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Dictadura electoralista, donde el pueblo vota pero no elige

.
Carlos Sánchez Berzaín |
03 de abril, 2023

Dictadura electoralista es el régimen que concentra el poder absoluto en un jefe o en un grupo u organización, reprime los derechos humanos y las libertades individuales e impone y manipula eventos electorales en los que el pueblo vota pero no elige. En las Américas es parte de la permanente falsificación que realiza el socialismo el siglo XXI o castrochavismo para suplantar la política y simular el respaldo de los pueblos a los que someten y oprimen en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.

La realidad objetiva muestra que las dictaduras Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua solo producen crisis humanitarias, sociales, económicas y políticas, son productores de miseria, inseguridad y corruptela. Todos estos países están en peores condiciones sociales, económicas y de vida que antes de la toma del poder por lo que ha resultado ser crimen organizado estructurado como un grupo trasnacional. Es la fuerza y la violencia, el miedo generado por el “terrorismo de Estado” el que mantiene a los dictadores en el poder con alrededor del 80% de repudio popular.

Disfrazar el crimen organizado de política, la violación sistemática de derechos humanos de revolución, el robo y la usurpación de nacionalizaciones, la corrupción y la impunidad de lucha contra la pobreza, el narcotráfico y sus narcoestados de antiimperialismo, la persecución y la tortura de justicia, la destrucción del capital humano de igualdad, el fraude de voluntad popular, la miseria que producen de lucha contra la desigualdad…son algunas las falsificaciones permanentes las dictaduras del siglo XXI en las Américas.

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La suplantación más reciente de la realidad objetiva por la narrativa dictatorial se acaba de repetir en Cuba donde bajo la denominación de “elecciones parlamentarias 2023”, donde han cometido con premeditación, alevosía y flagrancia delitos de violación de la libertad, suplantación de la voluntad, falsedad material e ideológica, uso de instrumentos falsificados, difusión de noticias falsas, extorsiones de todo tipo, privación grave de libertad física, persecución de la colectividad y otro tipo de actos inhumanos. Llamar a una acción delictiva “elecciones” y presentar su resultado como “exitoso” es  una prueba más de terrorismo de Estado.

Para elegir el elemento esencial es la libertad. La libertad se expresa en el orden político y social como el respeto a los derechos humanos que permiten al individuo actuar en función de sus propias convicciones e intereses, tomando decisiones y asumiendo responsabilidades en consecuencia. La libertad es la “facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad”.

Elegir quiere decir “escoger o preferir a alguien o algo para un fin”. Para elegir tienen que haber dos o más opciones legítimas. Elecciones son “un proceso institucional en que los electores optan con su voto entre una pluralidad de candidatos”. NO hay elecciones con partido único como en Cuba, ni con opositores funcionales bajo secuestro que aceptan elecciones sin libertad, con presos y exiliados políticos, con registros electorales manipulados y autoridades sometidas por el régimen.

La Carta Democrática Interamericana establece como “elemento esencial de la democracia” la “celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo”.  Es el reconocimiento de que “la soberanía reside en el pueblo” y soberanía es el “termino sustantivo que designa la autoridad suprema que posee el poder último e inapelable sobre el sistema político”.  Cualquier evento que suplante la voluntad popular o impida ejercerla libremente no es una elección.

Los conceptos de dictadura y elecciones son antagónicos porque dictadura es crimen y elección es libertad. Las elecciones libres solo son posibles en democracia y bajo estrictas condiciones que garanticen los resultados justos, la posibilidad de que los electores tengan pleno ejercicio de sus derechos tanto de elegir como de ser elegidos, que su decisión esté protegida por la reserva que es el secreto del voto y que todos los votantes lo hagan en condición de igualdad que valide el voto universal.

La denominación de elecciones a los actos forzados de votación sin libertad, con presos, torturados, exiliados y perseguidos políticos, bajo terrorismo de Estado en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua es solo una narrativa falsificada más, otra prueba de crimen organizado. Para señalar esta forma de falsificación es importante el concepto de “dictadura electoralista” que resumida en el concepto de “votar pero no elegir” y que además indica la descripción de un nuevo tipo delictivo.

