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Chapines conservadores

Uno tras otro, la izquierda logra llegar al poder y, una vez allí, corrompen aún más todo lo que tocan, destruyen la poca institucionalidad que había, crean innumerables cargos públicos y atacan a los empresarios pues son los “ricos que roban al pueblo”.

conservador
Carolina Castellanos
08 de julio, 2022

Las agendas “progres”, los medios de comunicación que se han doblegado a esas ideas, las redes sociales plagadas de comentarios a favor de las ideas socialistas, etc., no han logrado convertir a nuestra Guate en un reducto de izquierda...aún.

Hemos visto cómo han ido sucumbiendo los países en América Latina. Uno tras otro, la izquierda logra llegar al poder y, una vez allí, corrompen aún más todo lo que tocan, destruyen la poca institucionalidad que había, crean innumerables cargos públicos y atacan a los empresarios pues son los “ricos que roban al pueblo”. No quieren darse cuenta que están matando a la gallina de los huevos de oro, pues la mayoría de los fondos que reciben viene de los impuestos que pagamos. El resto les llega gracias a los “buenos oficios” de la cooperación internacional.

Estos cooperantes han logrado meterse en los rincones más vulnerables del país pues es allí donde encuentran su caldo de cultivo. Son personas con muy baja escolaridad, con acceso a pésimos servicios de salud, deficiente infraestructura, bajo desarrollo y abandono sistemático de los políticos que llegan al poder.

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Aún así, las agendas “progres” no han tenido, hasta ahora, una penetración relevante. La razón que encuentro a esto es que los chapines seguimos siendo muy conservadores. Esto, gracias en parte a la milenaria cultura indígena que se resiste a los cambios tan drásticos, especialmente cuando éstos atacan sus creencias.

Lo anterior es particularmente relevante cuando se trata de la ideología de género. Hace algunos años vi una publicidad, pagada por un cooperante “gringo”, resaltando a las mujeres indígenas lesbianas. No trascendió, para nada. No me cabe la menor duda que sí las hay, pero promover su existencia va en contra de ese conservadurismo milenario.

Esta ideología es el arma que más ha logrado penetrar en las culturas y forma de vida. Ha destruido el idioma y usan sus estrategias de acusaciones mediáticas a quienes se resisten a usarlo. No hablo ninguna lengua indígena pero me parece que retorcerla con palabras como “elles” es sumamente difícil.  Más aún lo será salir a la luz pública como miembro de la comunidad LGBTIQ+.

Por supuesto que los que no somos indígenas, somos mayoritariamente conservadores. Esto hace que peleemos constantemente en redes sociales, en nuestros círculos familiares y de amigos, en nuestro trabajo, etc.  Los políticos no cuentan aquí; usarán el lenguaje inclusivo cada vez que puedan porque eso les genera votos. Se doblegarán a las ideas socialistas, ofreciendo muchas cosas gratis para ganar la “voluntad del pueblo” y voten por ellos y luego los traten como reyes cuando hacen sus giras, una vez en el cargo.

Seguramente usted, estimado lector, es conservador, al igual que yo. En unos temas somos más que en otros, pero batallamos con igual empeño para oponernos a lo que más amenaza a nuestra forma de vida en libertad. ¡Sigamos en la lucha!

Chapines conservadores

Uno tras otro, la izquierda logra llegar al poder y, una vez allí, corrompen aún más todo lo que tocan, destruyen la poca institucionalidad que había, crean innumerables cargos públicos y atacan a los empresarios pues son los “ricos que roban al pueblo”.

conservador
Carolina Castellanos
08 de julio, 2022

Las agendas “progres”, los medios de comunicación que se han doblegado a esas ideas, las redes sociales plagadas de comentarios a favor de las ideas socialistas, etc., no han logrado convertir a nuestra Guate en un reducto de izquierda...aún.

Hemos visto cómo han ido sucumbiendo los países en América Latina. Uno tras otro, la izquierda logra llegar al poder y, una vez allí, corrompen aún más todo lo que tocan, destruyen la poca institucionalidad que había, crean innumerables cargos públicos y atacan a los empresarios pues son los “ricos que roban al pueblo”. No quieren darse cuenta que están matando a la gallina de los huevos de oro, pues la mayoría de los fondos que reciben viene de los impuestos que pagamos. El resto les llega gracias a los “buenos oficios” de la cooperación internacional.

Estos cooperantes han logrado meterse en los rincones más vulnerables del país pues es allí donde encuentran su caldo de cultivo. Son personas con muy baja escolaridad, con acceso a pésimos servicios de salud, deficiente infraestructura, bajo desarrollo y abandono sistemático de los políticos que llegan al poder.

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Aún así, las agendas “progres” no han tenido, hasta ahora, una penetración relevante. La razón que encuentro a esto es que los chapines seguimos siendo muy conservadores. Esto, gracias en parte a la milenaria cultura indígena que se resiste a los cambios tan drásticos, especialmente cuando éstos atacan sus creencias.

Lo anterior es particularmente relevante cuando se trata de la ideología de género. Hace algunos años vi una publicidad, pagada por un cooperante “gringo”, resaltando a las mujeres indígenas lesbianas. No trascendió, para nada. No me cabe la menor duda que sí las hay, pero promover su existencia va en contra de ese conservadurismo milenario.

Esta ideología es el arma que más ha logrado penetrar en las culturas y forma de vida. Ha destruido el idioma y usan sus estrategias de acusaciones mediáticas a quienes se resisten a usarlo. No hablo ninguna lengua indígena pero me parece que retorcerla con palabras como “elles” es sumamente difícil.  Más aún lo será salir a la luz pública como miembro de la comunidad LGBTIQ+.

Por supuesto que los que no somos indígenas, somos mayoritariamente conservadores. Esto hace que peleemos constantemente en redes sociales, en nuestros círculos familiares y de amigos, en nuestro trabajo, etc.  Los políticos no cuentan aquí; usarán el lenguaje inclusivo cada vez que puedan porque eso les genera votos. Se doblegarán a las ideas socialistas, ofreciendo muchas cosas gratis para ganar la “voluntad del pueblo” y voten por ellos y luego los traten como reyes cuando hacen sus giras, una vez en el cargo.

Seguramente usted, estimado lector, es conservador, al igual que yo. En unos temas somos más que en otros, pero batallamos con igual empeño para oponernos a lo que más amenaza a nuestra forma de vida en libertad. ¡Sigamos en la lucha!