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Bien por el TSE, pero mejor por la democracia y por los ciudadanos

Las críticas a las malas decisiones de los funcionarios son vitales en una democracia, pero también lo es el reconocimiento del buen actuar

Conferencia del TSE
Alejandro Palmieri |
21 de noviembre, 2022

La noche del pasado 16 de noviembre, , el pleno de magistrados del Tribunal Supremo Electoral dio una conferencia de prensa para anunciar que daría marcha atrás de la decisión de adquirir sistemas (software) para la digitalización, transmisión, digitación, verificación y publicación de resultados preliminares e información, para registro y estadísticas de votantes e identificación biométrica y servicio de comunicación satelital portátil para conectividad de centros de votación, tres de los ítems que originalmente habían sido incluidos en un solo paquete y cuyo proceso de adquisición fue anulado semanas atrás, luego de la enorme cantidad de señalamientos, tanto de índole técnico, por ser Smartmatic el único oferente y por el precio de los servicios y equipos que, a juicio de varios expertos, estaba muy por encima del valor de mercado.  

Luego de aquella adquisición fallida, el TSE desglosó la adquisición en varios ítems para adquirirlos de forma individual; sin embargo, la noche del 16 pasado comunicaron su decisión de presidir -nuevamente- de adquirir estos tres ítems que fueron los más cuestionados.  Si bien nunca fue la intención del TSE adquirir equipo para el llamado “voto electrónico” es decir, máquinas de votación en lugar de papeletas, la licitación lanzada por el ente electoral sí contemplaba, por ejemplo, la identificación biométrica del votante, algo que se consideró innecesario y que ponía la identidad de los votantes en riesgo.  El DPI, documento que contiene ya elementos biométricos de identificación como la huella digital, es seguro y podría haberse usado con el equipo adecuado, pero el TSE adujo que no era posible.  El hecho es que luego de protestas, señalamientos y algunas acciones legales, los magistrados dieron marcha atrás.  Una decisión forzada, pero al fin, sana.

Y es que el sistema electoral guatemalteco, perfectible como cualquiera, ha sido confiable a lo largo de varias elecciones generales y algunas consultas populares debido y gracias a que es, en cierto modo, arcaico mas seguro y auditable.  Este último aspecto es, sin duda, el que más se debe proteger; el sistema de mesas y juntas electorales, integradas por ciudadanos voluntarios, es sumamente difícil de corromper para falsificar datos.  Por supuesto, en la transmisión de datos pudiese haber alguna vulneración, pero con el respaldo de actas físicas es posible la revisión si se da cualquier anomalía.  

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El TSE ha sido por mucho tiempo, una de las instituciones que más respeto ha infundido y su prestigio, si bien mermado, siempre puede retrotraerse a los tiempos de los magistrados Arturo Herbruger, Gonzalo Menéndez de la Riva, Mario Guerra Roldán, y otros connotados exmagistrados.  

Los actuales magistrados hicieron bien en dar marcha atrás a una intención que se asume de buena fe, pero que a la luz de la enorme cantidad de señalamientos al proceso de adquisición, el precio ofertado por Smartmatic -que se consideró en exceso oneroso- la cercanía del proceso electoral y la poca o nula capacidad del TSE o de la ciudadanía en auditar los scripts o programas que serían adquiridos, no era aconsejable mantener.  

La ciudadanía quiere -exige- funcionarios, en este caso, magistrados del TSE, que hagan las cosas de forma eficiente y transparente; si como se dijo, la intención era buena, pero no la implementación, se considera que la retractación de los magistrados fue una medida acertada.  Es oportuno recordar el dicho, refiriéndose a la honestidad que dice: “la mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo”.  Las críticas a las malas decisiones de los funcionarios son vitales en una democracia, pero también lo es el reconocimiento del buen actuar

.  Los magistrados del TSE escucharon a la población, que se manifestó en forma cívica e hicieron caso.  Bien por ellos, pero sobre todo, bien por la república y la democracia.  Así deberán seguir durante todo el proceso electoral y entregar resultados transparentes y fieles a la voluntad popular, de lo contrario, la población, la historia y la ley se los reclamará.  