*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute forDemocracy

www.carlossanchezberzain.com

 

Dictadura electoralista, donde el pueblo vota pero no elige

Carlos Sánchez Berzaín |
03 de abril, 2023
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Dictadura electoralista es el régimen que concentra el poder absoluto en un jefe o en un grupo u organización, reprime los derechos humanos y las libertades individuales e impone y manipula eventos electorales en los que el pueblo vota pero no elige. En las Américas es parte de la permanente falsificación que realiza el socialismo el siglo XXI o castrochavismo para suplantar la política y simular el respaldo de los pueblos a los que someten y oprimen en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.

La realidad objetiva muestra que las dictaduras Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua solo producen crisis humanitarias, sociales, económicas y políticas, son productores de miseria, inseguridad y corruptela. Todos estos países están en peores condiciones sociales, económicas y de vida que antes de la toma del poder por lo que ha resultado ser crimen organizado estructurado como un grupo trasnacional. Es la fuerza y la violencia, el miedo generado por el “terrorismo de Estado” el que mantiene a los dictadores en el poder con alrededor del 80% de repudio popular.

Disfrazar el crimen organizado de política, la violación sistemática de derechos humanos de revolución, el robo y la usurpación de nacionalizaciones, la corrupción y la impunidad de lucha contra la pobreza, el narcotráfico y sus narcoestados de antiimperialismo, la persecución y la tortura de justicia, la destrucción del capital humano de igualdad, el fraude de voluntad popular, la miseria que producen de lucha contra la desigualdad…son algunas las falsificaciones permanentes las dictaduras del siglo XXI en las Américas.

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La suplantación más reciente de la realidad objetiva por la narrativa dictatorial se acaba de repetir en Cuba donde bajo la denominación de “elecciones parlamentarias 2023”, donde han cometido con premeditación, alevosía y flagrancia delitos de violación de la libertad, suplantación de la voluntad, falsedad material e ideológica, uso de instrumentos falsificados, difusión de noticias falsas, extorsiones de todo tipo, privación grave de libertad física, persecución de la colectividad y otro tipo de actos inhumanos. Llamar a una acción delictiva “elecciones” y presentar su resultado como “exitoso” es  una prueba más de terrorismo de Estado.

Para elegir el elemento esencial es la libertad. La libertad se expresa en el orden político y social como el respeto a los derechos humanos que permiten al individuo actuar en función de sus propias convicciones e intereses, tomando decisiones y asumiendo responsabilidades en consecuencia. La libertad es la “facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad”.

Elegir quiere decir “escoger o preferir a alguien o algo para un fin”. Para elegir tienen que haber dos o más opciones legítimas. Elecciones son “un proceso institucional en que los electores optan con su voto entre una pluralidad de candidatos”. NO hay elecciones con partido único como en Cuba, ni con opositores funcionales bajo secuestro que aceptan elecciones sin libertad, con presos y exiliados políticos, con registros electorales manipulados y autoridades sometidas por el régimen.

La Carta Democrática Interamericana establece como “elemento esencial de la democracia” la “celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo”.  Es el reconocimiento de que “la soberanía reside en el pueblo” y soberanía es el “termino sustantivo que designa la autoridad suprema que posee el poder último e inapelable sobre el sistema político”.  Cualquier evento que suplante la voluntad popular o impida ejercerla libremente no es una elección.

Los conceptos de dictadura y elecciones son antagónicos porque dictadura es crimen y elección es libertad. Las elecciones libres solo son posibles en democracia y bajo estrictas condiciones que garanticen los resultados justos, la posibilidad de que los electores tengan pleno ejercicio de sus derechos tanto de elegir como de ser elegidos, que su decisión esté protegida por la reserva que es el secreto del voto y que todos los votantes lo hagan en condición de igualdad que valide el voto universal.

La denominación de elecciones a los actos forzados de votación sin libertad, con presos, torturados, exiliados y perseguidos políticos, bajo terrorismo de Estado en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua es solo una narrativa falsificada más, otra prueba de crimen organizado. Para señalar esta forma de falsificación es importante el concepto de “dictadura electoralista” que resumida en el concepto de “votar pero no elegir” y que además indica la descripción de un nuevo tipo delictivo.

*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute forDemocracy

www.carlossanchezberzain.com