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¿Con cuánto dinero se compra a Guate?

Carolina Castellanos
04 de junio, 2021

La única respuesta tiene que ser ¡con nada! No debe haber ninguna cantidad de dinero que compre voluntades suficientes para “vender” nuestro país a intereses ajenos. Sin embargo, a juzgar por la injerencia extranjera que hemos tenido ya por bastantes años, y que ha crecido significativamente en los últimos meses, sí hay dinero queriendo comprar Guatemala, o por lo menos a una buena parte.

Para ponerle números a este asunto, hice una pequeña investigación. Hay un sitio en internet llamado Foreign Aid Explorer que tiene el detalle de toda la cooperación que las diferentes instituciones del gobierno de Estados Unidos le dan a cada país en el mundo. Para Guatemala es  https://explorer.usaid.gov/cd/GTM.

Empiezo por la descripción que este sitio hace de Guatemala: “un país con ingresos mediano altos”. Según CEPAL, para el año 2020 el 59.9% de la población vive en pobreza y el 21.8% en pobreza extrema. No veo de dónde sale un ingreso “medio alto”. También dice que somos 18.2 millones de habitantes con una variación de 1.8% anual. El censo fue un fracaso así que, realmente, no sabemos cuántos somos.

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Pasando a la cooperación, para el año 2020 fue de $157,477,422. Un 3% fue apoyo para capacidad militar y el restante 97% para desarrollo y ayuda humanitaria. Esto equivale a Q1,216,565,052.50 (tipo de cambio de referencia BANGUAT para el 3 de junio es Q7.72533 x US$1). El presupuesto del gobierno de Guatemala para el año 2020 fue de Q91,900,000,000. Haciendo los cálculos correspondientes, la cooperación del gobierno de Estados Unidos para el año 2020 es equivalente al 38.56% del presupuesto aprobado por el Congreso de la República.

Este montón de dinero va a diferentes categorías: democracia, derechos humanos, gobernanza, desarrollo económico, educación y servicios sociales, administración de proyectos, paz y seguridad, asistencia humanitaria, ambiente, salud y una categoría multisectorial (fuente: www.foreignassistance.gov ). Las primeras tres categorías “levantan las cejas” de muchos de nosotros. Éstas se subdividen en buena gobernanza, estado de derecho y derechos humanos, sociedad civil, competencia política y construcción de consensos. 

La próxima semana tendremos una visita muy importante, políticamente hablando. Las vísperas no han sido nada alentadoras pues han estado plagadas de demandas, algunas cercanas a exigencias y orientadas principalmente a resolver el problema migratorio que tiene Estados Unidos (nosotros no) utilizando como causales temas netamente ideológicos. La migración se da como consecuencia de la falta de oportunidades en nuestro país y no por discriminación a los afrodescendientes ni a la comunidad LGBTIQ. La pobreza en la que vive la mayoría de la población, sumada al narcotráfico que veda aún más las oportunidades de vivir dignamente y en paz, hacen que la migración sea cada vez mayor.

Esa enorme “cooperación”, equivalente al 38.56% del presupuesto, ¿es suficiente para vender Guatemala a los intereses de otros? ¿Viene condicionada o es realmente una ayuda para mejorar las condiciones sociales, desarrollo económico, de gobernanza, etc.? A lo largo de los años aceptamos y hasta recibimos el dinero con las manos extendidas y el tradicional abrazo chapín. ¿Nos hemos estado disparando en el pie? ¿Realmente han mejorado esas condiciones? La sociedad civil es la que realmente se ha fortalecido con esta “cooperación”.

La pobreza es cada vez mayor, la educación no mejora, la buena gobernanza no existe, el estado de derecho tampoco y la democracia es tan débil que solo se sostiene con cada proceso electoral y luego queda rezagada. La participación política se queda, principalmente, en manos de los aprovechados de siempre. El sistema de gobierno está diseñado para corromperse y no hay voluntad ni valentía para cambiarlo. 

A pesar de tener que convivir y depender de un enorme gobierno que quiere controlar cada vez más toda actividad privada, el sector empresarial es quien sí puede hacer bien las cosas y, nadando contra la corriente, logra un leve crecimiento económico cada año, genera empleos, comercio local e internacional con productos y servicios de altísima calidad, etc.

Ningún país es autosuficiente y nosotros mucho menos. Dependemos unos de otros cada vez más. Sin embargo, esto no se debe traducir en imposición de los grandes sobre los pequeños. ¿Podremos vivir sin la cooperación internacional? No lo sé. Aún así, digamos a los cuatro vientos, ¡gracias por su ayuda pero Guatemala no está en venta!

