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Los atletas transgénero

Warren Orbaugh
15 de febrero, 2021

Los Demócratas, progres y socialistas tienen un serio problema con la realidad. Su deshonestidad – fingir que la realidad es distinta de lo que es – los llevó al intento de enjuiciar por segunda vez al expresidente Donald Trump, desperdiciando el tiempo y dinero de los tributarios norteamericanos. Hicieron caso omiso de lo que manda su constitución, como si esta no existiera. Y pretendieron que los demás jugaran su farsa de borrarla de la realidad y sustituir la realidad por una donde ésta no existe. El presidente de la Corte Suprema no fingió. Ni cuarenta y tres senadores Republicanos. 

A los Demócratas, progres y socialistas no les gusta que no finjas con ellos. Si difieres y lo expresas, te censuran, te cancelan, te sacan de la red. Necesitan que los demás apoyen sus mentiras, aunque sea a la fuerza. Como Kim Jong Un, el tirano de Corea del Norte, que le encanta que sus súbditos finjan que lo aman, bajo pena de cárcel si no lo hacen, para sentirse querido.

El 20 de enero del 2021, Joe Biden firmó una orden ejecutiva definiendo delito federal la discriminación en base al sexo de la persona. Los niños y hombres que se auto identifican como niñas o mujeres deben ser aceptados en las competencias atléticas de niñas y mujeres. Pueden cambiarse de los deportes para varones a los deportes para mujeres aun sin tratamiento quirúrgico y hormonal. Además, pueden entrar a los baños y vestidores de mujeres. Los planes de seguro deben pagar los gastos de transición de género y los hospitales deben realizarlos. 

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¿Te gustaría que un tipo, que un desconocido, se metiera al vestidor y baño donde se encuentra tu esposa o hija? ¿Te gustaría pagar las operaciones y tratamiento hormonal de ese tipo para parecer mujer?

Basta con que se auto definan como mujeres y, como por arte de magia, paf, ya son mujeres. Y los demás debemos fingir que en efecto lo son. Pero una mujer es un humano femenino natural capaz de ser fecundado. El varón es capaz de fecundar, no de ser fecundado. La mujer citogenética es mujer por la presencia de los alosomas XX en sus cromosomas. Los del varón son XY. Y esto no se puede cambiar con sólo desearlo, ni con cirugía, ni con tratamiento hormonal. 

Tampoco se puede cambiar la estructura ósea ni la muscular, más densas en los varones que en las mujeres. Ni se pueden cambiar los órganos internos. Y esa realidad no cambia obligando a los hospitales a decir «leche humana» en lugar de «leche materna», o «servicios perinatales» en lugar de «maternidad», o «progenitor» en lugar de «madre» para satisfacer a los transgénero. Ni creando un certificado legal que dice que son «mujeres».

El transgénero que desea parecer mujer, no es una mujer artificial. Lo que en realidad es, es un transgénero, un hombre, un varón biológico, artificialmente alterado para parecer mujer; o una mujer artificialmente alterada para parecer varón. Si un hombre pierde un ojo, no se convierte en cíclope. Sigue siendo un hombre, sólo que tuerto. Aunque un hombre disminuya su nivel de testosterona, sigue siendo varón, con todas las ventajas físicas que eso implica. No es igual a las mujeres.

Los varones, transgénero, que se auto definen como mujeres, que no resaltaban como deportistas varones, han roto todos los récords como “deportistas mujeres”. Alegan que tienen derecho a competir y que básicamente no hay diferencia entre atletas hombres y mujeres. Pero si no hubiera diferencia entre varones y mujeres entonces no habría necesidad de establecer dos categorías: categoría femenina y categoría masculina. Estudios científicos han demostrado que el récord de la atleta, campeona olímpica y mundial, Tori Bowie, de 10.78 segundos en carrera de 100 metros planos, ha sido superado por aproximadamente 15000 atletas masculinos, incluyendo jóvenes de secundaria. Lo mismo ha sucedido con el récord de la atleta mundialista Allyson Felix, de 49.26 segundos en los 400 metros planos. Y ya no digamos con los récords femeninos de levantamiento de pesas. Además, en los deportes de contacto físico, estos transgéneros, enormes comparados con las mujeres citogenéticas, las ponen en peligro de sufrir graves lesiones físicas.

Permitirle a estos transgéneros competir en deportes femeninos es robarles a las auténticas mujeres, las biológicamente naturales, las oportunidades de destacar en sus respectivos deportes. Tienen una ventaja evidente debido a que biológicamente son varones. Es injusto para las mujeres y destruirá el deporte femenino. Las despoja de las oportunidades de optar a becas escolares y de formar parte de los equipos que participarán en las olimpiadas.

