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Discusiones interminables

Nos toca promover nuestras ideas, aún si parecen una locura. 

Carolina Castellanos |
10 de marzo, 2022

No por ello son inútiles, excepto cuando lo son.

 

Estamos viviendo una época sumamente convulsa. Nos ha tocado presenciar, si bien virtualmente y por transmisiones de televisión y radio, lo que muchos consideran el peor conflicto desde la Segunda Guerra Mundial. Lamentablemente, siempre hay conflictos en diferentes partes del mundo y Guatemala no es la excepción.

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La conflictividad social ha existido desde que terminó el conflicto armado interno. Los “cooperantes” extranjeros siguen financiando las invasiones de fincas, destrucción de cultivos, manifestaciones, bloqueos, ataques al gobierno de turno, insultos a quienes producimos, etc. La politización de la justicia es lo más dañino. Han logrado ubicar “jueces” que llevan años dictaminando de acuerdo a su ideología de izquierda y no apegados a la ley.

En todos los medios de comunicación, redes sociales, correos electrónicos y por cualquier otra vía, escuchamos largas discusiones respecto a la guerra Rusia-Ucrania. Todos los comentarios y opiniones son válidos hasta que aparece alguien que quiere imponer su opinión como si fuera la verdad absoluta.  Mientras esto sucede, el galón de gasolina ya sobrepasó los Q30 y va en aumento. De pronto podríamos discutir formas que contribuyan a sobrellevar esta época de la mejor forma posible. Recordemos que este incremento en precio afecta directamente a todos los productos y servicios. La inflación ya se hizo sentir y no vemos que se vaya a reducir en el corto plazo.

La más reciente discusión es la llamada Ley ProVida. Considero que esta es una discusión positiva en cuanto a que la defensa de la vida y valores es el cimiento de una sociedad próspera. Si bien el presidente anunció que la vetará por tener algunas inconstitucionalidades, el tema ya está siendo comentado intensamente. Esto incluye al montón de chairos que promueven el aborto. Esta ley abre la discusión abierta respecto a la homosexualidad, matrimonio entre personas del mismo sexo, entre otras. En nuestra sociedad tan conservadora, estos no son temas de discusión abierta. Si esto es positivo o no, cada quien tendrá su opinión, pero la discusión ya se abrió.

La elección del Fiscal General es otra discusión por demás importantísima. Ya tuvimos a varios fiscales generales que han priorizado su futuro político y su ideología en vez de fortalecer el respeto irrestricto a la ley, hacer más eficiente la impartición de justicia y que ésta sea pronta, cumplida y apegada a la ley. También está la elección del procurador de los derechos humanos (en minúsculas, a propósito). Urge tener a alguien que vele por los derechos de todos y no solo de los chairos, de la comunidad LGBTIQ y de cualquier otro grupo que favorezca su imagen y que le inyecte dinero a su chequera personal.

Otra discusión interminable, pues se da periódicamente al igual que las anteriores, es la elección del rector de la USAC. Nuevamente, se privilegia la ideología sobre la capacidad, los intereses espurios sobre el mejoramiento de la calidad educativa y el despilfarro en detrimento de la seguridad e integridad de los estudiantes.

La discusión que se ha reducido significativamente es la relacionada con la vacunación. Me alegra que ya no haya tanta lucha entre los anti vacunas y quienes sí decidimos vacunarnos. De vez en cuando circulan comentarios en redes. Ojalá estemos llegando al fin de esta destructiva pandemia.

Así las cosas, discutimos una y otra vez sobre los temas de coyuntura dejando por un lado temas más trascendentales como el próximo proceso electoral y los cambios a la normativa y reglas del juego para evitar que se repita la historia cada cuatro años.

Necesitamos discutir y proponer el cambio radical al presupuesto ingresos y gastos del Estado, empezando por recortarlo drásticamente. Para ello se requiere reducir el tamaño del gobierno casi por la mitad para que el enfoque sea en lo básico para el desarrollo: salud, educación, desnutrición y justicia.

Las redes sociales y cualquier plataforma electrónica son nuestros aliados. Nos toca promover nuestras ideas, aún si parecen una locura. Estoy segura que habrá abundancia de excelentes propuestas.

