Es la época del año en que compramos regalos para nuestros seres queridos. ¿Qué podrías comprarle a una persona que quiera saber sobre lo que es la libertad? ¿Qué tal un libro? Pues, he aquí cinco sugerencias:

1. Camino de servidumbre, de Friedrich von Hayek, donde explica por qué cuando el gobierno interviene en la economía, nos conduce a la servidumbre y a la pobreza. El premio nobel fue vilipendiado por los socialistas por este libro, pero al final, se demostró en la práctica que él tiene razón y al final hasta sus antiguos detractores concedieron que está en lo cierto. El libre mercado, dice Hayek, crea un orden espontáneo, cuyo fin es informar a quienes compran y venden, que es lo más y lo menos demandado, para así poder saber a que destinar los esfuerzos productivos en la sociedad. La intervención del gobierno en este proceso con una planificación centralizada destruye la información sustituyéndola por mensajes que llevan a la dilapidación de recursos y por consiguiente al empobrecimiento de la sociedad.
    
2. The Capitalist Manifesto, de Andrew Bernstein, en el que aclara con un lenguaje sencillo lo que es el Capitalismo, narra su historia y muestra que es el sistema económico racional, producto del hecho de que la mente del hombre es su instrumento de supervivencia. Refuta, además, las falacias económicas sobre el Capitalismo.
    
3. Rebelión en la granja, de George Orwell, en el cual hace una sátira de la revolución rusa y del estalinismo, describiendo a los animales de la granja que se rebelan contra sus amos humanos sólo para ser gobernados por nuevos tiranos: los cerdos. Éstos se justifican en el principio de que todos los animales son iguales, pero que en la realidad resulta ser que todos los animales son iguales con excepción de los cerdos, porque algunos animales son más iguales que los otros. Vemos en la granja la semilla del totalitarismo en una organización aparentemente ideal.
    
4. Los que vivimos, de Ayn Rand, quien, al presentar la malicia del totalitarismo, no se enfoca primeramente en los aspectos de la brutalidad física y el horror de los campos de concentración, de las ejecuciones sin juicio previo y de las cámaras de tortura, que son lo temporal y existen en la novela sólo en el trasfondo.  Se enfoca en una crítica más devastadora de la dictadura totalitarista, en el meollo de su contradicción, al mostrar lo que es en relación a lo que pretende ser: en la condición de la existencia diaria, “normal”, en el espectáculo de hombres reducidos a una preocupación crónica, humillante, e intensa con conseguir aquello necesario para satisfacer sus necesidades físicas más básicas –con el espectáculo de infinitos afiches e interminables discursos proclamando la prosperidad socialista y el deber del hombre para con el Estado.  Se enfoca en un mundo de miseria donde la vida privada está prohibida, donde las horas personales de ocio le son arrebatadas a uno en asambleas públicas, desfiles y demostraciones “voluntarias” –el espectáculo de retorcidos mediocres desesperados por conseguir poder político para regir una nación, o controlar un comité, o disponer de la vida del vecino –el espectáculo de un sistema donde el servilismo y la traición son los medios de sobrevivir, y donde la virtud y la habilidad son el medio para la segura destrucción de uno –el espectáculo de un mundo donde las vidas, las carreras, las aspiraciones y los futuros de las personas son ahogados por una maquinaria irracional e impersonal controlada por bestias histéricas, que se enriquecen ilícitamente gracias a la doctrina de que el hombre no tiene derecho a existir por su propio bien.
    
5. La rebelión de Atlas, también de Ayn Rand, que parece una predicción profética de la situación de los Estados Unidos de hoy y es una excelente introducción a lo que es la nefasta intervención gubernamental en la economía. Los Estados Unidos de la novela, aunque tiene ciudades reconocibles como Nueva York y Filadelfia, no tiene presidente, sino que “jefe de Estado”, ni Congreso, sino que una “Legislatura Nacional”.  La mayor parte de países del mundo son comunistas y se refiere a ellos como “Estados del Pueblo”.  El relato se da en una época indeterminada, con características de una depresión como la de los años treinta con calles llenas de mendigos y pordioseros; con una estructura económica como la de finales del siglo XIX, con grandes empresas industriales de un solo dueño manejadas por sus fundadores; con un nivel tecnológico y costumbres sociales de los cincuenta; y con un ambiente político, lleno de regulaciones y corrupción que anticipa nuestros días.

Bien, te deseo muy felices fiestas, llenos de paz con tus seres queridos, acompañados de un buen libro.