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¿Dónde está el dinero?

Betty Marroquin
28 de agosto, 2021

El tema de la pandemia ha dividido familias, y por ende, a la opinión pública tanto o más que como lo hiciera la misma nefasta difunta cicig. La pretención de imponer las vacunas a quienes no las quieran, violando su libertad individual, ha llegado en el planeta a niveles que rayan en el autoritarismo, cuasi totalitario, y la gente, por miedo a no morir de este virus, permiten ver su libertad coartada. Olvidan que todos los días fallecen millones, no miles, por una larga lista de otros motivos y que es responsabilidad individual cuidar de sí mismo.

Esa comprensible frustración se traslada a la exigencia de unos porque hayan vacunas, porque hayan medicamentos, hospitales, etc. En redes sociales y en la calle se escucha a una mitad de la población exigiendo quedarse en casa (ha sido exitosa la campaña), y otra mitad exigiendo volver a la normalidad, como en Rumanía, por ejemplo. Todos protestamos por A o por B, y el descontento crece.

Todos los días escucho gente decir y leo que escriben que el gobierno es un ladrón, y no dudo que haya corrupción, pero sería bueno saber cuánto, cómo y para qué se usa el dinero. Cómo en mi casa me enseñaron que antes de tirar piedras averigue, para no caer de tonta y pecar de ignorante, decidí tomarme la molestia de indagar. Ojo, con esto no disculpo, tapo o disimulo errores o abusos de nadie en el gobierno. Fuente es https://www.youtube.com/watch?v=merOG3JVnsc

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Desafortunadamente lo que en el 2017 describí como el grillete del Estado: la nefasta Ley de Compras y Contrataciones del Estado cortesía de la corrupta Nineth Montenegro, leguleya de Dionisio Gutiérrez y obediente de cicig y la Embajada de los USA, sigue igual. Por desgracia, ya que debiera cambiarse por una ley eficiente, dinámica y que tenga sentido común. 

Si en una empresa se necesitan repuestos para un tractor, una llanta, lo que sea, se gira la orden de compra, se cotiza, se compra, se recibe, se instala y fin del problema. No se esperan 9 meses (sí, nueve) para resolver el problema. Eso es eficiencia, pero claro, gente como la corrupta cerebro de chorlito de Nineth Montenegro que en su cochina existencia ha sabido lo que es emprender, resolver eficientemente, correr riesgos, asumir responsabilidades, dispuso poner una ley que no dejara al Estado tener esa eficiencia. Todo con la excusa de la corrupción.

Es tan ridícula su ley que más bien ha fomentado la corrupción que pretendía eliminar.

En el Estado, si una compra oscila entre Q90,000.00 a Q900,000.00 hasta enero 2021 había que esperar 9 meses para hacer la compra. Gracias a la modificación efectuada por el Congreso en el 2021 ahora el tiempo se acortó a 4 meses. Es por ello que los estados de calamidad eran necesarios para agilizar las compras.

El Ministerio de Salud ha venido funcionando, al igual que todo el Estado, con el presupuesto aprobado en el 2018. El del MinSalud es de Q777,947,377 y gracias a la pandemia tiene un déficit de Q1,515,113,689.96 porque se ha gastado Q1,492,035,866.96 en pacientes severos y Q801,025,200.00 en moderados. O sea, se pasó de su presupuesto, y por mucho. Ha invertido Q1,049,093,549.28 en el 2021 en medicamentos, el doble del monto del 2018. En suministros médicos en el 2020 gastó Q445,562,795.35 y en el 2021 ya va por Q296,090,162.43.

Buscando información encontré que el costo promedio por día de hospitalización de pacientes leves es de Q9,045.00. La hospitalización de pacientes moderados tiene un costo promedio de Q15,365.00, de pacientes severos es Q16,873.33 y de pacientes en estado crítico es Q31,451.01. Se registran y contabilizan los casos que son de conocimiento del Estado. Los pacientes graves están en el hospital un promedio de 10 días, eso se traduce en Q314,510.09 por cada paciente grave. El Estado invierte Q18,090.00 en pacientes leves con un promedio de hospitalización de 2 días, Q122,927.17 en pacientes moderados con un promedio de 8 días, y Q253,100.00 en los casos severos con un promedio de 15 días.

