Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

¿Por la carretera nueva o la vieja?

Redacción
06 de abril, 2021

Estoy seguro de que todos aquellos que han tenido la oportunidad de ir alguna vez a visitar las playas del sur del país han escuchado esta pregunta. Irse por la carretera nueva (Autopista Puerto Quetzal) representa un trayecto más corto pero que puede complicarse por el constante deterioro que ha tenido el pavimento o por el hecho de tener que pasar por el pueblo de San José. Irse por la carretera vieja (CA-9) supone un trayecto con mejor asfalto, pero con mayor cantidad de kilómetros y de túmulos (24) que prolongan el viaje. Sin embargo, esta dicotomía se ha dejado atrás (literalmente atrás) cuando se discute sobre la Autopista Palín – Escuintla, mejor conocida como la “del peaje”. 

Me parece un poco irónicas las constantes quejas que ocurren cada día festivo cuando se forman largas colas en el peaje de dicha autopista. Primero por que cuando uno se queja del tráfico es porque también va en el tráfico y por lo tanto es parte del problema. Segundo por que cuando miles de personas acuden a un mismo lugar al mismo tiempo, es evidente que es muy probable que se ocasionen largas colas para pasar por dicho lugar. En realidad, desconozco qué tan eficiente o ineficiente es la empresa que administra el peaje, lo que si se es que cuando uno pasa por allí a una hora en la que no hay mucho tránsito, no se hace uno ni un minuto para pasar.

Un argumento que leí mencionaba que precisamente las colas en la Autopista representaban un fracaso para el modelo privado (concesionado). Sin embargo, me parece una aseveración un tanto injusta o por lo menos infundada. Puede que por más eficiente que sea el peaje, la cantidad de carros sea tan alta que se termine haciendo un embudo. Esto es lógico pensar ya que año con año crece el parque vehicular y por lo tanto la cantidad de usuarios de la vía pública. 

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Incluso el argumento de las colas puede ser uno a favor de la autopista con peaje. Las largas colas pueden significar que la preferencia de las personas por la autopista concesionada esta superando por creces el uso de la vía pública no concesionada. Es posible que las persona incluso sabiendo que es posible que vayan a tener que hacer una cola de algunos minutos en el peaje prefieran utilizar dicha vía por sobre la pública. El hecho es que es más fácil predecir los costos en tiempo de utilizar el peaje a los costos no medibles de un posible accidente o el desgaste del vehículo en la vía no concesionada. 

¿Es mejor entonces concesionar ciertas vías públicas? No necesariamente. Lo público puede y debe funcionar bien. Existen carreteras que están bien cuidadas y muchos países han logrado invertir en infraestructura de buena calidad. Lo privado suele funcionar bien pero también puede llegar a ser ineficiente. Lo que se suele concluir es que siempre es mejor tener las dos opciones: irse por él peaje o por la pública y que los consumidores decidan. Quedarse en la siguiente opción: entre la vieja o la nueva y ambas públicas lo obliga uno a tener que elegir entre dos opciones malas.

¿Por la carretera nueva o la vieja?

Redacción
06 de abril, 2021

Estoy seguro de que todos aquellos que han tenido la oportunidad de ir alguna vez a visitar las playas del sur del país han escuchado esta pregunta. Irse por la carretera nueva (Autopista Puerto Quetzal) representa un trayecto más corto pero que puede complicarse por el constante deterioro que ha tenido el pavimento o por el hecho de tener que pasar por el pueblo de San José. Irse por la carretera vieja (CA-9) supone un trayecto con mejor asfalto, pero con mayor cantidad de kilómetros y de túmulos (24) que prolongan el viaje. Sin embargo, esta dicotomía se ha dejado atrás (literalmente atrás) cuando se discute sobre la Autopista Palín – Escuintla, mejor conocida como la “del peaje”. 

Me parece un poco irónicas las constantes quejas que ocurren cada día festivo cuando se forman largas colas en el peaje de dicha autopista. Primero por que cuando uno se queja del tráfico es porque también va en el tráfico y por lo tanto es parte del problema. Segundo por que cuando miles de personas acuden a un mismo lugar al mismo tiempo, es evidente que es muy probable que se ocasionen largas colas para pasar por dicho lugar. En realidad, desconozco qué tan eficiente o ineficiente es la empresa que administra el peaje, lo que si se es que cuando uno pasa por allí a una hora en la que no hay mucho tránsito, no se hace uno ni un minuto para pasar.

Un argumento que leí mencionaba que precisamente las colas en la Autopista representaban un fracaso para el modelo privado (concesionado). Sin embargo, me parece una aseveración un tanto injusta o por lo menos infundada. Puede que por más eficiente que sea el peaje, la cantidad de carros sea tan alta que se termine haciendo un embudo. Esto es lógico pensar ya que año con año crece el parque vehicular y por lo tanto la cantidad de usuarios de la vía pública. 

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Incluso el argumento de las colas puede ser uno a favor de la autopista con peaje. Las largas colas pueden significar que la preferencia de las personas por la autopista concesionada esta superando por creces el uso de la vía pública no concesionada. Es posible que las persona incluso sabiendo que es posible que vayan a tener que hacer una cola de algunos minutos en el peaje prefieran utilizar dicha vía por sobre la pública. El hecho es que es más fácil predecir los costos en tiempo de utilizar el peaje a los costos no medibles de un posible accidente o el desgaste del vehículo en la vía no concesionada. 

¿Es mejor entonces concesionar ciertas vías públicas? No necesariamente. Lo público puede y debe funcionar bien. Existen carreteras que están bien cuidadas y muchos países han logrado invertir en infraestructura de buena calidad. Lo privado suele funcionar bien pero también puede llegar a ser ineficiente. Lo que se suele concluir es que siempre es mejor tener las dos opciones: irse por él peaje o por la pública y que los consumidores decidan. Quedarse en la siguiente opción: entre la vieja o la nueva y ambas públicas lo obliga uno a tener que elegir entre dos opciones malas.