Discusiones interminables

Nos toca promover nuestras ideas, aún si parecen una locura. 

Carolina Castellanos |
10 de marzo, 2022

No por ello son inútiles, excepto cuando lo son.

 

Estamos viviendo una época sumamente convulsa. Nos ha tocado presenciar, si bien virtualmente y por transmisiones de televisión y radio, lo que muchos consideran el peor conflicto desde la Segunda Guerra Mundial. Lamentablemente, siempre hay conflictos en diferentes partes del mundo y Guatemala no es la excepción.

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La conflictividad social ha existido desde que terminó el conflicto armado interno. Los “cooperantes” extranjeros siguen financiando las invasiones de fincas, destrucción de cultivos, manifestaciones, bloqueos, ataques al gobierno de turno, insultos a quienes producimos, etc. La politización de la justicia es lo más dañino. Han logrado ubicar “jueces” que llevan años dictaminando de acuerdo a su ideología de izquierda y no apegados a la ley.

En todos los medios de comunicación, redes sociales, correos electrónicos y por cualquier otra vía, escuchamos largas discusiones respecto a la guerra Rusia-Ucrania. Todos los comentarios y opiniones son válidos hasta que aparece alguien que quiere imponer su opinión como si fuera la verdad absoluta.  Mientras esto sucede, el galón de gasolina ya sobrepasó los Q30 y va en aumento. De pronto podríamos discutir formas que contribuyan a sobrellevar esta época de la mejor forma posible. Recordemos que este incremento en precio afecta directamente a todos los productos y servicios. La inflación ya se hizo sentir y no vemos que se vaya a reducir en el corto plazo.

La más reciente discusión es la llamada Ley ProVida. Considero que esta es una discusión positiva en cuanto a que la defensa de la vida y valores es el cimiento de una sociedad próspera. Si bien el presidente anunció que la vetará por tener algunas inconstitucionalidades, el tema ya está siendo comentado intensamente. Esto incluye al montón de chairos que promueven el aborto. Esta ley abre la discusión abierta respecto a la homosexualidad, matrimonio entre personas del mismo sexo, entre otras. En nuestra sociedad tan conservadora, estos no son temas de discusión abierta. Si esto es positivo o no, cada quien tendrá su opinión, pero la discusión ya se abrió.

La elección del Fiscal General es otra discusión por demás importantísima. Ya tuvimos a varios fiscales generales que han priorizado su futuro político y su ideología en vez de fortalecer el respeto irrestricto a la ley, hacer más eficiente la impartición de justicia y que ésta sea pronta, cumplida y apegada a la ley. También está la elección del procurador de los derechos humanos (en minúsculas, a propósito). Urge tener a alguien que vele por los derechos de todos y no solo de los chairos, de la comunidad LGBTIQ y de cualquier otro grupo que favorezca su imagen y que le inyecte dinero a su chequera personal.

Otra discusión interminable, pues se da periódicamente al igual que las anteriores, es la elección del rector de la USAC. Nuevamente, se privilegia la ideología sobre la capacidad, los intereses espurios sobre el mejoramiento de la calidad educativa y el despilfarro en detrimento de la seguridad e integridad de los estudiantes.

La discusión que se ha reducido significativamente es la relacionada con la vacunación. Me alegra que ya no haya tanta lucha entre los anti vacunas y quienes sí decidimos vacunarnos. De vez en cuando circulan comentarios en redes. Ojalá estemos llegando al fin de esta destructiva pandemia.

Así las cosas, discutimos una y otra vez sobre los temas de coyuntura dejando por un lado temas más trascendentales como el próximo proceso electoral y los cambios a la normativa y reglas del juego para evitar que se repita la historia cada cuatro años.

Necesitamos discutir y proponer el cambio radical al presupuesto ingresos y gastos del Estado, empezando por recortarlo drásticamente. Para ello se requiere reducir el tamaño del gobierno casi por la mitad para que el enfoque sea en lo básico para el desarrollo: salud, educación, desnutrición y justicia.

Las redes sociales y cualquier plataforma electrónica son nuestros aliados. Nos toca promover nuestras ideas, aún si parecen una locura. Estoy segura que habrá abundancia de excelentes propuestas.