Guatemala reporta aproximadamente 444,924 personas contagiadas al 25 de agosto 2021, o que hayan reportado su contagio al Estado. Personalmente se de mucha gente que ni se hizo el examen, se curaron en casa, y no forman parte de las estadísticas. Fallecidos es más factible llevar la cuenta porque hay que levantar acta de defunción y llevamos aproximadamente 11,552 y 383,830 recuperados. Haga la matemática de costos. En Marzo 2020 teníamos 840 camas disponibles. Hoy hay 2779 camas para pacientes de covid y se hacen aproximadamente 2500 pruebas diarias y la meta son 5 mil y no son suficientes.

A la fecha, un 66% de los pacientes son moderados y hay un 97% de ocupación. El gobierno quiere abilitar 308 camas para pacientes en estado severo y crítico. Hay 14 laboratorios y 14 hospitales viendo pacientes de Covid. Es indudable que el virus agarró al planeta entero desprevenido, pero también hay que ver las cifras en su universo total y no parcial. Se está vacunando hasta media noche, y gracias al Ejército se incrementó la capacidad humana para vacunar a los guatemaltecos.

Los préstamos al Estado suman Q18 mil millones para covid y reactivación económico más los dos prestamos autorizados que suman Q900 millones. Puede que hayan otros pero no encontré datos. Si bien se siguen aumentando camas, no hay suficiente personal para atender a los pacientes si siguen incrementandose, a pesar de que se ha contratado 138% más personal que en el 2018. Se han hecho convocatrias para ampliar personal y comprar más camas, oxigeno, medicamentos, insumos etc.

De aproximadamente 16,858,333 millones de personas (en otras fuentes dicen 17 o 18 millones), Guatemala no lleva ni el 1% de fallecidos. Primero Dios que sigamos así. Hay que ayudarse, sobre todo, fortaleciendo el sistema inmunológico y recordar que no sólo el covid nos mata, aunque morir cuando nos toque sea inevitable. Por eso, hay que vivir el día de la mejor forma posible, con el justo balance entre cuidarse y seguir adelante con la vida.

¿Dónde está el dinero?

Betty Marroquin
28 de agosto, 2021

El tema de la pandemia ha dividido familias, y por ende, a la opinión pública tanto o más que como lo hiciera la misma nefasta difunta cicig. La pretención de imponer las vacunas a quienes no las quieran, violando su libertad individual, ha llegado en el planeta a niveles que rayan en el autoritarismo, cuasi totalitario, y la gente, por miedo a no morir de este virus, permiten ver su libertad coartada. Olvidan que todos los días fallecen millones, no miles, por una larga lista de otros motivos y que es responsabilidad individual cuidar de sí mismo.

Esa comprensible frustración se traslada a la exigencia de unos porque hayan vacunas, porque hayan medicamentos, hospitales, etc. En redes sociales y en la calle se escucha a una mitad de la población exigiendo quedarse en casa (ha sido exitosa la campaña), y otra mitad exigiendo volver a la normalidad, como en Rumanía, por ejemplo. Todos protestamos por A o por B, y el descontento crece.

Todos los días escucho gente decir y leo que escriben que el gobierno es un ladrón, y no dudo que haya corrupción, pero sería bueno saber cuánto, cómo y para qué se usa el dinero. Cómo en mi casa me enseñaron que antes de tirar piedras averigue, para no caer de tonta y pecar de ignorante, decidí tomarme la molestia de indagar. Ojo, con esto no disculpo, tapo o disimulo errores o abusos de nadie en el gobierno. Fuente es https://www.youtube.com/watch?v=merOG3JVnsc

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Desafortunadamente lo que en el 2017 describí como el grillete del Estado: la nefasta Ley de Compras y Contrataciones del Estado cortesía de la corrupta Nineth Montenegro, leguleya de Dionisio Gutiérrez y obediente de cicig y la Embajada de los USA, sigue igual. Por desgracia, ya que debiera cambiarse por una ley eficiente, dinámica y que tenga sentido común. 