Si no se desea excluir a los atletas transgénero de las competencias deportivas, siempre se puede abrir una categoría para ellos, donde puedan competir con sus pares.

Los atletas transgénero

Warren Orbaugh
15 de febrero, 2021

Los Demócratas, progres y socialistas tienen un serio problema con la realidad. Su deshonestidad – fingir que la realidad es distinta de lo que es – los llevó al intento de enjuiciar por segunda vez al expresidente Donald Trump, desperdiciando el tiempo y dinero de los tributarios norteamericanos. Hicieron caso omiso de lo que manda su constitución, como si esta no existiera. Y pretendieron que los demás jugaran su farsa de borrarla de la realidad y sustituir la realidad por una donde ésta no existe. El presidente de la Corte Suprema no fingió. Ni cuarenta y tres senadores Republicanos. 

A los Demócratas, progres y socialistas no les gusta que no finjas con ellos. Si difieres y lo expresas, te censuran, te cancelan, te sacan de la red. Necesitan que los demás apoyen sus mentiras, aunque sea a la fuerza. Como Kim Jong Un, el tirano de Corea del Norte, que le encanta que sus súbditos finjan que lo aman, bajo pena de cárcel si no lo hacen, para sentirse querido.

El 20 de enero del 2021, Joe Biden firmó una orden ejecutiva definiendo delito federal la discriminación en base al sexo de la persona. Los niños y hombres que se auto identifican como niñas o mujeres deben ser aceptados en las competencias atléticas de niñas y mujeres. Pueden cambiarse de los deportes para varones a los deportes para mujeres aun sin tratamiento quirúrgico y hormonal. Además, pueden entrar a los baños y vestidores de mujeres. Los planes de seguro deben pagar los gastos de transición de género y los hospitales deben realizarlos. 

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Basta con que se auto definan como mujeres y, como por arte de magia, paf, ya son mujeres. Y los demás debemos fingir que en efecto lo son. Pero una mujer es un humano femenino natural capaz de ser fecundado. El varón es capaz de fecundar, no de ser fecundado. La mujer citogenética es mujer por la presencia de los alosomas XX en sus cromosomas. Los del varón son XY. Y esto no se puede cambiar con sólo desearlo, ni con cirugía, ni con tratamiento hormonal. 

Tampoco se puede cambiar la estructura ósea ni la muscular, más densas en los varones que en las mujeres. Ni se pueden cambiar los órganos internos. Y esa realidad no cambia obligando a los hospitales a decir «leche humana» en lugar de «leche materna», o «servicios perinatales» en lugar de «maternidad», o «progenitor» en lugar de «madre» para satisfacer a los transgénero. Ni creando un certificado legal que dice que son «mujeres».

El transgénero que desea parecer mujer, no es una mujer artificial. Lo que en realidad es, es un transgénero, un hombre, un varón biológico, artificialmente alterado para parecer mujer; o una mujer artificialmente alterada para parecer varón. Si un hombre pierde un ojo, no se convierte en cíclope. Sigue siendo un hombre, sólo que tuerto. Aunque un hombre disminuya su nivel de testosterona, sigue siendo varón, con todas las ventajas físicas que eso implica. No es igual a las mujeres.

Los varones, transgénero, que se auto definen como mujeres, que no resaltaban como deportistas varones, han roto todos los récords como “deportistas mujeres”. Alegan que tienen derecho a competir y que básicamente no hay diferencia entre atletas hombres y mujeres. Pero si no hubiera diferencia entre varones y mujeres entonces no habría necesidad de establecer dos categorías: categoría femenina y categoría masculina. Estudios científicos han demostrado que el récord de la atleta, campeona olímpica y mundial, Tori Bowie, de 10.78 segundos en carrera de 100 metros planos, ha sido superado por aproximadamente 15000 atletas masculinos, incluyendo jóvenes de secundaria. Lo mismo ha sucedido con el récord de la atleta mundialista Allyson Felix, de 49.26 segundos en los 400 metros planos. Y ya no digamos con los récords femeninos de levantamiento de pesas. Además, en los deportes de contacto físico, estos transgéneros, enormes comparados con las mujeres citogenéticas, las ponen en peligro de sufrir graves lesiones físicas.

Permitirle a estos transgéneros competir en deportes femeninos es robarles a las auténticas mujeres, las biológicamente naturales, las oportunidades de destacar en sus respectivos deportes. Tienen una ventaja evidente debido a que biológicamente son varones. Es injusto para las mujeres y destruirá el deporte femenino. Las despoja de las oportunidades de optar a becas escolares y de formar parte de los equipos que participarán en las olimpiadas.

Si no se desea excluir a los atletas transgénero de las competencias deportivas, siempre se puede abrir una categoría para ellos, donde puedan competir con sus pares.