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Inflación: ¿está de paso o vino para quedarse?

Salvador Paiz
04 de noviembre, 2021

La economía mundial, de nuevo, se encuentra en una situación complicada. Vemos un sinfín de fenómenos que se conjugan para sugerir que la inflación va en aumento. La crisis de los contenedores, la crisis de atrasos en microchips, el alza de materias primas y petróleo, etc. Todo esto está afectando hasta nuestro propio bolsillo. ¿Será para siempre o es transitorio? 

La bautizada “crisis de los contenedores” está afectando las dinámicas económicas en todos los países del mundo. Debido a la irrupción en la operación de los puertos, se desató una carencia de contenedores de exportación. Una de las consecuencias de la escasez de espacios para el movimiento de productos a nivel global, ha sido el incremento de los precios de transporte de mercadería. En muchos puertos del mundo, los contenedores se encuentran varados, además no hay suficientes trabajadores portuarios calificados, conductores de camiones y personal ferroviario para mover las cargas a la velocidad necesaria. Por ejemplo, en California el tiempo de espera de un contendor pasó a ser de inmediato a 11 días, cosa que repercute en toda la cadena de suministro.   

Esta llamada “crisis” ha creado un efecto dominó que llega hasta la economía de cada individuo en nuestro planeta, y Guatemala no es la excepción. Ya estamos siendo testigos de un aumento de precios en la gasolina y productos de la canasta básica. Según los datos del Ministerio de Energía y Minas sobre precios de combustibles, en tan solo una semana, el precio de la gasolina super incrementó 2.25 por ciento. Por otro lado, de agosto a septiembre, los precios de la canasta básica también incrementaron 0.43 por ciento. Según las estadísticas del Banco de Guatemala, el ritmo inflacionario hasta agosto del este año fue de 3.18 por ciento, mientras que en el mismo mes del 2020 se mantenía en el 2.06 por ciento.

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Surge la duda si este es un fenómeno transitorio o algo de más largo plazo. Muchos descartan la repentina subida como algo que pasará igual de rápido. Sin querer incitar pánico o especulación, considero que debemos de prepararnos para un escenario de escaladas de precio durante un período prolongado. Estimaciones de Central American Business Intelligence (CABI), dicen que este será un fenómeno persistente de al menos tres años. Ellos calculan que la inflación en Estados Unidos sufrirá un período alcista, y será hasta el 2023 en que esta regresará a menos de 2 por ciento, como estaba antes. 

La inflación es una medida agregada que busca resumir el ritmo al que incrementan los precios en una economía. Existe cierto debate sobre el nivel óptimo de inflación (si cero o ligeramente arriba de cero) pero lo que no se debate es que los altos niveles, la alta volatilidad y la baja predictibilidad, son características indeseables. Como latinoamericanos, aún recordamos las crisis inflacionarias del pasado no tan lejano, pero hemos perdido la costumbre y el estómago para lidiar con ese tipo de volatilidad.

Hoy no sabemos ni cómo ni cuánto nos va a afectar, pero estoy seguro que los próximos meses serán una especie de montaña rusa. Lo más lamentable de todo es que el chicotazo, como siempre, lo sufren quienes van en el último vagón. Mientras tanto, tenemos que prepararnos. Mi consejo y recomendación es que seamos precavidos con nuestros gastos. Cuidemos nuestras finanzas, vivimos en tiempos muy volátiles y todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Si hay ahorros monetarios, asegurémonos que estén en instrumentos de tasas variables. Si está en nuestras posibilidades, invirtamos en “activos duros”, como los bienes raíces cuyos valores se van ajustando en el tiempo. Lo más importante es que seamos cuidadosos, anticipémonos y preparémonos para lo que puede venir. 

www.salvadorpaiz.com 

Inflación: ¿está de paso o vino para quedarse?

Salvador Paiz
04 de noviembre, 2021

La economía mundial, de nuevo, se encuentra en una situación complicada. Vemos un sinfín de fenómenos que se conjugan para sugerir que la inflación va en aumento. La crisis de los contenedores, la crisis de atrasos en microchips, el alza de materias primas y petróleo, etc. Todo esto está afectando hasta nuestro propio bolsillo. ¿Será para siempre o es transitorio? 

La bautizada “crisis de los contenedores” está afectando las dinámicas económicas en todos los países del mundo. Debido a la irrupción en la operación de los puertos, se desató una carencia de contenedores de exportación. Una de las consecuencias de la escasez de espacios para el movimiento de productos a nivel global, ha sido el incremento de los precios de transporte de mercadería. En muchos puertos del mundo, los contenedores se encuentran varados, además no hay suficientes trabajadores portuarios calificados, conductores de camiones y personal ferroviario para mover las cargas a la velocidad necesaria. Por ejemplo, en California el tiempo de espera de un contendor pasó a ser de inmediato a 11 días, cosa que repercute en toda la cadena de suministro.   

Esta llamada “crisis” ha creado un efecto dominó que llega hasta la economía de cada individuo en nuestro planeta, y Guatemala no es la excepción. Ya estamos siendo testigos de un aumento de precios en la gasolina y productos de la canasta básica. Según los datos del Ministerio de Energía y Minas sobre precios de combustibles, en tan solo una semana, el precio de la gasolina super incrementó 2.25 por ciento. Por otro lado, de agosto a septiembre, los precios de la canasta básica también incrementaron 0.43 por ciento. Según las estadísticas del Banco de Guatemala, el ritmo inflacionario hasta agosto del este año fue de 3.18 por ciento, mientras que en el mismo mes del 2020 se mantenía en el 2.06 por ciento.

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Surge la duda si este es un fenómeno transitorio o algo de más largo plazo. Muchos descartan la repentina subida como algo que pasará igual de rápido. Sin querer incitar pánico o especulación, considero que debemos de prepararnos para un escenario de escaladas de precio durante un período prolongado. Estimaciones de Central American Business Intelligence (CABI), dicen que este será un fenómeno persistente de al menos tres años. Ellos calculan que la inflación en Estados Unidos sufrirá un período alcista, y será hasta el 2023 en que esta regresará a menos de 2 por ciento, como estaba antes. 

La inflación es una medida agregada que busca resumir el ritmo al que incrementan los precios en una economía. Existe cierto debate sobre el nivel óptimo de inflación (si cero o ligeramente arriba de cero) pero lo que no se debate es que los altos niveles, la alta volatilidad y la baja predictibilidad, son características indeseables. Como latinoamericanos, aún recordamos las crisis inflacionarias del pasado no tan lejano, pero hemos perdido la costumbre y el estómago para lidiar con ese tipo de volatilidad.

Hoy no sabemos ni cómo ni cuánto nos va a afectar, pero estoy seguro que los próximos meses serán una especie de montaña rusa. Lo más lamentable de todo es que el chicotazo, como siempre, lo sufren quienes van en el último vagón. Mientras tanto, tenemos que prepararnos. Mi consejo y recomendación es que seamos precavidos con nuestros gastos. Cuidemos nuestras finanzas, vivimos en tiempos muy volátiles y todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Si hay ahorros monetarios, asegurémonos que estén en instrumentos de tasas variables. Si está en nuestras posibilidades, invirtamos en “activos duros”, como los bienes raíces cuyos valores se van ajustando en el tiempo. Lo más importante es que seamos cuidadosos, anticipémonos y preparémonos para lo que puede venir. 

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