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Los días intermedios

Carolina Castellanos
25 de junio, 2021

Una gran amiga, QEPD, solía decir “en las buenas, en las malas y en los días intermedios”. Nos ha pasado de todo en estos últimos tiempos. Entre huracanes, tormentas y visitas non gratas, todo en el marco de la pandemia, pareciera que esta semana tuvimos una tregua y regresamos al “business as usual” como dicen nuestros vecinos del norte.

Las discusiones sobre si las vacunas son buenas o malas retomaron su intensidad. Mientras se debate en los chats si hay que vacunarse o no, si son efectivas, si vendrán más pues la población vacunada hasta hoy es mínima, etc., el virus sigue su camino, la política sucia también, especialmente en el Congreso, y Guatemala sigue esperando a que juntos logremos los cambios tan necesarios y urgentes para el beneficio de la gran mayoría.

Estos días intermedios son ideales para dedicar el tiempo y todo el esfuerzo a construir. Hay tanto por hacer que es realmente difícil enumerarlo todo y, más aún, priorizar. Por ejemplo, este gobierno inició con un gran compromiso hacia reducir la desnutrición en Guatemala. Si bien la pandemia desvió todo plan y compromiso, es importante aprovechar estos paréntesis y avanzar lo más posible.

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La inversión, sea pública o privada, es fundamental para generar empleo y mejorar el nivel de vida de tantos millones de chapines que viven con lo mínimo y, muchos de ellos, migran hacia mejores horizontes. Ahora hay tiempo y oportunidad para centrarse en esto y tomar las decisiones difíciles pero necesarias para eliminar tanta burocracia que impide que haya más inversión a lo largo y ancho del país. ¿Cuántas horas efectivas se requieren para trazar una hoja de ruta si ya se sabe lo que se debe hacer? 

Los medios de comunicación también podrían dedicarle espacios, en estos días intermedios, a discutir temas de trascendencia, en vez de sacar el tema del día que, en su mayoría, tarda solo ese día. Sería muy útil sacar a discusión temas como reformar el sistema educativo, las causas fundamentales de la desnutrición, el desarrollo económico de Guatemala y tantos otros de trascendencia. Esto contribuiría a que muchas más personas hablen de esto. De pronto surgirían ideas innovadoras y el ambiente en el país se volvería un poco menos negativo.

Estos días intermedios suelen ser aburridos pues estamos acostumbrados a la adrenalina que causa el tema del momento, a los grandes sobresaltos, a los enojos que éstos ocasionan y que llenan las redes sociales de opiniones y sugerencias que tardarán un día o dos, pues el siguiente tema ya está tocando la puerta. 

Un buen uso de estos días intermedios es enfrentar el tema permanente y que cobra más relevancia cada día: la amenaza chaira, que corrompe lo que toca mientras porta la bandera de “la lucha contra la corrupción”. El proceso electoral iniciará en menos tiempo de lo que pensamos y corremos el riesgo de estar como Perú ahora, o terminar como tantos otros países, sucumbidos ante la destrucción de nuestra vida en libertad. Implica la elaboración e implementación de un sinnúmero de estrategias a todo nivel para evitar llegar al hoyo más profundo del que es demasiado difícil salir. 

Al final de la semana dedicada a lo usual, quedamos a la expectativa de cuál será la próxima crisis que va a acaparar nuestro tiempo, pensamientos, esfuerzos y energía. De pronto tendremos otra semana de días intermedios. Ojalá y la usemos para el bien del país, un poquito más allá de nuestro metro cuadrado.

Los días intermedios

Carolina Castellanos
25 de junio, 2021

Una gran amiga, QEPD, solía decir “en las buenas, en las malas y en los días intermedios”. Nos ha pasado de todo en estos últimos tiempos. Entre huracanes, tormentas y visitas non gratas, todo en el marco de la pandemia, pareciera que esta semana tuvimos una tregua y regresamos al “business as usual” como dicen nuestros vecinos del norte.

Las discusiones sobre si las vacunas son buenas o malas retomaron su intensidad. Mientras se debate en los chats si hay que vacunarse o no, si son efectivas, si vendrán más pues la población vacunada hasta hoy es mínima, etc., el virus sigue su camino, la política sucia también, especialmente en el Congreso, y Guatemala sigue esperando a que juntos logremos los cambios tan necesarios y urgentes para el beneficio de la gran mayoría.

Estos días intermedios son ideales para dedicar el tiempo y todo el esfuerzo a construir. Hay tanto por hacer que es realmente difícil enumerarlo todo y, más aún, priorizar. Por ejemplo, este gobierno inició con un gran compromiso hacia reducir la desnutrición en Guatemala. Si bien la pandemia desvió todo plan y compromiso, es importante aprovechar estos paréntesis y avanzar lo más posible.

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La inversión, sea pública o privada, es fundamental para generar empleo y mejorar el nivel de vida de tantos millones de chapines que viven con lo mínimo y, muchos de ellos, migran hacia mejores horizontes. Ahora hay tiempo y oportunidad para centrarse en esto y tomar las decisiones difíciles pero necesarias para eliminar tanta burocracia que impide que haya más inversión a lo largo y ancho del país. ¿Cuántas horas efectivas se requieren para trazar una hoja de ruta si ya se sabe lo que se debe hacer? 

Los medios de comunicación también podrían dedicarle espacios, en estos días intermedios, a discutir temas de trascendencia, en vez de sacar el tema del día que, en su mayoría, tarda solo ese día. Sería muy útil sacar a discusión temas como reformar el sistema educativo, las causas fundamentales de la desnutrición, el desarrollo económico de Guatemala y tantos otros de trascendencia. Esto contribuiría a que muchas más personas hablen de esto. De pronto surgirían ideas innovadoras y el ambiente en el país se volvería un poco menos negativo.

Estos días intermedios suelen ser aburridos pues estamos acostumbrados a la adrenalina que causa el tema del momento, a los grandes sobresaltos, a los enojos que éstos ocasionan y que llenan las redes sociales de opiniones y sugerencias que tardarán un día o dos, pues el siguiente tema ya está tocando la puerta. 

Un buen uso de estos días intermedios es enfrentar el tema permanente y que cobra más relevancia cada día: la amenaza chaira, que corrompe lo que toca mientras porta la bandera de “la lucha contra la corrupción”. El proceso electoral iniciará en menos tiempo de lo que pensamos y corremos el riesgo de estar como Perú ahora, o terminar como tantos otros países, sucumbidos ante la destrucción de nuestra vida en libertad. Implica la elaboración e implementación de un sinnúmero de estrategias a todo nivel para evitar llegar al hoyo más profundo del que es demasiado difícil salir. 

Al final de la semana dedicada a lo usual, quedamos a la expectativa de cuál será la próxima crisis que va a acaparar nuestro tiempo, pensamientos, esfuerzos y energía. De pronto tendremos otra semana de días intermedios. Ojalá y la usemos para el bien del país, un poquito más allá de nuestro metro cuadrado.