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La era de la discordia en Guatemala

Redacción
06 de julio, 2021

Estamos ante un proceso social y político de desintegración en donde el radicalismo está desplazando poco a poco a los moderados. Este aumento de radicales terminará contagiando a las futuras generaciones, aumentando aún más los radicales dentro de la sociedad y generando mayor polarización política, culminando inevitablemente en un conflicto social. El sistema político, siendo incapaz de resolver las demandas sociales, se fraccionará cada vez más hasta un punto en el que sea insostenible y un nuevo modelo deba surgir.

Esta tesis de Peter Turchin, llamada el modelo de procesos demográfico-estructurales, explica que en la historia de la humanidad ha habido momentos de integración y desintegración explicados por factores demográficos. Estos ocurren en lapsos de 100 años con sub procesos de 50 años en los que una sociedad tiende más hacia la integración o hacia la desintegración dependiendo de qué fase se encuentra una sociedad.

Una parte de este proceso de desintegración de la sociedad esta definido por el nivel de contagio social entre generaciones. El autor toma prestado el modelo SIR, muy conocido por todos actualmente gracias a la pandemia, en el que se explica que existen 3 tipos de personas: los susceptibles, los infecciosos y los recuperados. En este modelo los susceptibles son los ingenuos, los infecciosos son los radicales y los recuperados son los moderados.

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Trasladando este modelo al ámbito social, los ingenuos son aquellos que pueden ser radicalizados si son expuestos a directamente a las ideas de los radicales o bien si sufren las consecuencias directas de ese radicalismo. Los radicales son aquellos que sufrieron directamente las consecuencias de un proceso de desintegración o de conflicto social, muchas veces siendo víctimas de violencia y habiendo participado directamente en ella. Finalmente, los moderados son los que también sufrieron de dicho proceso violento, pero lo hicieron de forma indirecta o son capaces de valorar más los tiempos de paz que los de violencia.

En esencia, los moderados y los radicales están contrapuestos. Ambos tratan de influenciar en los ingenuos, atrayéndolos hacia su bando. Esta influencia intergeneracional puede llevar a una sociedad a radicalizarse o a moderarse dependiendo de que grupo de los dos es el más preeminente. Si en una sociedad los radicales aumentan, es muy probable que los ingenuos se radicalicen, aumentando aún más la proporción de radicales versus moderados. De igual forma ocurre lo contrario, si los moderados son mayoría, es muy probable que los ingenuos vayan a ser moderados, desplazando así a los radicales dentro de una sociedad.

Este modelo podría estar siendo por factores externos (dinámicas sociopolíticas regionales) e incluso por las redes sociales. No me dejarán mentir que al ver ciertas redes sociales podemos observar que existe una polarización cada vez más creciente, los radicales están ganando la batalla. Se ha perdido el respeto, se insulta, difama y calumnia a discreción. Se premian los mensajes de odio por sobre los de propuestas y los personajes polémicos son premiados no por sus ideas interesantes sino por su indecencia.

¿Es esta la realidad completa de nuestro país? ¿Están ganando los radicales en todas las esferas de la sociedad? ¿Es usted un radical o un moderado? ¿Estamos ante un proceso inevitable de radicalización de la sociedad en el que simplemente somos espectadores de un futuro conflicto social? No son preguntas nada fáciles de contestar, aunque siempre vale la pena tenerlas presentes. Si la respuesta a la última pregunta es un sí, debemos prepararnos para entrar en la era de la discordia en Guatemala, un futuro sumido en caos y violencia en el que el resultado para nuestra sociedad será incierto.

La era de la discordia en Guatemala

Redacción
06 de julio, 2021

Estamos ante un proceso social y político de desintegración en donde el radicalismo está desplazando poco a poco a los moderados. Este aumento de radicales terminará contagiando a las futuras generaciones, aumentando aún más los radicales dentro de la sociedad y generando mayor polarización política, culminando inevitablemente en un conflicto social. El sistema político, siendo incapaz de resolver las demandas sociales, se fraccionará cada vez más hasta un punto en el que sea insostenible y un nuevo modelo deba surgir.

Esta tesis de Peter Turchin, llamada el modelo de procesos demográfico-estructurales, explica que en la historia de la humanidad ha habido momentos de integración y desintegración explicados por factores demográficos. Estos ocurren en lapsos de 100 años con sub procesos de 50 años en los que una sociedad tiende más hacia la integración o hacia la desintegración dependiendo de qué fase se encuentra una sociedad.

Una parte de este proceso de desintegración de la sociedad esta definido por el nivel de contagio social entre generaciones. El autor toma prestado el modelo SIR, muy conocido por todos actualmente gracias a la pandemia, en el que se explica que existen 3 tipos de personas: los susceptibles, los infecciosos y los recuperados. En este modelo los susceptibles son los ingenuos, los infecciosos son los radicales y los recuperados son los moderados.

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Trasladando este modelo al ámbito social, los ingenuos son aquellos que pueden ser radicalizados si son expuestos a directamente a las ideas de los radicales o bien si sufren las consecuencias directas de ese radicalismo. Los radicales son aquellos que sufrieron directamente las consecuencias de un proceso de desintegración o de conflicto social, muchas veces siendo víctimas de violencia y habiendo participado directamente en ella. Finalmente, los moderados son los que también sufrieron de dicho proceso violento, pero lo hicieron de forma indirecta o son capaces de valorar más los tiempos de paz que los de violencia.

En esencia, los moderados y los radicales están contrapuestos. Ambos tratan de influenciar en los ingenuos, atrayéndolos hacia su bando. Esta influencia intergeneracional puede llevar a una sociedad a radicalizarse o a moderarse dependiendo de que grupo de los dos es el más preeminente. Si en una sociedad los radicales aumentan, es muy probable que los ingenuos se radicalicen, aumentando aún más la proporción de radicales versus moderados. De igual forma ocurre lo contrario, si los moderados son mayoría, es muy probable que los ingenuos vayan a ser moderados, desplazando así a los radicales dentro de una sociedad.

Este modelo podría estar siendo por factores externos (dinámicas sociopolíticas regionales) e incluso por las redes sociales. No me dejarán mentir que al ver ciertas redes sociales podemos observar que existe una polarización cada vez más creciente, los radicales están ganando la batalla. Se ha perdido el respeto, se insulta, difama y calumnia a discreción. Se premian los mensajes de odio por sobre los de propuestas y los personajes polémicos son premiados no por sus ideas interesantes sino por su indecencia.

¿Es esta la realidad completa de nuestro país? ¿Están ganando los radicales en todas las esferas de la sociedad? ¿Es usted un radical o un moderado? ¿Estamos ante un proceso inevitable de radicalización de la sociedad en el que simplemente somos espectadores de un futuro conflicto social? No son preguntas nada fáciles de contestar, aunque siempre vale la pena tenerlas presentes. Si la respuesta a la última pregunta es un sí, debemos prepararnos para entrar en la era de la discordia en Guatemala, un futuro sumido en caos y violencia en el que el resultado para nuestra sociedad será incierto.