¿Con cuánto dinero se compra a Guate?

Carolina Castellanos
04 de junio, 2021

La única respuesta tiene que ser ¡con nada! No debe haber ninguna cantidad de dinero que compre voluntades suficientes para “vender” nuestro país a intereses ajenos. Sin embargo, a juzgar por la injerencia extranjera que hemos tenido ya por bastantes años, y que ha crecido significativamente en los últimos meses, sí hay dinero queriendo comprar Guatemala, o por lo menos a una buena parte.

Para ponerle números a este asunto, hice una pequeña investigación. Hay un sitio en internet llamado Foreign Aid Explorer que tiene el detalle de toda la cooperación que las diferentes instituciones del gobierno de Estados Unidos le dan a cada país en el mundo. Para Guatemala es  https://explorer.usaid.gov/cd/GTM.

Empiezo por la descripción que este sitio hace de Guatemala: “un país con ingresos mediano altos”. Según CEPAL, para el año 2020 el 59.9% de la población vive en pobreza y el 21.8% en pobreza extrema. No veo de dónde sale un ingreso “medio alto”. También dice que somos 18.2 millones de habitantes con una variación de 1.8% anual. El censo fue un fracaso así que, realmente, no sabemos cuántos somos.

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Pasando a la cooperación, para el año 2020 fue de $157,477,422. Un 3% fue apoyo para capacidad militar y el restante 97% para desarrollo y ayuda humanitaria. Esto equivale a Q1,216,565,052.50 (tipo de cambio de referencia BANGUAT para el 3 de junio es Q7.72533 x US$1). El presupuesto del gobierno de Guatemala para el año 2020 fue de Q91,900,000,000. Haciendo los cálculos correspondientes, la cooperación del gobierno de Estados Unidos para el año 2020 es equivalente al 38.56% del presupuesto aprobado por el Congreso de la República.

Este montón de dinero va a diferentes categorías: democracia, derechos humanos, gobernanza, desarrollo económico, educación y servicios sociales, administración de proyectos, paz y seguridad, asistencia humanitaria, ambiente, salud y una categoría multisectorial (fuente: www.foreignassistance.gov ). Las primeras tres categorías “levantan las cejas” de muchos de nosotros. Éstas se subdividen en buena gobernanza, estado de derecho y derechos humanos, sociedad civil, competencia política y construcción de consensos. 

La próxima semana tendremos una visita muy importante, políticamente hablando. Las vísperas no han sido nada alentadoras pues han estado plagadas de demandas, algunas cercanas a exigencias y orientadas principalmente a resolver el problema migratorio que tiene Estados Unidos (nosotros no) utilizando como causales temas netamente ideológicos. La migración se da como consecuencia de la falta de oportunidades en nuestro país y no por discriminación a los afrodescendientes ni a la comunidad LGBTIQ. La pobreza en la que vive la mayoría de la población, sumada al narcotráfico que veda aún más las oportunidades de vivir dignamente y en paz, hacen que la migración sea cada vez mayor.

Esa enorme “cooperación”, equivalente al 38.56% del presupuesto, ¿es suficiente para vender Guatemala a los intereses de otros? ¿Viene condicionada o es realmente una ayuda para mejorar las condiciones sociales, desarrollo económico, de gobernanza, etc.? A lo largo de los años aceptamos y hasta recibimos el dinero con las manos extendidas y el tradicional abrazo chapín. ¿Nos hemos estado disparando en el pie? ¿Realmente han mejorado esas condiciones? La sociedad civil es la que realmente se ha fortalecido con esta “cooperación”.

La pobreza es cada vez mayor, la educación no mejora, la buena gobernanza no existe, el estado de derecho tampoco y la democracia es tan débil que solo se sostiene con cada proceso electoral y luego queda rezagada. La participación política se queda, principalmente, en manos de los aprovechados de siempre. El sistema de gobierno está diseñado para corromperse y no hay voluntad ni valentía para cambiarlo. 

A pesar de tener que convivir y depender de un enorme gobierno que quiere controlar cada vez más toda actividad privada, el sector empresarial es quien sí puede hacer bien las cosas y, nadando contra la corriente, logra un leve crecimiento económico cada año, genera empleos, comercio local e internacional con productos y servicios de altísima calidad, etc.

Ningún país es autosuficiente y nosotros mucho menos. Dependemos unos de otros cada vez más. Sin embargo, esto no se debe traducir en imposición de los grandes sobre los pequeños. ¿Podremos vivir sin la cooperación internacional? No lo sé. Aún así, digamos a los cuatro vientos, ¡gracias por su ayuda pero Guatemala no está en venta!