En un intento por mejorar los lazos con el nuevo Presidente estadounidense, el Presidente de El Salvador Nayib Bukele, el veintidós de marzo del presente año, firmó un contrato con la empresa Arnold & Porter Kaye Scholer LLP, en la cual labora y firma el contrato, Thomas Alfred Shannon Jr. de Minneapolis, diplomático estaunidense desempeñó de forma interina como Secretario de Estado de los Estados Unidos, entre el 20 de enero y el 1 de febrero de 2017, en espera de la aprobación del Senado del nominado del presidente Donald Trump. También fue Subsecretario de Estado para Asuntos Políticos en el Departamento de Estado de los Estados Unidos, desde el 12 de febrero de 2016 hasta el 4 de junio de 2018.

El contrato consite en la prestación de asesoría estratégica y divulgación en respaldo de las relaciones con Estados Unidos e instituciones multilaterales.  El contrato quedó debidamente registrado en el Departamento de Justicia de los Estados Unidos el cinco de abril del presente año.  

El cinco de abril del presente año Ned Price, vocero del Departamento de Estado en una conferencia de prensa, insta al presidente de la república, Nayib Bukele, a reinstaurar “una fuerte separación de poderes” y a demostrar un “compromiso con la transparencia”, este enunciado lo hizo el vocero, después que le preguntaran en esa  conferencia de prensa:  El Presidente Bukele anunció hace un par de horas una serie de donaciones que recibirá del Gobierno chino, hemos visto un evidente distanciamiento del Gobierno salvadoreño con la administración Biden. Incluso el  Presidente Bukele discutió con la congresista Norma Torres y pidió a la comunidad latina que no la votaran por ella en California. ¿Cuál es la posición del gobierno de Biden con respecto a esta relación entre El Salvador y China? ¿Y el enfoque de China con la región del Triángulo Norte representa alguna preocupación para usted? Y la otra pregunta es sobre el combate a las causas profundas de la inmigración. El presidente Bukele dijo que vetará una ley que fue aprobada la semana pasada para que la Asamblea Nacional sancione a todos los coyotes. Entonces, ¿cuál es la posición?

A todo el escenario anteriormente descrito, queda la interrogante: ¿Ha servido de algo los miles de dólares en lobby que el gobierno salvadoreños ha pagado en Washington antes de las elecciones, después de las elecciones?  ¿Cómo puede calificar el lobby a favor del gobierno salvadoreño. Del uno al diez, qué calificación le pondría?

Biden pondrá condiciones a los 4.000 millones ofrecidos durante los próximos cuatro años al Triángulo Norte de Centroamérica.  Biden quiere que la mayor parte de la ayuda vaya a las ONG, organizaciones internacionales e instituciones religiosas que trabajan sobre el terreno con los habitantes de esos países, que al no tener oportunidades se ven obligados a migrar a Estados Unidos. Biden quiere que la ayuda vaya a organizaciones de la sociedad civil, en vez de confiar en los Gobiernos de Centroamérica para distribuirla:  “No es que los presidentes no sean importantes en estos países, pero es importante entender que vamos a trabajar con la sociedad civil, con organizaciones internacionales y con varias ONG internacionales sobre el terreno”.  El terremoto político que ocurre en Honduras y El Salvador se agrava y es imposible que los países del Triángulo Norte de C.A. no sean vistos como bloque, porque enfrentamos los mismos retos.

Es realmente preocupante desconocer a qué organizaciones se destinarán los fondos, porque lo único que genera riqueza es la inversión pública y privada, inversión en capital humano y en infraestructura. Gobiernos capaces, con alta credibilidad y comprometidos con una estrategia de crecimiento bien definida. -FIN-