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Se puede suponer que el tramo pendiente de construir se hizo en abonos con sus respectivas ceremonias de “reinicio del inicio de trabajos” con discurso incluido, además de las “comisiones”, “sobrevaloraciones” o por lo menos “despilfarro” del dinero de los tributarios. O posiblemente, este gobierno acostumbrado a los “grandes retos de infraestructura e ingeniería” construyó los 12.6 kilómetros pendientes.

Si usted quedó admirado por la velocidad de construcción del libramiento de Chimaltenango, la velocidad de construcción de la carretera de 1.2 km/año supera ampliamente la lentitud con la que el gobierno construye infraestructura en Guatemala.  Ahora bien, si tomamos en cuenta que el libramiento aún no ha sido recibido, podría igualar esta velocidad mortal.

El caso de carretera a Patzité parece un cuento de ficción por lo ridículo del mismo, casi llegando a la tragicomedia. Primero, una obra que se anuncia con todo y ceremonia de inicio de los trabajos. Práctica común para tener algo que anunciar y aparentar que se hace algo. Segundo, discurso del político ofreciendo cumplir los sueños de progreso, prosperidad y “justicia social” para los vecinos del lugar. Tercero, después de toda la faramalla, aquí viene la tragedia, sólo se construyen 400 metros y se abandonan los trabajos. Cuarto, se necesitan poco más de 11 años para terminar los 13 kilómetros de la carretera.

Seguramente, hay más datos que aún no se conoce sobre la construcción de esta carretera que harían quedar corto al libramiento de Chimaltenango en cuanto a los alcances en la ineficiencia, despilfarro y malgasto de los recursos.

El libramiento de Chimaltenango se quedó corto al lado del tiempo que le llevó a los diferentes gobiernos en terminar la carretera a Patzité. Seguramente hay más casos como estos que nos demuestran lo ineficiente que el gobierno puede ser como constructor. Seguramente conoceremos más casos de ineficiencia y, muy probable, de corrupción. Mientras se insista en el mismo modelo de construcción, el libramiento o incluso esta carretera se quedarán corta ante la ineficiencia en la construcción de futuras obras gubernamentales.

@Md30

Facebook.com/Mda30 


El libramiento se quedó corto

María Dolores Arias
08 de enero, 2020

Si usted es de los que piensa que, el tiempo que se ha llevado la construcción, la reparación y entrega final del libramiento de Chimaltenango ha sido exagerado; la construcción de la carretera de Santa Cruz del Quiché a Patzité, lo supera y por mucho.

Según publicaciones, la construcción de esta carretera inició en el 2008, durante el gobierno de los Torres-Colom, y fue inaugurada en días recientes; es decir, poco más de 11 años. Según se comenta en esta nota, en el 2008 hubo una ceremonia de inicio de trabajos, en la cual el diputado oficialista por Quiché de aquella época, Lester Reyna aprovechó, como buen político, para dar un discurso. 

El diputado Reyna aprovechó para remarcar el cumplimiento de su promesa de campaña y que, ahora sí, se haría realidad el sueño de los vecinos de Patzité.  Sin embargo, más duró el discurso del político que los trabajos de construcción de dicha carretera, ya que sólo se construyeron dos tramos de 200 metros cada uno para luego quedar abandonada la “gran obra de ingeniería”. Es decir, sólo se construyeron 400 metros de los 13 kilómetros de dicho tramo.

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Se puede suponer que el tramo pendiente de construir se hizo en abonos con sus respectivas ceremonias de “reinicio del inicio de trabajos” con discurso incluido, además de las “comisiones”, “sobrevaloraciones” o por lo menos “despilfarro” del dinero de los tributarios. O posiblemente, este gobierno acostumbrado a los “grandes retos de infraestructura e ingeniería” construyó los 12.6 kilómetros pendientes.

Si usted quedó admirado por la velocidad de construcción del libramiento de Chimaltenango, la velocidad de construcción de la carretera de 1.2 km/año supera ampliamente la lentitud con la que el gobierno construye infraestructura en Guatemala.  Ahora bien, si tomamos en cuenta que el libramiento aún no ha sido recibido, podría igualar esta velocidad mortal.

El caso de carretera a Patzité parece un cuento de ficción por lo ridículo del mismo, casi llegando a la tragicomedia. Primero, una obra que se anuncia con todo y ceremonia de inicio de los trabajos. Práctica común para tener algo que anunciar y aparentar que se hace algo. Segundo, discurso del político ofreciendo cumplir los sueños de progreso, prosperidad y “justicia social” para los vecinos del lugar. Tercero, después de toda la faramalla, aquí viene la tragedia, sólo se construyen 400 metros y se abandonan los trabajos. Cuarto, se necesitan poco más de 11 años para terminar los 13 kilómetros de la carretera.

Seguramente, hay más datos que aún no se conoce sobre la construcción de esta carretera que harían quedar corto al libramiento de Chimaltenango en cuanto a los alcances en la ineficiencia, despilfarro y malgasto de los recursos.

El libramiento de Chimaltenango se quedó corto al lado del tiempo que le llevó a los diferentes gobiernos en terminar la carretera a Patzité. Seguramente hay más casos como estos que nos demuestran lo ineficiente que el gobierno puede ser como constructor. Seguramente conoceremos más casos de ineficiencia y, muy probable, de corrupción. Mientras se insista en el mismo modelo de construcción, el libramiento o incluso esta carretera se quedarán corta ante la ineficiencia en la construcción de futuras obras gubernamentales.

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