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La seguridad alimentaria, ausente en el discurso de migración

Melanie Müllers
27 de octubre, 2021

La seguridad alimentaria está generalmente ausente del debate sobre migración y desarrollo, el cual prioriza temas como las oportunidades económicas, los flujos de remesas y otros. La migración se mira como un medio a través del cual se aportan remesas, con lo cual se contribuye al consumo de quienes quedan atrás o, por el contrario, como una pérdida en términos de productividad en el sector agrícola y mano de obra. Por el otro lado, se considera que la inseguridad alimentaria es un tema que afecta a las personas de escasos recursos en zonas rurales,  los cuales de algún modo representan al conjunto de los migrantes, pero aún teniendo este vínculo, no ejemplifican la gama de impactos que la seguridad alimentaria puede tener sobre la migración y vice versa. En general, esta percepción también descarta la inseguridad alimentaria urbana, que genera inquietud, dado los niveles de urbanización que se dan en la región.

La definición de la seguridad alimentaria considera que existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias. La seguridad alimentaria es el resultado de una combinación de disponibilidad, acceso y utilización de los alimentos.

Con el objetivo de reducir la desnutrición crónica de niños que asisten a 6 jardines infantiles en la Ciudad de Guatemala, en un proyecto municipal se utilizó Chispuditos® una bebida a base de soya y maíz como vehículo para el aporte de 21 micronutrientes, la recibieron 747 niños entre los 6 meses y 6 años. Se observó que la intervención con el atole fortificado mejora el estado nutricional y de salud de los niños en un lapso de tres meses.

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Aunque parezca evidente que la inseguridad alimentaria, la violencia y la migración son fenómenos interrelacionados, existen pocos estudios académicos sobre cómo se relacionan entre sí. A lo largo de la historia, tanto la inseguridad alimentaria como la violencia han desencadenado migraciones masivas; sin embargo, los estudios e investigaciones sobre estos temas tienden a enfocarse en solo uno o dos de los tres temas relacionados, pero es más que obvio que todos estos factores impactan profundamente a los individuos, familias, la comunidad y sociedad.

A medida que la humanización de las mascotas se hace más frecuente, el mercado de productos para mascotas está creciendo rápidamente en todas las regiones del mundo. Por ejemplo, las ventas de alimentos y golosinas para mascotas en los EE.UU. Aumentaron un 9,7% en 2020, agregando US $ 3,7 mil millones para un total de $ 42 mil millones para el año, según la Asociación Estadounidense de Productos para Mascotas (APPA). Esas ventas representaron alrededor del 40% de las ventas totales de cuidado de mascotas en los EE. UU., Lo que alcanzó un hito de superar los $ 100 mil millones. Ese total fue de US $ 103.6 mil millones, lo que representa un aumento del 6.7% y US $ 6.5 mil millones con respecto a 2019.

La seguridad alimentaria y nutricional sigue siendo un reto para el país. El efecto combinado de la pandemia COVID-19 y del desastre socioambiental causado por las tormentas Eta e Iota apunta hacia un agravamiento extremo.  Se ha potenciado el riesgo de una crisis humanitaria derivada de la pérdida de medios de subsistencia para grupos importantes de la población. Así como crece el interés en todas las regiones del mundo por mejorar la alimentación hasta de las mascotas, deberíamos también “Humanizar” más a nuestros niños guatemaltecos  para ponerle fin a esta crisis alimentaria que  actualmente tenemos, el escenario definitivamente sería otro.

La seguridad alimentaria, ausente en el discurso de migración

Melanie Müllers
27 de octubre, 2021

La seguridad alimentaria está generalmente ausente del debate sobre migración y desarrollo, el cual prioriza temas como las oportunidades económicas, los flujos de remesas y otros. La migración se mira como un medio a través del cual se aportan remesas, con lo cual se contribuye al consumo de quienes quedan atrás o, por el contrario, como una pérdida en términos de productividad en el sector agrícola y mano de obra. Por el otro lado, se considera que la inseguridad alimentaria es un tema que afecta a las personas de escasos recursos en zonas rurales,  los cuales de algún modo representan al conjunto de los migrantes, pero aún teniendo este vínculo, no ejemplifican la gama de impactos que la seguridad alimentaria puede tener sobre la migración y vice versa. En general, esta percepción también descarta la inseguridad alimentaria urbana, que genera inquietud, dado los niveles de urbanización que se dan en la región.

La definición de la seguridad alimentaria considera que existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias. La seguridad alimentaria es el resultado de una combinación de disponibilidad, acceso y utilización de los alimentos.

Con el objetivo de reducir la desnutrición crónica de niños que asisten a 6 jardines infantiles en la Ciudad de Guatemala, en un proyecto municipal se utilizó Chispuditos® una bebida a base de soya y maíz como vehículo para el aporte de 21 micronutrientes, la recibieron 747 niños entre los 6 meses y 6 años. Se observó que la intervención con el atole fortificado mejora el estado nutricional y de salud de los niños en un lapso de tres meses.

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Aunque parezca evidente que la inseguridad alimentaria, la violencia y la migración son fenómenos interrelacionados, existen pocos estudios académicos sobre cómo se relacionan entre sí. A lo largo de la historia, tanto la inseguridad alimentaria como la violencia han desencadenado migraciones masivas; sin embargo, los estudios e investigaciones sobre estos temas tienden a enfocarse en solo uno o dos de los tres temas relacionados, pero es más que obvio que todos estos factores impactan profundamente a los individuos, familias, la comunidad y sociedad.

A medida que la humanización de las mascotas se hace más frecuente, el mercado de productos para mascotas está creciendo rápidamente en todas las regiones del mundo. Por ejemplo, las ventas de alimentos y golosinas para mascotas en los EE.UU. Aumentaron un 9,7% en 2020, agregando US $ 3,7 mil millones para un total de $ 42 mil millones para el año, según la Asociación Estadounidense de Productos para Mascotas (APPA). Esas ventas representaron alrededor del 40% de las ventas totales de cuidado de mascotas en los EE. UU., Lo que alcanzó un hito de superar los $ 100 mil millones. Ese total fue de US $ 103.6 mil millones, lo que representa un aumento del 6.7% y US $ 6.5 mil millones con respecto a 2019.

La seguridad alimentaria y nutricional sigue siendo un reto para el país. El efecto combinado de la pandemia COVID-19 y del desastre socioambiental causado por las tormentas Eta e Iota apunta hacia un agravamiento extremo.  Se ha potenciado el riesgo de una crisis humanitaria derivada de la pérdida de medios de subsistencia para grupos importantes de la población. Así como crece el interés en todas las regiones del mundo por mejorar la alimentación hasta de las mascotas, deberíamos también “Humanizar” más a nuestros niños guatemaltecos  para ponerle fin a esta crisis alimentaria que  actualmente tenemos, el escenario definitivamente sería otro.