Bien por el TSE, pero mejor por la democracia y por los ciudadanos

Las críticas a las malas decisiones de los funcionarios son vitales en una democracia, pero también lo es el reconocimiento del buen actuar

Alejandro Palmieri |
21 de noviembre, 2022
Conferencia del TSE

La noche del pasado 16 de noviembre, , el pleno de magistrados del Tribunal Supremo Electoral dio una conferencia de prensa para anunciar que daría marcha atrás de la decisión de adquirir sistemas (software) para la digitalización, transmisión, digitación, verificación y publicación de resultados preliminares e información, para registro y estadísticas de votantes e identificación biométrica y servicio de comunicación satelital portátil para conectividad de centros de votación, tres de los ítems que originalmente habían sido incluidos en un solo paquete y cuyo proceso de adquisición fue anulado semanas atrás, luego de la enorme cantidad de señalamientos, tanto de índole técnico, por ser Smartmatic el único oferente y por el precio de los servicios y equipos que, a juicio de varios expertos, estaba muy por encima del valor de mercado.  

Luego de aquella adquisición fallida, el TSE desglosó la adquisición en varios ítems para adquirirlos de forma individual; sin embargo, la noche del 16 pasado comunicaron su decisión de presidir -nuevamente- de adquirir estos tres ítems que fueron los más cuestionados.  Si bien nunca fue la intención del TSE adquirir equipo para el llamado “voto electrónico” es decir, máquinas de votación en lugar de papeletas, la licitación lanzada por el ente electoral sí contemplaba, por ejemplo, la identificación biométrica del votante, algo que se consideró innecesario y que ponía la identidad de los votantes en riesgo.  El DPI, documento que contiene ya elementos biométricos de identificación como la huella digital, es seguro y podría haberse usado con el equipo adecuado, pero el TSE adujo que no era posible.  El hecho es que luego de protestas, señalamientos y algunas acciones legales, los magistrados dieron marcha atrás.  Una decisión forzada, pero al fin, sana.

Y es que el sistema electoral guatemalteco, perfectible como cualquiera, ha sido confiable a lo largo de varias elecciones generales y algunas consultas populares debido y gracias a que es, en cierto modo, arcaico mas seguro y auditable.  Este último aspecto es, sin duda, el que más se debe proteger; el sistema de mesas y juntas electorales, integradas por ciudadanos voluntarios, es sumamente difícil de corromper para falsificar datos.  Por supuesto, en la transmisión de datos pudiese haber alguna vulneración, pero con el respaldo de actas físicas es posible la revisión si se da cualquier anomalía.  

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Los actuales magistrados hicieron bien en dar marcha atrás a una intención que se asume de buena fe, pero que a la luz de la enorme cantidad de señalamientos al proceso de adquisición, el precio ofertado por Smartmatic -que se consideró en exceso oneroso- la cercanía del proceso electoral y la poca o nula capacidad del TSE o de la ciudadanía en auditar los scripts o programas que serían adquiridos, no era aconsejable mantener.  

La ciudadanía quiere -exige- funcionarios, en este caso, magistrados del TSE, que hagan las cosas de forma eficiente y transparente; si como se dijo, la intención era buena, pero no la implementación, se considera que la retractación de los magistrados fue una medida acertada.  Es oportuno recordar el dicho, refiriéndose a la honestidad que dice: “la mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo”.  Las críticas a las malas decisiones de los funcionarios son vitales en una democracia, pero también lo es el reconocimiento del buen actuar

.  Los magistrados del TSE escucharon a la población, que se manifestó en forma cívica e hicieron caso.  Bien por ellos, pero sobre todo, bien por la república y la democracia.  Así deberán seguir durante todo el proceso electoral y entregar resultados transparentes y fieles a la voluntad popular, de lo contrario, la población, la historia y la ley se los reclamará.