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La jaula del autoempleo en Cuba

Jose Azel
23 de marzo, 2021

Cuando el gobierno de Castro anunció en 2010 su plan para “actualizar el socialismo” algunos pensaron que Cuba finalmente había comenzado a moverse hacia una economía de mercado.

El punto central del plan consistía en cesantear hasta 1’300,000 empleados estatales y otorgar a los despedidos permisos para trabajar “fuera del sector estatal”. El orwelliano lenguaje cubano no permite mencionar “sector privado”, entonces los trabajadores serían autoempleados “fuera del sector estatal”. El autoempleo permitido (conocido como cuentapropismo) se limita a modestas actividades domésticas en 200 oficios como limpiabotas, reparación de sombrillas, y trabajos de ese tipo, abrumados con asfixiantes impuestos y regulaciones.

Seis años después, el plan ha producido poco en términos de desarrollo económico, y ha magnificado la desesperanza del pueblo cubano, manifestada en el éxodo incrementado de cubanos desesperados buscando alcanzar Estados Unidos.

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La versión de Raúl Castro de reforma económica es una adaptación minimalista de lo que el reformista chino Chen Yun llamó la “jaula económica”. Me recordó recientemente ese histórico término un trabajo del economista Fernando Menéndez titulado “El mercado y la jaula: una evaluación crítica de las reformas cubanas y los prospectos de transición”.

Aunque habitualmente Deng Xiaoping recibe crédito como arquitecto de las reformas económicas chinas, fue mayormente Chen Yun quien proveyó el apuntalamiento teórico y práctico de las estrategias adoptadas por Deng. Tan temprano como a la mitad de los 1950s Chen intentó moderar el radicalismo del Presidente Mao Zedong, pero no fue hasta después de la muerte de Mao en 1976 que su jaula teórica fue implementada. La visión de Chen era utilizar los mecanismos del mercado para asignar mejor los recursos, pero siempre dentro de los confines del plan central, como un pájaro en una jaula. Chen temía perder el control.

“No aprietes al pájaro en tu mano muy fuertemente, porque podrías estrangularlo. Debes soltarlo, pero solo en los límites de la jaula. De lo contrario, escaparía volando”

Chen previo utilizar siempre la planificación estatal centralizada para establecer las fronteras de los mecanismos de mercado. Así el mercado estaría firmemente restringido para no perder el control. La jaula puede ser grande o pequeña, pero las reformas nunca podrán “escapar volando”.

En el caso de las reformas cubanas, el General Castro no solamente mantiene una jaula extremadamente pequeña, sino también ha incrementado la represión para asegurarse que sus permisos de autoempleo no terminen en un mercado que escapa volando. Los cuentapropistas cubanos apenas pueden desplegar sus alas en los límites de la jaula de Castro.

No es solamente cuestión del alcance de las reformas – el tamaño de la jaula. Es también la mentalidad acompañante. Cuando Deng Xiaoping introdujo su versión del socialismo de mercado en China, pronunció el famoso “enriquecerse es glorioso”. En contraste, el General Castro insiste que ninguna actividad “no estatal” conduzca a la “concentración de propiedad”. O sea, no permitirá la acumulación de riqueza.

Identificar los ajustes económicos del General Castro como una jaula económica es útil para entender que los cambios no están  diseñados para promover libertades económicas o desarrollo. En el mejor de los casos son un chapucero esfuerzo de mejorar la asignación de recursos con un plan central sin ruta de escape. El General no tiene intención de dejar al mercado escapar volando.

La realidad política cubana es que Raúl Castro y los militares cubanos limitarán, enmarcarán y condicionarán las actividades de mercado que se permitan.

El condicionamiento incluye relajar restricciones de viajes para los cubanos, política que a menudo se presenta, incorrectamente, como evidencia de reformas. En el contexto de la jaula económica, conceder permisos de viaje es un método de exportar el desempleo y subempleo cubano a Estados Unidos. Lo que no ha sido comprendido por algunos es que, en el lenguaje críptico cubano, permitir trabajar “fuera del sector estatal” significa también licencia para ir a trabajar a Estados Unidos y enviar remesas hacia Cuba.

Con esta percepción de la filosofía de la jaula económica, todas las declaraciones de que las reformas de Castro son una puerta a las libertades políticas devienen vacuas. Peor, tales argumentos encarnan la proposición de que los cubanos no deben aspirar a ser libres. La silenciosa sugestión es que los cubanos no merecen libertad y deben aceptar vivir en una jaula.

El Dr. José Azel es Investigador Senior en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del libro Mañana in Cuba.

