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Una semana cualquiera

Carolina Castellanos
19 de marzo, 2021

Termina una semana más, la número 19 de este 2021. Hace un año y dos días cambiarían nuestras vidas de forma radical. El coronavirus había llegado a Guatemala y el mundo cerraba sus puertas, Guatemala incluida. La incertidumbre se apoderó de  nosotros, al igual que el miedo. Surgieron, y aún permanecen, teorías de conspiración, el nuevo orden mundial, corrupción y robo a manos llenas, control de los grandes poderes mundiales, etc. No estoy en capacidad de afirmar o negar esto. No han surgido pruebas que lo ratifiquen o lo desechen por completo.

Lo cierto es que, en una semana cualquiera, el mundo cambió y, un año después, Guatemala sigue luchando por reconstruirse. Cada uno de nosotros, en nuestro  metro cuadrado, retomamos nuestras actividades, salimos, nos cuidamos, opinamos, nos quejamos y seguimos adelante.

Esta fue otra semana cualquiera en la que no hubo marchas ni manifestaciones que bloquearan el paso violando la libertad de locomoción que la Constitución garantiza y teniendo que ver la inacción del gobierno pues, si detiene ese “derecho”, la “cooperación internacional” nos acusa de violar los derechos humanos de los menos favorecidos. Así, atrapados entre nuestro derecho a vivir y trabar según nos plazca, estamos sujetos a que nos lo impidan esos grupos privilegiados que actúan solamente por sus ingresos y el poder que les da el protagonismo efímero de una publicación en los medios de comunicación.

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Los grupos de choque, llamados feministas, comunidad LGBTIQ, indígenas que se autoproclaman desplazados, discriminados y pobres, no tuvieron energía, de esa que viene en billetes verdes y cafés, para convertir esta semana cualquiera en una llena de caos y destrucción. Ya llegará el nuevo embarque vía transferencia electrónica y los volveremos a ver. 

Dentro de poco estaremos viviendo la Semana Mayor, deseando que no sea otra “cualquiera”, como sucedió el año pasado.  Como dicen los patojos, “pasó de noche”. Viviremos otra semana antes de esto, deseando que sea cualquiera, pues los cambios bruscos o los sucesos inesperados no muy nos gustan.

Empezó ya el proceso de vacunación y el personal de salud del sector público que está en “la línea de fuego” ha sido inmunizado en un alto porcentaje. Ya nos tocará a los demás en un futuro que no se ve tan cercano. Mientras tanto veremos si hay reacciones adversas terribles, como muchos en redes sociales anticipan. Les dará tiempo de convencerse para un lado o para el otro. Al final, es una decisión libre. De cualquier forma, las autoridades sanitarias ya anticipan repuntes como sucedió para las fiestas de fin de año pues habrá muchas reuniones familiares, procesiones, vacaciones, compras, de todo.

Pasan las semanas y los cambios profundos que desearíamos ver en nuestra Guate no llegan. La burocracia, en vez de reducirse, parece que se incrementará con un “ministerio de la mujer”, que no servirá para nada. Al igual que la fiscalía para femicidio, se están dirigiendo recursos hacia un sector y no hacia toda la población. Nuevamente, se dan privilegios en detrimento del bien común. Soy mujer y me opongo rotundamente a esta iniciativa al igual que me opuse a esa fiscalía. Tal parece que esta semana no fue tan “cualquiera” pues estamos viendo privilegios nuevamente. ¿Podrán los hombres tributar menos pues no se les ha favorecido con un ente gubernamental que los beneficie? Seguramente no.

Los cambios no se dan solos y las semanas seguirán siendo “cualquiera” si ninguno de nosotros hace algo para cambiarlo. Nos toca incidir en nuestro metro cuadrado.

Una semana cualquiera

Carolina Castellanos
19 de marzo, 2021

Termina una semana más, la número 19 de este 2021. Hace un año y dos días cambiarían nuestras vidas de forma radical. El coronavirus había llegado a Guatemala y el mundo cerraba sus puertas, Guatemala incluida. La incertidumbre se apoderó de  nosotros, al igual que el miedo. Surgieron, y aún permanecen, teorías de conspiración, el nuevo orden mundial, corrupción y robo a manos llenas, control de los grandes poderes mundiales, etc. No estoy en capacidad de afirmar o negar esto. No han surgido pruebas que lo ratifiquen o lo desechen por completo.

Lo cierto es que, en una semana cualquiera, el mundo cambió y, un año después, Guatemala sigue luchando por reconstruirse. Cada uno de nosotros, en nuestro  metro cuadrado, retomamos nuestras actividades, salimos, nos cuidamos, opinamos, nos quejamos y seguimos adelante.

Esta fue otra semana cualquiera en la que no hubo marchas ni manifestaciones que bloquearan el paso violando la libertad de locomoción que la Constitución garantiza y teniendo que ver la inacción del gobierno pues, si detiene ese “derecho”, la “cooperación internacional” nos acusa de violar los derechos humanos de los menos favorecidos. Así, atrapados entre nuestro derecho a vivir y trabar según nos plazca, estamos sujetos a que nos lo impidan esos grupos privilegiados que actúan solamente por sus ingresos y el poder que les da el protagonismo efímero de una publicación en los medios de comunicación.

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Los grupos de choque, llamados feministas, comunidad LGBTIQ, indígenas que se autoproclaman desplazados, discriminados y pobres, no tuvieron energía, de esa que viene en billetes verdes y cafés, para convertir esta semana cualquiera en una llena de caos y destrucción. Ya llegará el nuevo embarque vía transferencia electrónica y los volveremos a ver. 

Dentro de poco estaremos viviendo la Semana Mayor, deseando que no sea otra “cualquiera”, como sucedió el año pasado.  Como dicen los patojos, “pasó de noche”. Viviremos otra semana antes de esto, deseando que sea cualquiera, pues los cambios bruscos o los sucesos inesperados no muy nos gustan.

Empezó ya el proceso de vacunación y el personal de salud del sector público que está en “la línea de fuego” ha sido inmunizado en un alto porcentaje. Ya nos tocará a los demás en un futuro que no se ve tan cercano. Mientras tanto veremos si hay reacciones adversas terribles, como muchos en redes sociales anticipan. Les dará tiempo de convencerse para un lado o para el otro. Al final, es una decisión libre. De cualquier forma, las autoridades sanitarias ya anticipan repuntes como sucedió para las fiestas de fin de año pues habrá muchas reuniones familiares, procesiones, vacaciones, compras, de todo.

Pasan las semanas y los cambios profundos que desearíamos ver en nuestra Guate no llegan. La burocracia, en vez de reducirse, parece que se incrementará con un “ministerio de la mujer”, que no servirá para nada. Al igual que la fiscalía para femicidio, se están dirigiendo recursos hacia un sector y no hacia toda la población. Nuevamente, se dan privilegios en detrimento del bien común. Soy mujer y me opongo rotundamente a esta iniciativa al igual que me opuse a esa fiscalía. Tal parece que esta semana no fue tan “cualquiera” pues estamos viendo privilegios nuevamente. ¿Podrán los hombres tributar menos pues no se les ha favorecido con un ente gubernamental que los beneficie? Seguramente no.

Los cambios no se dan solos y las semanas seguirán siendo “cualquiera” si ninguno de nosotros hace algo para cambiarlo. Nos toca incidir en nuestro metro cuadrado.