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Contrabandistas y Bautistas

Carlos Díaz-Durán
27 de agosto, 2020

La teoría de los Contrabandistas y Bautistas (Bootlegers and Baptists en inglés) fue desarrollada por el economista Bruce Yandle para explicar como surgen algunas regulaciones como consecuencia de la alineación de intereses entre grupos con una motivación “moral” y otros que buscan obtener un beneficio económico como producto de la regulación. 

El nombre de la teoría ilustra la relación que existía en la época de la prohibición en Estados Unidos entre los bautistas y los contrabandistas. Los bautistas, basados en sus creencias religiosas, promovían la restricción en la venta de bebidas alcohólicas. Por otro lado, los contrabandistas eran favorecidos por esta prohibición, ya que les permitía mantener el control absoluto del mercado de bebidas alcohólicas. 

Esta alineación de intereses da como resultado en la mayoría de casos regulaciones poco eficientes e incluso nocivas para la población en general, pues normalmente solo favorecen al grupo de interés que las promueve. La misma prohibición en la que se inspira el nombre de la teoría, es un claro ejemplo de lo anterior, pues fortalecía la mafia del contrabando y era inútil para disminuir el consumo de bebidas alcohólicas como supuestamente lo pretendía. 

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En Guatemala, esta teoría se aplica constantemente. Muchas regulaciones surgen bajo una supuesta buena intención, pero únicamente generan una serie de trabas e incentivos perversos que son aprovechados para crear focos de corrupción y obtener beneficios económicos ilegítimos. En materia de contratación pública, por ejemplo, bajo el pretexto de evitar corrupción se han creado normas y mecanismos ineficientes que hacen todo lo contrario. Se ha formado un monstruo burocrático y discrecional que hace poco menos que imposible para muchos participar en una competencia limpia en algunos casos y vuelve inoperantes a las unidades de ejecución de presupuesto de muchas dependencias en otros, mientras que facilita que se sigan dando contrataciones irregulares. Lo mismo cabe decir de nuestro sistema aduanero, de nuestras leyes tributarias, entre muchos otros. 

Las regulaciones excesivas e innecesarias tienden a producir ineficiencias para la población en general. Debemos cuestionarnos muchas de las regulaciones que se han creado o pretenden crear con una supuesta buena intención, pero que únicamente generan privilegios o beneficios ilegítimos para algunos grupos, mientras que perjudican a todos los demás. Además, debemos tener presente que las normas deben estar basadas en nuestra realidad, es decir, el hecho que países más desarrollados regulen x o y, no quiere decir que dichas regulaciones vayan a funcionarnos a nosotros. 

Contrabandistas y Bautistas

Carlos Díaz-Durán
27 de agosto, 2020

La teoría de los Contrabandistas y Bautistas (Bootlegers and Baptists en inglés) fue desarrollada por el economista Bruce Yandle para explicar como surgen algunas regulaciones como consecuencia de la alineación de intereses entre grupos con una motivación “moral” y otros que buscan obtener un beneficio económico como producto de la regulación. 

El nombre de la teoría ilustra la relación que existía en la época de la prohibición en Estados Unidos entre los bautistas y los contrabandistas. Los bautistas, basados en sus creencias religiosas, promovían la restricción en la venta de bebidas alcohólicas. Por otro lado, los contrabandistas eran favorecidos por esta prohibición, ya que les permitía mantener el control absoluto del mercado de bebidas alcohólicas. 

Esta alineación de intereses da como resultado en la mayoría de casos regulaciones poco eficientes e incluso nocivas para la población en general, pues normalmente solo favorecen al grupo de interés que las promueve. La misma prohibición en la que se inspira el nombre de la teoría, es un claro ejemplo de lo anterior, pues fortalecía la mafia del contrabando y era inútil para disminuir el consumo de bebidas alcohólicas como supuestamente lo pretendía. 

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En Guatemala, esta teoría se aplica constantemente. Muchas regulaciones surgen bajo una supuesta buena intención, pero únicamente generan una serie de trabas e incentivos perversos que son aprovechados para crear focos de corrupción y obtener beneficios económicos ilegítimos. En materia de contratación pública, por ejemplo, bajo el pretexto de evitar corrupción se han creado normas y mecanismos ineficientes que hacen todo lo contrario. Se ha formado un monstruo burocrático y discrecional que hace poco menos que imposible para muchos participar en una competencia limpia en algunos casos y vuelve inoperantes a las unidades de ejecución de presupuesto de muchas dependencias en otros, mientras que facilita que se sigan dando contrataciones irregulares. Lo mismo cabe decir de nuestro sistema aduanero, de nuestras leyes tributarias, entre muchos otros. 

Las regulaciones excesivas e innecesarias tienden a producir ineficiencias para la población en general. Debemos cuestionarnos muchas de las regulaciones que se han creado o pretenden crear con una supuesta buena intención, pero que únicamente generan privilegios o beneficios ilegítimos para algunos grupos, mientras que perjudican a todos los demás. Además, debemos tener presente que las normas deben estar basadas en nuestra realidad, es decir, el hecho que países más desarrollados regulen x o y, no quiere decir que dichas regulaciones vayan a funcionarnos a nosotros.