La jaula del autoempleo en Cuba

Jose Azel
23 de marzo, 2021

Cuando el gobierno de Castro anunció en 2010 su plan para “actualizar el socialismo” algunos pensaron que Cuba finalmente había comenzado a moverse hacia una economía de mercado.

El punto central del plan consistía en cesantear hasta 1’300,000 empleados estatales y otorgar a los despedidos permisos para trabajar “fuera del sector estatal”. El orwelliano lenguaje cubano no permite mencionar “sector privado”, entonces los trabajadores serían autoempleados “fuera del sector estatal”. El autoempleo permitido (conocido como cuentapropismo) se limita a modestas actividades domésticas en 200 oficios como limpiabotas, reparación de sombrillas, y trabajos de ese tipo, abrumados con asfixiantes impuestos y regulaciones.

Seis años después, el plan ha producido poco en términos de desarrollo económico, y ha magnificado la desesperanza del pueblo cubano, manifestada en el éxodo incrementado de cubanos desesperados buscando alcanzar Estados Unidos.

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La versión de Raúl Castro de reforma económica es una adaptación minimalista de lo que el reformista chino Chen Yun llamó la “jaula económica”. Me recordó recientemente ese histórico término un trabajo del economista Fernando Menéndez titulado “El mercado y la jaula: una evaluación crítica de las reformas cubanas y los prospectos de transición”.

Aunque habitualmente Deng Xiaoping recibe crédito como arquitecto de las reformas económicas chinas, fue mayormente Chen Yun quien proveyó el apuntalamiento teórico y práctico de las estrategias adoptadas por Deng. Tan temprano como a la mitad de los 1950s Chen intentó moderar el radicalismo del Presidente Mao Zedong, pero no fue hasta después de la muerte de Mao en 1976 que su jaula teórica fue implementada. La visión de Chen era utilizar los mecanismos del mercado para asignar mejor los recursos, pero siempre dentro de los confines del plan central, como un pájaro en una jaula. Chen temía perder el control.

“No aprietes al pájaro en tu mano muy fuertemente, porque podrías estrangularlo. Debes soltarlo, pero solo en los límites de la jaula. De lo contrario, escaparía volando”

Chen previo utilizar siempre la planificación estatal centralizada para establecer las fronteras de los mecanismos de mercado. Así el mercado estaría firmemente restringido para no perder el control. La jaula puede ser grande o pequeña, pero las reformas nunca podrán “escapar volando”.

En el caso de las reformas cubanas, el General Castro no solamente mantiene una jaula extremadamente pequeña, sino también ha incrementado la represión para asegurarse que sus permisos de autoempleo no terminen en un mercado que escapa volando. Los cuentapropistas cubanos apenas pueden desplegar sus alas en los límites de la jaula de Castro.

No es solamente cuestión del alcance de las reformas – el tamaño de la jaula. Es también la mentalidad acompañante. Cuando Deng Xiaoping introdujo su versión del socialismo de mercado en China, pronunció el famoso “enriquecerse es glorioso”. En contraste, el General Castro insiste que ninguna actividad “no estatal” conduzca a la “concentración de propiedad”. O sea, no permitirá la acumulación de riqueza.

Identificar los ajustes económicos del General Castro como una jaula económica es útil para entender que los cambios no están  diseñados para promover libertades económicas o desarrollo. En el mejor de los casos son un chapucero esfuerzo de mejorar la asignación de recursos con un plan central sin ruta de escape. El General no tiene intención de dejar al mercado escapar volando.

La realidad política cubana es que Raúl Castro y los militares cubanos limitarán, enmarcarán y condicionarán las actividades de mercado que se permitan.

El condicionamiento incluye relajar restricciones de viajes para los cubanos, política que a menudo se presenta, incorrectamente, como evidencia de reformas. En el contexto de la jaula económica, conceder permisos de viaje es un método de exportar el desempleo y subempleo cubano a Estados Unidos. Lo que no ha sido comprendido por algunos es que, en el lenguaje críptico cubano, permitir trabajar “fuera del sector estatal” significa también licencia para ir a trabajar a Estados Unidos y enviar remesas hacia Cuba.

Con esta percepción de la filosofía de la jaula económica, todas las declaraciones de que las reformas de Castro son una puerta a las libertades políticas devienen vacuas. Peor, tales argumentos encarnan la proposición de que los cubanos no deben aspirar a ser libres. La silenciosa sugestión es que los cubanos no merecen libertad y deben aceptar vivir en una jaula.

El Dr. José Azel es Investigador Senior en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del libro Mañana in Cuba.