Si en una empresa se necesitan repuestos para un tractor, una llanta, lo que sea, se gira la orden de compra, se cotiza, se compra, se recibe, se instala y fin del problema. No se esperan 9 meses (sí, nueve) para resolver el problema. Eso es eficiencia, pero claro, gente como la corrupta cerebro de chorlito de Nineth Montenegro que en su cochina existencia ha sabido lo que es emprender, resolver eficientemente, correr riesgos, asumir responsabilidades, dispuso poner una ley que no dejara al Estado tener esa eficiencia. Todo con la excusa de la corrupción.

Es tan ridícula su ley que más bien ha fomentado la corrupción que pretendía eliminar.

En el Estado, si una compra oscila entre Q90,000.00 a Q900,000.00 hasta enero 2021 había que esperar 9 meses para hacer la compra. Gracias a la modificación efectuada por el Congreso en el 2021 ahora el tiempo se acortó a 4 meses. Es por ello que los estados de calamidad eran necesarios para agilizar las compras.

El Ministerio de Salud ha venido funcionando, al igual que todo el Estado, con el presupuesto aprobado en el 2018. El del MinSalud es de Q777,947,377 y gracias a la pandemia tiene un déficit de Q1,515,113,689.96 porque se ha gastado Q1,492,035,866.96 en pacientes severos y Q801,025,200.00 en moderados. O sea, se pasó de su presupuesto, y por mucho. Ha invertido Q1,049,093,549.28 en el 2021 en medicamentos, el doble del monto del 2018. En suministros médicos en el 2020 gastó Q445,562,795.35 y en el 2021 ya va por Q296,090,162.43.

Buscando información encontré que el costo promedio por día de hospitalización de pacientes leves es de Q9,045.00. La hospitalización de pacientes moderados tiene un costo promedio de Q15,365.00, de pacientes severos es Q16,873.33 y de pacientes en estado crítico es Q31,451.01. Se registran y contabilizan los casos que son de conocimiento del Estado. Los pacientes graves están en el hospital un promedio de 10 días, eso se traduce en Q314,510.09 por cada paciente grave. El Estado invierte Q18,090.00 en pacientes leves con un promedio de hospitalización de 2 días, Q122,927.17 en pacientes moderados con un promedio de 8 días, y Q253,100.00 en los casos severos con un promedio de 15 días.

Guatemala reporta aproximadamente 444,924 personas contagiadas al 25 de agosto 2021, o que hayan reportado su contagio al Estado. Personalmente se de mucha gente que ni se hizo el examen, se curaron en casa, y no forman parte de las estadísticas. Fallecidos es más factible llevar la cuenta porque hay que levantar acta de defunción y llevamos aproximadamente 11,552 y 383,830 recuperados. Haga la matemática de costos. En Marzo 2020 teníamos 840 camas disponibles. Hoy hay 2779 camas para pacientes de covid y se hacen aproximadamente 2500 pruebas diarias y la meta son 5 mil y no son suficientes.

A la fecha, un 66% de los pacientes son moderados y hay un 97% de ocupación. El gobierno quiere abilitar 308 camas para pacientes en estado severo y crítico. Hay 14 laboratorios y 14 hospitales viendo pacientes de Covid. Es indudable que el virus agarró al planeta entero desprevenido, pero también hay que ver las cifras en su universo total y no parcial. Se está vacunando hasta media noche, y gracias al Ejército se incrementó la capacidad humana para vacunar a los guatemaltecos.

Los préstamos al Estado suman Q18 mil millones para covid y reactivación económico más los dos prestamos autorizados que suman Q900 millones. Puede que hayan otros pero no encontré datos. Si bien se siguen aumentando camas, no hay suficiente personal para atender a los pacientes si siguen incrementandose, a pesar de que se ha contratado 138% más personal que en el 2018. Se han hecho convocatrias para ampliar personal y comprar más camas, oxigeno, medicamentos, insumos etc.

De aproximadamente 16,858,333 millones de personas (en otras fuentes dicen 17 o 18 millones), Guatemala no lleva ni el 1% de fallecidos. Primero Dios que sigamos así. Hay que ayudarse, sobre todo, fortaleciendo el sistema inmunológico y recordar que no sólo el covid nos mata, aunque morir cuando nos toque sea inevitable. Por eso, hay que vivir el día de la mejor forma posible, con el justo balance entre cuidarse y seguir adelante con la vida.