Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Crisis Migratoria: ¿Cuando jugarán los niños?

Melanie Müllers
31 de marzo, 2021

Diariamente con caravana anunciada o sin caravana se movilizan cientos de niños invisibles  de toda Centroamérica a Estados Unidos, algunos sin acompañantes y otros con acompañantes “alquilados” o “tutores legales”. Los traficantes según la UNODC ven a sus víctimas como mercancías sin tener en cuenta la dignidad y los derechos humanos: venden a otros seres humanos por un precio que puede oscilar entre decenas de dólares estadounidenses y decenas de miles, y las grandes organizaciones criminales obtienen los ingresos más altos. Si los traficantes tienen acceso a estos niños, ¿Cómo se llama a los padres que venden a sus hijos? Rescatar a un niño de las manos de un traficante para regresarlo a las mismas manos que lo vendieron? 

Los menores de edad que con suerte logran ser rescatados por las autoridades, víctimas de explotación sexual, esclavitud o tráfico de órganos, de ellos los pocos que logran sobrevivir quedan con cicatrices psicológicas, físicas y emocionales de por vida.

Es imperativo el triplicar los esfuerzos por sensibilizar a la población a fin de reducir el mercado de consumidores que lleva a la venta de niños, el trabajo infantil, la prostitución infantil y la pornografía infantil y definitivamente  también es importante fortalecer al MP así como mejorar la represión contra los mismos padres de familia a nivel nacional.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Según UNICEF, la emigración no es sinónimo de tráfico, pero sin embargo existe un conjunto de factores esencialmente económicos que pueden transformar la emigración en tráfico. La explotación existe independientemente del tráfico. La diferencia respecto a la explotación y a la emigración se encuentra en el modo en el que la persona es captada y las condiciones bajo las que posteriormente trabaja. Es la combinación de captación, transporte y explotación final a los que se somete a la víctima lo que hace del tráfico un problema distinto.

Las cifras de la Patrulla Fronteriza con Estados Unidos reflejan un aumento exponencial en la llegada de migrantes indocumentados en los últimos meses. En febrero de este año, las agencias fronterizas aprehendieron a más de 100.400 migrantes. Para encontrar una cifra similar habría que remontarse a junio de 2019, el mes después de que Trump llegara a un acuerdo con México, para que frenara la inmigración irregular. Un mes antes, en mayo de 2019, las detenciones habían superado las 144.000, un número récord en las últimas dos décadas. Ese mes, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador aceptó recibir a más solicitantes de asilo enviados por EEUU mientras esperaban a que una corte viera sus casos bajo los Protocolos de Protección de Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés).

El número de unidades familiares (familiar o tutor legal) y menores no acompañados aprehendidos se multiplicó exponencialmente en los primeros meses de 2021.

En Guatemala, el Decreto 10-2015 de reformas a la Ley de Migración (Decreto 95-98), llamada comúnmente “Ley anticoyotaje”, se tipifica el delito de “tráfico ilegal de guatemaltecos” y establece la sanción de prisión de seis a ocho años inconmutables, que será aumentada hasta 13, cuando se den agravantes como la participación de un grupo de más de tres personas en la acción ilícita o cuando las personas movilizadas ilegalmente fueran mujeres embarazadas o niños.   

Esta ley aún no ha ayudado a detener los flujos irregulares migratorios hacia EEUU, inclusive se ha llegado al descaro que por medio de redes sociales, “coyotes” ofrecen viajes al extranjero y promueven a que las personas migrantes pueden cruzar la frontera de EEUU si llevan niños. Las expulsiones llevadas a cabo bajo el Título 42 en EEUU no tienen nada que ver con las disposiciones legales migratorias, sino con regulaciones en torno a la salud pública, pregunta seria: ¿Cuando jugarán los niños?

Crisis Migratoria: ¿Cuando jugarán los niños?

Melanie Müllers
31 de marzo, 2021

Diariamente con caravana anunciada o sin caravana se movilizan cientos de niños invisibles  de toda Centroamérica a Estados Unidos, algunos sin acompañantes y otros con acompañantes “alquilados” o “tutores legales”. Los traficantes según la UNODC ven a sus víctimas como mercancías sin tener en cuenta la dignidad y los derechos humanos: venden a otros seres humanos por un precio que puede oscilar entre decenas de dólares estadounidenses y decenas de miles, y las grandes organizaciones criminales obtienen los ingresos más altos. Si los traficantes tienen acceso a estos niños, ¿Cómo se llama a los padres que venden a sus hijos? Rescatar a un niño de las manos de un traficante para regresarlo a las mismas manos que lo vendieron? 

Los menores de edad que con suerte logran ser rescatados por las autoridades, víctimas de explotación sexual, esclavitud o tráfico de órganos, de ellos los pocos que logran sobrevivir quedan con cicatrices psicológicas, físicas y emocionales de por vida.

Es imperativo el triplicar los esfuerzos por sensibilizar a la población a fin de reducir el mercado de consumidores que lleva a la venta de niños, el trabajo infantil, la prostitución infantil y la pornografía infantil y definitivamente  también es importante fortalecer al MP así como mejorar la represión contra los mismos padres de familia a nivel nacional.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Según UNICEF, la emigración no es sinónimo de tráfico, pero sin embargo existe un conjunto de factores esencialmente económicos que pueden transformar la emigración en tráfico. La explotación existe independientemente del tráfico. La diferencia respecto a la explotación y a la emigración se encuentra en el modo en el que la persona es captada y las condiciones bajo las que posteriormente trabaja. Es la combinación de captación, transporte y explotación final a los que se somete a la víctima lo que hace del tráfico un problema distinto.

Las cifras de la Patrulla Fronteriza con Estados Unidos reflejan un aumento exponencial en la llegada de migrantes indocumentados en los últimos meses. En febrero de este año, las agencias fronterizas aprehendieron a más de 100.400 migrantes. Para encontrar una cifra similar habría que remontarse a junio de 2019, el mes después de que Trump llegara a un acuerdo con México, para que frenara la inmigración irregular. Un mes antes, en mayo de 2019, las detenciones habían superado las 144.000, un número récord en las últimas dos décadas. Ese mes, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador aceptó recibir a más solicitantes de asilo enviados por EEUU mientras esperaban a que una corte viera sus casos bajo los Protocolos de Protección de Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés).

El número de unidades familiares (familiar o tutor legal) y menores no acompañados aprehendidos se multiplicó exponencialmente en los primeros meses de 2021.

En Guatemala, el Decreto 10-2015 de reformas a la Ley de Migración (Decreto 95-98), llamada comúnmente “Ley anticoyotaje”, se tipifica el delito de “tráfico ilegal de guatemaltecos” y establece la sanción de prisión de seis a ocho años inconmutables, que será aumentada hasta 13, cuando se den agravantes como la participación de un grupo de más de tres personas en la acción ilícita o cuando las personas movilizadas ilegalmente fueran mujeres embarazadas o niños.   

Esta ley aún no ha ayudado a detener los flujos irregulares migratorios hacia EEUU, inclusive se ha llegado al descaro que por medio de redes sociales, “coyotes” ofrecen viajes al extranjero y promueven a que las personas migrantes pueden cruzar la frontera de EEUU si llevan niños. Las expulsiones llevadas a cabo bajo el Título 42 en EEUU no tienen nada que ver con las disposiciones legales migratorias, sino con regulaciones en torno a la salud pública, pregunta seria: ¿Cuando jugarán los niños?